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El síndrome de los 'pulgares anchos', una enfermedad difícil de identificar
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‘DIA INTERNACIONAL’ DEL TRASTORNO DE RUBINSTEIN-TAYBI

El síndrome de los 'pulgares anchos', una enfermedad difícil de identificar

En 1957 tres doctores griegos,  Michail J, Matsoukas J, y Theodorou S, describieron el primer caso conocido del Síndrome de Rubinstein-Taybi (SRT), también conocido como “síndrome de los

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El síndrome de los 'pulgares anchos', una enfermedad difícil de identificar

En 1957 tres doctores griegos,  Michail J, Matsoukas J, y Theodorou S, describieron el primer caso conocido del Síndrome de Rubinstein-Taybi (SRT), también conocido como “síndrome de los pulgares anchos”: se trataba de un niño de siete años, con los pulgares arqueados –de ahí su sobrenombre–, microcefalia, hipotonía muscular y retraso mental; características físicas comunes a casi todas las personas que sufren el trastorno, que se completan en ocasiones con problemas gastrointestinales, anomalías cardiacas y renales y problemas de visión. 

El 3 de julio de 2006 falleció el doctor Rubinstein, motivo por el que se ha elegido esta fecha para establecer el Día InternacionalEl artículo de estos doctores pasó desapercibido, pero ese mismo año el pediatra estadounidense Jack Rubinstein estudió el caso de una niña de tres años que tenía el mismo problema. En 1961 el radiólogo, también norteamericano, Hoosgang Taybi, que había registrado otro caso del síndrome, entró en contacto con su colega Rubistein y en 1963, tras comprobar que el trastorno se repetía en niños de todo el mundo sin ningún tipo de vinculación, publicaron un artículo en la revista American Journal Diseases of Children describiendo los casos de todos los pacientes que habían estudiado. Fue entonces cuando el síndrome empezó a conocerse con el nombre de estos dos doctores.

El 3 de julio de 2006 falleció el doctor Rubinstein, y con motivo de la efeméride se ha elegido esta fecha para establecer el Día Internacional del SRT, que se celebra hoy por primera vez.

Un síndrome difícil de identificar

No hay ningún marcador médico que ayude al diagnóstico del síndromeEl SRT es un trastorno poco común, una enfermedad rara que afecta a uno de cada 100.000 o 125.000 nacimientos, ya sean hombres o mujeres (la incidencia es similar en ambos géneros), difícil de detectar y cuyas causas aún no se conocen con certeza. María Berdasco, miembro del grupo de epigenética del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge, afirma que el problema principal de los afectados por el SRT, que es común a los pacientes de otras enfermedades raras, es que “el diagnostico es difícil”. El trastorno no se identifica hasta pasados varios meses o incluso años. No hay ningún marcador médico que ayude al diagnóstico del síndrome ya que, aunque existen pruebas genéticas, no siempre dan positivo, y son los rasgos físicos los que suelen determinar su identificación. Pero en la mayoría de ocasiones, tal como explica Berdasco, estos rasgos no se dan todas a la vez, por lo que el diagnostico se vuelve aún más complejo.

A vueltas con los genes

Se sabe que el SRT tiene un origen genético, pero no suele ser hereditario. Habitualmente los casos aparecen de forma esporádica, sin precedentes familiares ni problemas en el embarazo, debido a mutaciones aleatorias en distintos genes que juegan un papel decisivo en el desarrollo de algunos órganos y sistemas del cuerpo.

Hasta la fecha se han identificado dos genes causantes del SRT: el CBP, que lleva a un funcionamiento anormal de una proteína denominada CREB, cuya alteración causa el 50% de los casos y el EP300, que es responsable del 3%. Para el resto de casos, que suponen casi la mitad del total, se sigue sin identificar la causa, por lo que deben existir otros genes causantes del trastorno cuya vinculación con la enfermedad se desconoce.

Se está investigando qué mutación concreta del gen CBP causa el trastornoLa investigación sobre la enfermedad se centra en dos vías: saber por qué las mutaciones de CBP causan este trastorno; e identificar qué otros genes son responsables del mismo. El CREB es una proteína hipogenética que regula la disponibilidad de nuestro material genético. Se está investigando para localizar qué mutación concreta del gen que regula la misma causa el trastorno algo que, a largo plazo, podría ayudar a encontrar una terapia para tratar el síndrome. 

Hasta ahora no existe un tratamiento farmacológico, sólo herramientas para paliar los síntomas. Berdasco explica que, en cualquier caso, la investigación es complicada: “La dificultad que tiene trabajar con estos niños es que no hay una fuente de material ilimitada. Los casos son poco numerosos. Se trabaja extrayendo el ADN, secuenciándolo y tratando de encontrar la alteración, pero no es sencillo. Muchas veces se ven polimorfismos naturales que no se corresponden con una disfunción”. Y aclara que “se están excluyendo el resto de causas que no conocemos”. Por ello se trabaja también tratando de encontrar otros genes responsables.

En busca de visibilidad

El SRT sufre los problemas de todas las enfermedades raras: al no tener una incidencia masiva su financiación es escasa. Berdasco cree que “en los últimos 5 o 6 años ha habido un cambio en la política sanitaria y se empieza a dar más apoyo a enfermedades de este tipo, pero los fondos siguen siendo mucho más limitados”. Además, explica la doctora, faltan asociaciones que defiendan los intereses de los afectados por estas enfermedades. En España opera ya la Asociación Española del Síndrome Rubinstein-Tayibi, pero sigue siendo minoritaria. Berdasco es clara al respecto: “La capacidad de presión de los familiares de afectados por enfermedades raras es menor que la que pueden hacer otros grupos. Es necesario que la conciencia social ayude a mover estos temas”. 

En 1957 tres doctores griegos,  Michail J, Matsoukas J, y Theodorou S, describieron el primer caso conocido del Síndrome de Rubinstein-Taybi (SRT), también conocido como “síndrome de los pulgares anchos”: se trataba de un niño de siete años, con los pulgares arqueados –de ahí su sobrenombre–, microcefalia, hipotonía muscular y retraso mental; características físicas comunes a casi todas las personas que sufren el trastorno, que se completan en ocasiones con problemas gastrointestinales, anomalías cardiacas y renales y problemas de visión.