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Las lecciones vitales que la universidad no puede enseñar
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''DEBEMOS HACER LO QUE NOS DIVIERTE''

Las lecciones vitales que la universidad no puede enseñar

La teoría no sirve, la experiencia sí. Muchas empresas desconfían de quienes poseen amplios conocimientos académicos, y van en busca de quienes demuestran que han conseguido

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Las lecciones vitales que la universidad no puede enseñar

La teoría no sirve, la experiencia sí. Muchas empresas desconfían de quienes poseen amplios conocimientos académicos, y van en busca de quienes demuestran que han conseguido resultados. Identifican lo racional con mera palabrería y creen que la única realidad proviene de la experiencia. Desde esta perspectiva, la universidad se convierte en el modelo a evitar, en un espacio donde el caudal teórico acaba por ahogar la iniciativa, el ímpetu y la energía. Esta corriente de pensamiento encuentra su mejor ejemplo en el premio instituido por la fundación de Peter Thiel, cofundador de Paypal, miembro del consejo de Administración de Facebook y uno de los 400 hombres más ricos del mundo, que ofrece una sustanciosa cantidad a jóvenes empresarios, siempre y cuando sean capaces de dejar la universidad para montar su compañía.

La gente no necesita más conocimientos, sino saber cómo aplicarlosSin embargo, como señala el escritor, traductor literario y editor Íñigo García Ureta, que acaba de editar Lo que la universidad no enseña. 10 lecciones sobre la vida (Paidós) hay un lugar donde la teoría y la práctica, el conocimiento y la experiencia, terminan juntándose, como es la última lección que reciben los universitarios estadounidenses. Son discursos pronunciados por personajes muy populares y de gran éxito, algunos de los cuales han trascendido con mucho el ámbito en el que se pronunciaron, como fue el discurso de Steve Jobs en Stanford.  García Ureta reparó en ellos por su elevado simbolismo, en tanto “esas personas de tanto éxito dicen en el fondo cosas que ya conocemos, que incluso nos las dijo nuestra madre, pero de las que seguimos estando necesitados”. Según García Ureta, “la gente no necesita más conocimientos, sino saber cómo aplicarlos. Por eso continúan publicándose libros sobre dietas o sobre dejar de fumar. Todo el mundo sabe que fumar es una estupidez, pero se sigue haciendo. Lo importante de las ideas no es tanto tenerlas como aplicarlas”

Pero para poder llevarlas a la práctica, hemos de tener en cuenta que muchas de las convicciones con las que nos orientábamos en tiempos pasados ya no nos sirven para nuestro presente. En su examen de discursos famosos, ha rastreado una serie de claves que nos permiten desenvolvernos con éxito en el nuevo mundo, y de las que no se habla en la universidad. Entre ellas, están las siguientes:

Menos sobreprotección y más fracaso

Muchos empresarios, como Richard Branson, han señalado que los universitarios no daban la talla en el mundo real, porque estaban demasiado educados. Para García Ureta, estas críticas tienen algo de cierto, toda vez que la sobreprotección a la que se somete a los alumnos sólo consigue que tengan miedo de vivir la vida. “Cuando J.K. Rowling, probablemente la novelista más rica del mundo, acudió a Harvard, habló de los beneficios del fracaso, precisamente porque muchos de los alumnos seguían pensando que el logotipo de Harvard en sus chaquetas iba a hacer que su carrera profesional fuese exitosa. Pero no es así, las cosas no están controladas y suelen escaparse a nuestro poder. Por eso hay que ser capaces de arriesgarse y de intentar cosas nuevas. Y si fracasas, tendrás la oportunidad de cambiar de opinión y de quitarte una idea errónea de la cabeza”.

Hay que celebrar la incertidumbre

Es muy extraño que todas las cosas te vayan bien en la vida, señala García Ureta. Porque a lo mejor te va bien en el trabajo, pero no con tu pareja, o quizá porque cuando por fin llegas a tener una existencia como la que estabas buscando, se te muere un familiar… Las cosas se escapan a nuestro control, asegura García Ureta, “por lo que resulta esencial que nos acostumbremos a celebrar la incertidumbre y hacer de la necesidad virtud. No saber qué va a pasar es sólo un punto de partida, que en un mundo lleno de cambios nos visita antes o después. Siempre habrá algo que no sepamos, por lo que lo esencial es no dejarnos vencer, y ser capaces de actuar. La incertidumbre siempre nos lleva al movimiento”.

Tiene que ser divertido

La diversión en la vida tiene que ver con dos aspectos, según García Ureta. El primero de ellos está relacionado con una gran capacidad de aprendizaje. “Hay personas que ven la misma película veinte veces, o se tiran muchas horas tocando la guitarra y siempre sacan algo nuevo. Ese debe ser también nuestro objetivo en el día a día”. Para explicar el segundo, el escritor recurre a la experiencia de Bill Watterson, creador de la tira cómica Calvin y Hobbes, “quien trabajó durante cinco años en una empresa de mierda, y a pesar de todo consiguió crear sus personajes. Y cuando se hizo famoso y comenzó a ganar dinero, querían que se dedicase a hacer caja con el marketing y que delegara la realización de los cómics en sus colaboradores. Y se negó, porque iba a ganar más dinero, pero no se iba a divertir. Y eso es lo que nos debemos a nosotros mismos, hacer lo que nos divierte. La otra alternativa es vivir para los demás”.

La serendipia importa

Descubrir algo cuando se está buscando otra cosa sucede de continuo. García Ureta explica cómo la actriz Jessica Lange fue a la universidad simplemente para escapar del pequeño pueblo en el que vivía. Eligió Bellas Artes y quería ir a pintura, pero como la clase estaba llena, se metió en la de fotografía. Allí alguien le propuso hacer un documental sobre flamenco en Andalucía. Después se marchó a París, donde conoció a alguien que le propuso hacer una prueba para una película en California, y como su hermana vivía allí, aceptó. "Así la contrataron para hacer uno de los papeles protagonistas de King Kong y llegó a ser una estrella de cine. Esta experiencia demuestra cómo quien planifica de continuo deja de hacer un montón de cosas, y se pierde un montón de experiencias".

La constancia es el núcleo

Todo lo sobrenatural es obra del esfuerzo. Y los buenos resultados no se los debemos a la naturaleza ni a ningún Dios, sino a nuestra persistencia, señala García Ureta. “Hasta alguien como Churchill, que era bipolar y que bebía desde primera hora de la mañana, sabía que su éxito era debido a la constancia”. Y tenemos que ser conscientes del valor de la persistencia, porque es lo conseguirá que salgamos adelante cuando las cosas vienen mal dadas. “El esfuerzo es de las pocas cosas de las que podemos fiarnos en la vida”.

La teoría no sirve, la experiencia sí. Muchas empresas desconfían de quienes poseen amplios conocimientos académicos, y van en busca de quienes demuestran que han conseguido resultados. Identifican lo racional con mera palabrería y creen que la única realidad proviene de la experiencia. Desde esta perspectiva, la universidad se convierte en el modelo a evitar, en un espacio donde el caudal teórico acaba por ahogar la iniciativa, el ímpetu y la energía. Esta corriente de pensamiento encuentra su mejor ejemplo en el premio instituido por la fundación de Peter Thiel, cofundador de Paypal, miembro del consejo de Administración de Facebook y uno de los 400 hombres más ricos del mundo, que ofrece una sustanciosa cantidad a jóvenes empresarios, siempre y cuando sean capaces de dejar la universidad para montar su compañía.