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Cómo la televisión acaba con los matrimonios
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NO NOS VALE LO QUE TENEMOS

Cómo la televisión acaba con los matrimonios

Un nuevo estudio realizado por Jeremy L. Osborn, investigador del Albion College, y publicado en la revista académica Mass Communication and Society, revela cómo el ver con

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Cómo la televisión acaba con los matrimonios

Un nuevo estudio realizado por Jeremy L. Osborn, investigador del Albion College, y publicado en la revista académica Mass Communication and Society, revela cómo el ver con frecuencia la televisión influye muy negativamente en las relaciones románticas. Las representaciones que difunden programas y series terminan por generar un mucho menor compromiso con la pareja. Se poseen mayores  expectativas de lo que una relación matrimonial debe ser, se toleran menos los sacrificios que exige y se percibe de un modo más favorable la existencia de alternativas a la relación actual.

Cuando  la realidad y la fantasía no coinciden

No se trata, pues, de que la televisión haga que nos comuniquemos por debajo de nuestras posibilidades, o que dediquemos más tiempo a un tipo de ocio pasivo y menos a nuestra relación, sino que el gran peligro estriba en que las imágenes que difunde acaban penetrando en nuestra mente. No valoramos lo que poseemos, sino que reparamos más en las cosas que nos faltan o en las que podríamos llegar a tener.

Es importante que sepamos qué factores están provocando el fracaso de tantos matrimonios

Los análisis de la influencia de la televisión sobre los ámbitos familiares han sido relativamente frecuentes en entornos académicos, pero casi siempre se centraban en asuntos políticos o en los efectos a corto plazo respecto de las actitudes y creencias personales. Este estudio, titulado When TV and Marriage Meet: TV's Negative Impact on Romantic Relationships ofrece otra visión, subrayando cómo las imágenes que recibimos van permeando poco a poco las ideas que nos hacemos acerca de cómo deberían ser nuestras relaciones, de cuáles son las recompensas que nos merecemos, y las expectativas que ponemos sobre cómo debe tratarnos el otro o cómo debe tratarnos la vida. Por absurdo que parezca, y por más que todo el mundo entienda que las ficciones televisivas no son más que historias que utilizamos para nuestro entretenimiento, lo cierto es que sus repercusiones llegan mucho más lejos de lo que el sentido común dicta.

Así, cuando en una serie el marido está tan enamorado que regala a su esposa un diamante para celebrar su aniversario, es capaz de dejarlo todo por ella o la salva de un atentado terrorista jugándose la vida, damos por descontado que no es real, pero no por ello dejamos de aspirar a que algo de esa entrega aparezca también en nuestra vida cotidiana. Al final, este tipo de mensajes, cuando son habitualmente  repetidos, consiguen que comencemos a valorar nuestras relaciones desde perspectivas no siempre ajustadas a la realidad y que, cuando ésta no se ajusta a nuestros ideales, empecemos a buscar otro tipo de relaciones.

Según el autor, “vivimos en una sociedad que constantemente se sumerge en las imágenes de los medios de comunicación pero no somos conscientes de cómo nos afectan. La tasa de fracaso matrimonial en los EE.UU. no está disminuyendo, y es importante que la gente tenga las ideas claras acerca de qué factores están provocando el final de tantas relaciones”.

Un nuevo estudio realizado por Jeremy L. Osborn, investigador del Albion College, y publicado en la revista académica Mass Communication and Society, revela cómo el ver con frecuencia la televisión influye muy negativamente en las relaciones románticas. Las representaciones que difunden programas y series terminan por generar un mucho menor compromiso con la pareja. Se poseen mayores  expectativas de lo que una relación matrimonial debe ser, se toleran menos los sacrificios que exige y se percibe de un modo más favorable la existencia de alternativas a la relación actual.