El amigo ideal es leal, sincero y solidario (además de rico)

El triunfo de una amistad es una cuestión de expectativas. Este es el enfoque que ha adoptado un nuevo estudio publicado el pasado mes de junio en el Journal of Social and Personal Relationships para desvelar cuáles son los rasgos que suelen configurar nuestra imagen mental del amigo ideal. En definitiva, señala el veterano investigador Jeffrey A. Hall, lo que buscamos en los demás parte del concepto mental que mantenemos y que se va moldeando a través de nuestras experiencias, relaciones previas y necesidades. El profesor de la Universidad de Kansas es uno de los estudiosos con más experiencia en el campo de las relaciones personales, pero hasta ahora no había profundizado en los factores que nos hacen elegir a unos amigos por encima de otros.

El estudio concluye que las características más importantes para comenzar una amistad son una reciprocidad simétrica en la relación (lealtad, confianza y compromiso), comunión (intimidad, sinceridad) y asunción de responsabilidades (un comportamiento general que buscaría la solidaridad con su amigo). Sin embargo, lo que Hall descubrió que no se consideraban factores importantes en las amistades eran la personalidad y la inteligencia del potencial compañero. Por último, Hall detalla aquellas cualidades que se encuentran en un punto intermedio entre lo innecesario y lo deseable: compartir opiniones y aficiones y proporcionar ayuda económica, que se valoraban positivamente, pero no eran características imprescindibles para considerar a alguien un amigo.

El amigo ideal es aquel que se comporta como nuestros mejores amigos del pasadoHall recuerda la importancia de pasárselo bien para fortalecer una amistad y señala que en el llamado modelo aristotélico del compañerismo ya figuraba una referencia a la importancia de pasárselo bien juntos para reafirmar una amistad. El investigador recuerda igualmente que durante los últimos años, diversos estudios han puesto de manifiesto la importancia del atractivo físico a la hora de elegir un amigo, y defiende que, según sus resultados, así es: “nuestros resultados son consistentes con las conclusiones de J. Lusk y sus compañeros, según las cuales el atractivo, la riqueza y la condición atlética de una persona son factores que aparecen en los conceptos de la amistad ideal”. Hall recuerda que son factores –algo políticamente incorrectos– que se deben tener en cuenta en el futuro aunque no se les haya prestado atención con anterioridad.

Esperando lo mejor

Una de las aportaciones más interesantes del profesor de la Universidad de Kansas es el valor que se concede a la experiencia en la definición del amigo ideal. “Las representaciones cognitivas de la amistad pueden ser entendidas como una serie de proposiciones de ‘si… entonces’ (‘si necesito ayuda, mi amigo me la proporcionará), donde los amigos que las cumplen pasan a ser nuestro prototipo de amigo”, señala Hall. Es decir, el amigo ideal sería aquel que se comportase como se han comportado nuestros mejores amigos en el pasado.

Las mujeres suelen tener relaciones más largas e íntimasEl profesor recuerda igualmente cómo los niños que cumplen mejor que otros compañeros el papel del amigo ideal son más felices y gozan de más relaciones satisfactorias a lo largo de su vida, algo que se prolonga durante la edad adulta. Como señala el investigador, la mayor parte de investigaciones se han centrado en las relaciones entre personas de diferente sexo, por lo que se han pasado por alto factores importantes en las relaciones humanas como el atractivo percibido y los recursos materiales que la relación puede proporcionar, que según Hall se encuentran entre los objetivos perseguidos por cada persona, aunque muchos no se atrevan a expresarlo.

Diferencias entre sexos

Otro estudio realizado el pasado año por Hall pone de manifiesto que los hombres y las mujeres no buscan las mismas cosas en una amistad con personas del mismo sexo. En él, Hall indica que, aunque tanto hombres como mujeres dan a sus relaciones una importancia semejante y utilizan ideas semejantes para referirse a estas, sus expectativas son diferentes. Por lo general, las mujeres suelen mantener un estándar más alto que los hombres en lo que esperan de sus amigos, por lo que es más difícil que se encuentren satisfechas en una relación. La explicación que Hall aduce es que suelen tener más cuidado que los hombres al seleccionar amigas durante su adolescencia, lo que se prolonga en su madurez, provocando unas relaciones más íntimas con sus amigas y más largas a lo largo del tiempo que en el caso de los hombres.

Los resultados obtenidos por Hall en su análisis de lo que hombres y mujeres buscan en una amistad no están exentos de cierta polémica. Las mujeres dan más importancia que los hombres a la lealtad, la intimidad y el compañerismo, pero por el contrario, no ocurría lo mismo a la hora de tener en cuenta el estatus social y el estado de forma (físico) del potencial amigo, que era más relevante en el caso de los hombres. Una vez más, Hall recurría a la teoría evolucionista para explicar tal divergencia: según esta, las mujeres necesitan más que los hombres el apoyo de su entorno para aliviar momentos de estrés extremo, como la cría de un hijo, puesto que “se trata de una relación asimétrica que necesitaría ser compensada con otra simétrica”, es decir, una relación de amistad femenina.

Los hombres se muestran más tolerantes con las infidelidades de sus amigosEn el caso de los hombres, esta consideración estaría relacionada con la competitividad propia del comportamiento masculino, en la que se compagina con lo cooperativo. “Los hombres tienden a organizar sus estructuras sociales de forma jerárquica, y una vez que se asientan estas relaciones, esto asegura un acceso mayor a los recursos externos de que disponen los demás”, señala Hall. “Las amistades necesitan ser mantenidas para alcanzar las metas que tiene el grupo”, lo que explicaría, al menos en teoría, por qué a los hombres les preocupa rodearse de gente con un nivel social elevado y en buena forma física, en teoría un signo externo de su competencia social.

Las reglas de la amistad

Si estas características son las que buscamos en una relación de amistad, ¿qué buscamos para que esta se mantenga? Aunque algunas cosas cambien –la confianza y la intimidad son más importantes que la simple diversión–, según señala Hall, lo más importante es respetar las reglas de la amistad. Para ello se refiere al trabajo de su compañera de la Universidad de California Diane H. Felmlee que desentrañó en un estudio publicado en 1999 qué era lo que más detestaban y más apreciaban los hombres y las mujeres en sus relaciones personales. En él, la autora afirmaba que lo que más odiaba el mundo femenino son las actitudes que sienten una traición a la amistad (como cancelar una cita a última hora), algo que a los hombres les resultaba indiferente. Y sin embargo, estos utilizaban más expresiones como “debería ser”, “tiene que tener”, a la hora de definir a sus potenciales compañeros.

En general, afirma Felmlee, los hombres esperan menos de sus amigos (hombres) que las mujeres de otras mujeres. Además, los hombres reaccionan de manera más positiva que las mujeres cuando veían a un amigo “besando a otra persona que no fuese su pareja”, es decir, siendo infiel. Lo que ambos sexos esperaban de un amigo era, básicamente, apoyo, confianza y lealtad, al igual que ocurre en el nuevo estudio realizado por Hall. Aquellos que rompían las reglas tácitas de la relación, se encuentran condenados al rechazo de sus amigos.