Es noticia
Estrangularse hasta perder el conocimiento, juego de moda
  1. Alma, Corazón, Vida
LAS PRÁCTICAS DE RIESGO DE LOS ADOLESCENTES

Estrangularse hasta perder el conocimiento, juego de moda

Las nuevas prácticas sociales que arrasan en la Red ponen en riesgo la vida como parte de un juego. El más peligroso es el 'Choking game',

Foto: Estrangularse hasta perder el conocimiento, juego de moda
Estrangularse hasta perder el conocimiento, juego de moda

Las nuevas prácticas sociales que arrasan en la Red ponen en riesgo la vida como parte de un juego. El más peligroso es el 'Choking game', también conocido como juego del ahorcado. Consiste en provocarse la asfixia hasta el desvanecimiento para experimentar sensaciones fuertes; la falta de oxígeno en el cerebro causa la pérdida de la conciencia provocando alucinaciones y sensación de placer. Pero en realidad es como jugar a la ruleta rusa, ya que bastan tres minutos para morir o sufrir daños neurológicos severos. Lo peor de todo, los niños y adolescentes que lo practican, a menudo, no lo saben.

Adolescencia y juegos de riesgo van unidos de la mano desde siempre. Los chavales se sienten invulnerables y muchos buscan la euforia y la adrenalina sin ser conscientes del peligro mortal que entrañan sus acciones. La diferencia ahora es que los límites están difuminados y la "hazaña"  en sí ha dejado de ser lo más importante, hay que grabarla o fotografiarla y "colgarla" en internet para que se enteren los demás.

Algunos de los juegos peligrosos que arrasan en la Red, además de 'Choking game', son:

'Balconing'

placeholder

El arriesgado salto gana cada vez más adeptos y se ha puesto de moda entre los jóvenes turistas extranjeros que se alojan en hoteles de la costa catalana y de las Islas Baleares. El temerario juego, vinculado a la ingesta de grandes cantidades de alcohol y estupefacientes, consiste en saltar desde el balcón de una habitación al de otra, o bien directamente a la piscina.
Más de una docena de muertos y medio centenar de heridos es el triste balance de los dos últimos años en España.

'Train surfing'

placeholder

El “surfeo de trenes” es otra manera de jugársela. Se trata de una práctica extrema que consiste en subirse a un tren en marcha. En España todavía no se han detectado casos, pero la práctica se difunde rápidamente por internet.
Ya se han registrado casos mortales en Dinamarca, Reino Unido –donde se nota un incremento de prácticas en las redes del metro–, Australia y Sudáfrica. El peligro se intensifica no sólo por la posibilidad evidente de una caída, sino por los postes y túneles que se cruzan a gran velocidad.

'Planking'

placeholder

Fotografiarse en lugares insólitos, con el cuerpo rígido y siempre boca abajo en equilibrio inestable, es una moda que llega de Australia. Los aficionados se fotografían encima de señales de tráfico, de chimeneas, o de las barreras de un paso a nivel. El aliciente consiste en ser creativo, expresarse y formar parte de un fenómeno mundial, ya que las fotografías se comparten en la Red.
Un juego aparentemente sin riesgos que, llevado al extremo ha causado ya alguna muerte, como la del joven australiano Acton Beale, que falleció al caerse del balcón de un séptimo piso cuando posaba para hacerse una foto.

Niños y adolescentes copian conductas temerarias

El fenómeno de los juegos peligrosos está ampliamente subestimado, ya que un cierto número de muertes son clasificadas como suicidios o accidentes domésticos. ¿Por qué los que practican estos juegos ponen a prueba los límites de su cuerpo? Los expertos lo tienen claro, no existen tendencias suicidas, sino búsqueda de límites. Del mismo modo que los adolescentes, los niños también buscan experimentar sensaciones.

Valentín Martínez-Otero, doctor en psicología y pedagogía y profesor de la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid asegura que estas prácticas pueden darse en niños y adolescentes. "En niños pequeños nos encontramos que no siempre distinguen la realidad de la ficción y en niños mayores o adolescentes no es extraño que se plantee esta conducta en un contexto de búsqueda irresponsable de excitación a través del riesgo".

Los niños pequeños no siempre distinguen la realidad de la ficción y asumen riesgos de manera inconsciente

El doctor en psicología asegura que no existe una única explicación que justifique estas conductas ni un perfil único de los que las practican. "No es raro encontrar entre menores que ponen en riesgo su vida características del tipo: menor percepción del peligro, escaso autocontrol, elevada impulsividad, poca socialización... En algunos casos las conductas arriesgadas se explican por una depresión", matiza. El experto también achaca esta conducta a la copia. "No hay que olvidar tampoco el consumo de programas audiovisuales inadecuados como películas o dibujos animados. Hay niños que tienden a imitar las conductas de riesgo que observan en sus personajes favoritos de ficción". Una niña de 11 años falleció en 2004 al precipitarse desde un quinto piso jugando con un paraguas a ser 'Mary Poppins'. Otro niño, de 9, también perdió la vida en 2008 al caerse desde un cuarto piso mientras jugaba a ser 'Spiderman'.

