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Perico Fernández: de la gloria del ring a vivir en un club de alterne
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VIVE DE LA CARIDAD DE SUS AMIGOS QUE QUIEREN ORGANIZARLE UN HOMENAJE PARA RECAUDAR DINERO

Perico Fernández: de la gloria del ring a vivir en un club de alterne

La fama es un arma de doble filo. Es complicado lidiar con ella. Más aún cuando tus orígenes son los más humildes, de pronto tienes el

Foto: Perico Fernández: de la gloria del ring a vivir en un club de alterne
Perico Fernández: de la gloria del ring a vivir en un club de alterne

La fama es un arma de doble filo. Es complicado lidiar con ella. Más aún cuando tus orígenes son los más humildes, de pronto tienes el mundo a tus pies y los amigos se multiplican cada segundo. En el mundo del deporte son numerosos los casos de grandes estrellas que no saben cómo manejar su ocaso y acaban siendo víctimas de los fallos que cometen cuando están en la cresta de la ola. Ahí arriba parece que nada malo puede suceder. Craso error. Ya se sabe que cuanto más subes, más caes después.

Perico Fernández deambula por las calles de su ciudad natal. Se cruza constantemente con los zaragozanos, muchos de ellos le reconocen y le dedican una mirada de compasión, otros le saludan pero “ninguno me da dinero” afirma el boxeador. Se sienta en un banco de algún parque de Zaragoza y duerme un rato. Ese es su día a día. Choca que alguien que lo tuvo todo, ahora no tenga absolutamente nada: ni dinero, ni amigos.

Perico nació en la capital aragonesa hace 58 años y se crió en un orfanato. Con una precaria preparación vio en el boxeo la oportunidad perfecta de ganarse la vida y, por qué no, de ser alguien importante en el mundo del deporte. Sus inicios fueron prometedores pero le faltaba lucirse ante un grande y consolidarse con un título. Éste llegó en 1974. Perico se convertía en campeón del mundo de peso superligero al vencer a los puntos al japonés Lion Furuyama en Roma. Un año después colgó los guantes y se alejó del ring para siempre. Mientras le duró el reconocimiento social, el boxeador aragonés siguió gozando de los placeres de la vida pero la fama es algo efímero y estar fuera de los focos contribuyó a ser olvidado poco a poco. Sus problemas comenzaron en los 80 y fue entonces cuando el ayuntamiento de Zaragoza, bajo las órdenes de Triviño, quiso ayudarle ofreciéndole un puesto de conserje pero Perico contestó que si querían un portero “que fichasen a Zubizarreta”. Contradicciones de la vida, ahora busca ayuda para que el consistorio local le deje un piso.

Y es que el boxeador zaragozano no tiene dónde vivir y sobrevive gracias a la caridad de los pocos amigos que le quedan. Uno de ellos es José Luis Mariscal, ex campeón mundial de peso mosca, que regenta el ‘Crazy Horse’, un lugar de alterne en la céntrica calle Francisco de Vitoria donde viven algunas de las familias acomodadas de la capital. Entre tanta riqueza, aparece Perico cuando el local echa el cierre y las chicas acaban su jornada. Mariscal le prepara un zumo y le deja una cama para que pueda descansar. Los escasos ingresos que obtiene provienen de su gran afición: la pintura. Perico vende cuadros a sus conocidos pero en época de crisis, éstos escasean cada vez más.

Problemas de salud y un homenaje

Es el propio boxeador el que reconoce que está “muy mal”. Él sigue afirmando que lo único que le queda es la salud pero la gente que le rodea afirma que no es así, Perico tiene problemas y no remedios para solucionarlo: “Me he gastado todas las perras... que también las he ganado... y que me quiten lo bailao”. Al mismo tiempo, es capaz de reconocer sus errores y al compararse con su amigo López Bueno afirma que debía “haber sido como él, no beber y fumar tantísimo; tenía que haberme cuidado más”.

Precisamente López Bueno junto a Mariscal, el extorero Raúl Aranda y el abogado Antonio Visús pretenden hacerle un homenaje, en el que colaborará el ayuntamiento de Zaragoza, para recaudar dinero y ayudar a su amigo. El objetivo es llamar la atención del máximo número posible de gente, independientemente de que sean aficionados al boxeo, para organizar una velada, una carrera popular y otras actividades para ayudar a Perico a acabar su vida con un poco de la dignidad que perdió con los excesos vividos.

La fama es un arma de doble filo. Es complicado lidiar con ella. Más aún cuando tus orígenes son los más humildes, de pronto tienes el mundo a tus pies y los amigos se multiplican cada segundo. En el mundo del deporte son numerosos los casos de grandes estrellas que no saben cómo manejar su ocaso y acaban siendo víctimas de los fallos que cometen cuando están en la cresta de la ola. Ahí arriba parece que nada malo puede suceder. Craso error. Ya se sabe que cuanto más subes, más caes después.