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El político austriaco que puede ganar 16.000 euros por hacer el amor en el bosque
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LA VIDA PRIVADA, INVADIDA POR LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS

El político austriaco que puede ganar 16.000 euros por hacer el amor en el bosque

Un político austriaco ha pedido una indemnización de 16.000 euros por haber sido grabado durante la realización de prácticas sexuales en un bosque. La asociación austriaca

Foto: El político austriaco que puede ganar 16.000 euros por hacer el amor en el bosque
El político austriaco que puede ganar 16.000 euros por hacer el amor en el bosque

Un político austriaco ha pedido una indemnización de 16.000 euros por haber sido grabado durante la realización de prácticas sexuales en un bosque. La asociación austriaca Carinthian Hunting Society había colocado cámaras en la arboleda para observar el comportamiento del ciervo rojo y del jabalí, pero cuando fueron a recoger lo filmado se encontraron con imágenes de otro tipo de “vida salvaje”.

Las cámaras, además, eran instrumentos tecnológicos de gran precisión, equipados con sensores de movimiento y con infrarrojos, ya que estaban pensadas para capturar imágenes muy precisas, incluso de la vida nocturna. El político y su pareja, por lo tanto, fueron grabados con todo lujo de detalles.

Polémica legal

La colocación de cámaras en el bosque para observar la vida animal es frecuente en Austria, lo que ya había generado alguna polémica, pero este caso se han disparado todas las alarmas, especialmente porque no había ninguna indicación expresa de su existencia. La Carinthian Hunting Society se ha defendido a través su abogada, Freydis Burgstaller-Gradenegger, quien ha señalado en unas declaraciones a la cadena alemana ORF que las cámaras estaban instaladas en una zona del bosque en la que la gente raramente se adentra, especialmente porque hay carteles que señalan que por ese área no está permitido pasear.

El político ha pedido una elevada indemnización aunque su nombre no es conocido y las imágenes no han sido difundidasLas leyes austriacas restringen el uso de estas cámaras de vigilancia a determinados contextos y siempre que se avise de su presencia, de forma que todo el mundo que sea filmado sepa que las imágenes están registrándose. Ello ha llevado al político austriaco, cuyo nombre ha permanecido en el anonimato, a solicitar una elevada indemnización por haber sido grabado incluso cuando su nombre no es conocido y las imágenes no han sido difundidas.

El ojo que todo lo ve

Estamos ante un problema que cada vez será más frecuente en el mundo occidental, dada la proliferación de medios técnicos que permiten captar imágenes de forma sencilla y barata, y difundirlas sin coste. Así lo asegura Diego Fanjul, abogado especialista en protección de datos, quien señala cómo el choque entre seguridad y derechos civiles será cada vez más complejo en los próximos años: “La existencia de dispositivos móviles que permiten grabar imágenes fácilmente, el aumento de la presencia de cámaras en lugares públicos y privados está dando lugar a evidentes colisiones jurídicas, entre nuestro derecho a la privacidad y la seguridad”.

Lo cual es una deriva preocupante, advierte Fanjul, porque se están tomando medidas que aparentemente salvaguardan nuestra seguridad pero que en realidad carecen de la utilidad que prometen. “Se están aprobando en Inglaterra leyes que legitiman jurídicamente el uso de tecnología que permita rastrear correos electrónicos y la mensajería instantánea con la excusa de combatir el terrorismo, pero que en realidad no son nada eficientes”.

Lo real y lo jurídico

Estamos en un terreno normativo cambiante en el que la realidad va por delante del derechoEn todo caso, en España funciona una normativa muy similar a la austriaca, negando la posibilidad de que una entidad privada coloque cámaras en un lugar público. Lo que sí está permitido, asegura Fanjul, es la captura de imágenes en casos en los que la cámara está situada en la puerta de un local privado (un establecimiento o una vivienda), pero sólo en determinadas condiciones. Ahora se ha puesto de moda colocar cámaras Domo (que pueden tomar imágenes de 360 grados)  en fachadas de las casas, lo cual no está permitido.

En todo caso, advierte Fanjul, estamos en un terreno normativo completamente cambiante en el que la realidad va por delante del derecho. La tecnología, las prácticas en la difusión y la frecuencia con que se captan imágenes privadas sin consentimiento hacen que la protección que ofrecen las normas carezca de la rapidez y de la extensión que serían necesarias.

Un político austriaco ha pedido una indemnización de 16.000 euros por haber sido grabado durante la realización de prácticas sexuales en un bosque. La asociación austriaca Carinthian Hunting Society había colocado cámaras en la arboleda para observar el comportamiento del ciervo rojo y del jabalí, pero cuando fueron a recoger lo filmado se encontraron con imágenes de otro tipo de “vida salvaje”.