Esta tendencia a dejarse influir por sus modelos de ficción –explica el psicólogo-, se ve agravada por la realidad familiar y social de que cada vez más niños pasan más tiempo solos, sin adultos que supervisen, orienten y pongan límites a sus comportamientos. “En muchas ocasiones, la falta de tiempo de los padres, o por no poner eufemismos, la dejadez, es la que lleva a estos chicos y chicas a este tipo de conductas”, opina Jesús Francisco Javier Ramírez, psicólogo educativo.

'Jugar' para integrarse socialmente

Todos los niños pueden ser víctimas de tales prácticas. Los temerarios, sin duda, pero también los más reservados y tímidos, ansiosos por integrarse en un grupo. La emulación tiene un papel esencial en la extensión del problema, sin olvidar los casos en que el estrangulamiento no es provocado por la propia víctima, sino por otro u otros niños. "Este tipo de actividades tienen un carácter social, porque ningún chaval las haría estando solo. Cuando se juntan varios lo hacen por ser los gallitos, y al final acaban haciéndolo todos, o al menos, casi todos", opina Ramírez.

placeholder

Martínez-Otero también opina que la mayoría de estos "juegos" suelen practicarse en compañía de otros por una cuestión de aceptación social, por no quedarse rezagados y mantenerse a la última. "Se sabe que el grupo, sobre todo en la adolescencia, tiene un gran impacto sobre sus integrantes. Esta influencia puede ser perniciosa, especialmente cuando hay un líder con una personalidad anómala o si esos adolescentes han consumido drogas o alcohol, algo bastante frecuente". De hecho, Ramírez achaca la práctica de estos juegos, en un porcentaje elevado, a la ingesta de drogas. "Son juegos que practican los jóvenes en situaciones extremas, es decir, cuando se juntan muchos y han tomado, sobre todo, alcohol en cantidad o mezclado con cualquier otra sustancia".

Advertir de los riesgos es el mejor remedio

La edad media de quienes practican el 'Choking game' oscila entre los 9 y 18 años, aunque se han detectado casos de niños que con tan solo 6 años ya se han iniciado, inducidos, en la mayoría de los casos, por sus hermanos mayores. El año pasado se contabilizaron 939 muertes de jóvenes atribuidas al 'Choking game', según las estadísticas del Games Adolescent Shouldn´t Play (GASP). Según un estudio del Center for Disease Control and Prevention (CDC) de Estados Unidos, el 11% de jóvenes de entre 12 y 18 años y un 19% de jóvenes de entre 17 y 18 años lo han practicado alguna vez. En Francia se estima que fallecen cada año unos 10 niños a causa del juego del ahorcado y que en los últimos 10 años el número de víctimas alcanza el centenar.

Es importante marcar pautas y límites desde el diálogo para que el menor no se rebele

La prevención es el mejor de todos los remedios y, al igual que en Francia opera  la Asociación Apeas para advertir a los padres del riesgo que supone la práctica del juego del ahorcado, el doctor en psicología Martínez-Otero opina que lo más importante es garantizar la seguridad del niño educándole.“Es mejor prevenir que lamentar y, desde luego, ha de garantizarse la seguridad del niño. Desde el punto de vista educativo, es inadecuada la sobreprotección, pero desde luego también la permisividad. Es muy aconsejable que se hable con los hijos de forma razonable, clara y precisa, en función de su edad y circunstancia”, asevera.  

Conocer los hábitos de los niños, dónde están, marcarles pautas y límites, –"pero en un marco de diálogo y comprensión, de otro modo se pueden rebelar, advierte el experto–" es el comienzo para evitar que incrementen el número de participantes de juegos estos macabros. "Es positivo contar con el colegio, involucrar al vecindario, conocer a los amigos y las actividades de los hijos", sentencia.

Las nuevas prácticas sociales que arrasan en la Red ponen en riesgo la vida como parte de un juego. El más peligroso es el 'Choking game', también conocido como juego del ahorcado. Consiste en provocarse la asfixia hasta el desvanecimiento para experimentar sensaciones fuertes; la falta de oxígeno en el cerebro causa la pérdida de la conciencia provocando alucinaciones y sensación de placer. Pero en realidad es como jugar a la ruleta rusa, ya que bastan tres minutos para morir o sufrir daños neurológicos severos. Lo peor de todo, los niños y adolescentes que lo practican, a menudo, no lo saben.