Albert Rivera salta a las tablas

Con un autor, Ignasi Vidal, simpatizante de UPyD y un actor, Daniel Muriel, que se ha inspirado para su protagonista en el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, se han construido las mimbres de Dignidad, una reflexión sobre la corrupción y "lo difícil" que es "ser honesto".

Es un tema de "enorme complejidad" por el que el teatro español "ha pasado con toda la tranquilidad", criticó el director de los Teatros del Canal, Albert Boadella, durante la presentación de la obra, que se estrenará el próximo 6 de abril en esa sala.

"El hecho de que el Estado sea el mecenas del teatro, de la cultura, ha tenido sus inconvenientes y ha producido cierto complejo de vasallaje por parte del teatro, porque significa en el fondo la imposibilidad de enfrentarse a determinadas instituciones", subrayó Boadella.

Política y corrupción

Comprometido públicamente con la política, el actor y músico Ignasi Vidal (Barcelona, 1973) comenzó a escribir esta obra porque le parecía injusto "cómo se trataba" el tema de la corrupción en la sociedad y en los medios de comunicación, y la imagen de aquellos que aparecen como "santos que nunca han hecho nada", denunciando los hechos de otros.

Dignidad es una reflexión sobre la política y los políticos y la delgada línea que existe entre una persona corrupta y otra que no lo es."No creo que haya gente que haya nacido con la intención de hacerse ricaconla política", defendió Vidal.

Daniel Muriel encarna al líder del partido, Francisco, que aparece como la esperanza del cambio, que invitará a su amigo y mano derecha a un whisky. Una charla entre dos amigos que destapará aspectos inesperados de una relación estrecha.

Muriel, que se declaró "apolítico", reconoció que para interpretar a Francisco se ha fijado en la figura de Albert Rivera, líder de Ciudadanos, e incluso acudió a una sesión en el Congreso de los Diputados de un debate sobre el Estado de la Nación, que le recordó a una clase del instituto o a un partido de baloncesto.

'No creo que haya gente nacida con la intención de hacerse rica con la política'

Francisco y Alejandro mantienen una relación especial, basada en la que tenían Felipe González y Alfonso Guerra en los años ochenta, reconoció el autor."En una reunión de formación de Gobierno entre dos candidatos sentados en la mesa parlamentaria, uno se quedó literalmente dormido. Era un peso pesado de un partido muy poderoso, olía a poder, ¿cómo le despiertas?", se preguntó Vidal.

Esta anécdota, contada por un diputado asturiano al autor, fue la "chispa" que encendió la función, porque una cosa es la realidad que ve el ciudadano desde su casa, y otra, lo que ocurre en los despachos, lugar donde se desarrolla la trama."No es una crítica al sistema; creo que se debe mejorar pero tengo una fe inquebrantable en la democracia", advirtió Vidal.