Jimena, más cerca del sanatorio en 'La Promesa': así ha reaccionado Mr. Cavendish a su numerito

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Los personajes de la serie La Promesa no dan abasto ante las cada vez más locas ocurrencias de Jimena. La esposa de Manuel en la ficción de época, que La 1 de Televisión Española emite cada tarde entre semana a las 17:30 horas, ha vuelto a protagonizar otro vergonzoso numerito en el episodio de este martes, pero esta vez lo ha hecho delante de alguien que ha hecho comprometer al apellido Luján.

Se trata de Mr. Cavendish, el empresario británico que, supuestamente, ha llegado a La Promesa para interesarse por las mermeladas de Catalina, aunque en realidad es todo una tapadera para ejercer el tráfico de armas con Pelayo y Jerónimo. Jimena se ha presentado ante él, pero no de cualquier manera, motivo por el que su familia se ha escandalizado.

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A. Richart

En una velada nocturna, Walter Cavendish hablaba con Lorenzo y Margarita, mientras presumía de la educación británica, a propósito de las noticias de que Curro se marcharía a Reino Unido a estudiar. En ese momento, una nueva invitada ha interrumpido la conversación. "Buenas noches", ha hablado una Jimena vestida como nunca antes la habían visto los espectadores de La Promesa.

"Sufragista amargada"

Jimena ha aparecido sin su habitual recogido en moño, enjoyada, maquillada con fuertes colores y vestida con un brillante vestido con escote. La hija de los duques ha esperado que alguien le presentase al invitado, pero todos en el salón estaban consternados por la inesperada aparición de la joven. Jimena ha abordado con el señor comentarios sobre la alta costura británica, y la chica ha sugerido que quizás Walter no se fijaba tanto en los vestidos femeninos como en las voluptuosidades.

Catalina ha querido cortar de raíz la conversación y le ha propuesto a Jimena que se marchase a descansar, pues debía estar fatigada. Ha sido entonces cuando la chica ha estallado furiosa, y ha arremetido contra su cuñada con originales agravios: "Eres una sufragista amargada dándole órdenes a otra mujer", ha comentado en voz alta Jimena frente al inglés. La inestable muchacha ha reprochado a Catalina que no tuviese ni idea de moda, y que se pasase el día entre cabreros, vestida de mala manera.

Jimena ha aparecido sin su habitual moño, y vestida con un vestido escotado

Margarita ha intervenido, pero para ella también ha repartido leña Jimena. "¿Qué hace todavía en esta casa?", se ha cuestionado la arrebatada, a lo que ha añadido que la madre de Martina "en su vida va a dejar de ser una plañidera". Margarita le ha pedido respeto a la chica, y Jimena le ha contestado que no se merecía ninguno. Catalina y Margarita se han llevado a Jimena casi a la fuerza del salón, y Cavendish ha cuestionado que aquella muchacha fuese parte de la nobleza.

¿Camino al sanatorio?

Jana se ha encargado de animar a la chica mientras otra criada la desmaquillaba en sus aposentos. Abel ha pensado que quizás habría que subirle la dosis de medicación a Jimena, aunque lo mejor sería que la viese un especialista. Eso sí, según ha avisado el doctor a los marqueses, se corría el riesgo de que un psiquiatra enviase a la joven a un sanatorio. "Eso no ayudó a tu hermana", ha comentado Margarita sobre Eugenia, pero Cruz le ha mandado callar a su cuñada.

Catalina ha encontrado a Jimena algo más calmada, y le ha comentado en privado lo que Abel había recomendado de que le viese un especialista. La afectada ha pensado que no era ella la única que debía de poner de su parte, pues al final tan solo era una chica solitaria, rodeada de gente que quería apartarle de Manuel. Catalina ha negado que eso fuese verdad, y que lo único que querían era que controlase sus arranques.

"¿Mis qué?", ha preguntado Jimena, comenzando, efectivamente, un nuevo arranque. La chica se ha puesto muy nerviosa, asumiendo que querían enviarle al sanatorio como hicieron con Cruz, y Catalina le ha corregido con que era una casa de reposo.

La esposa de Manuel ha acusado a su cuñada de ser una falsa, pero ha acabado midiendo sus palabras y diciendo lo que Catalina deseaba escuchar: que a partir de aquel momento se portaría "muy bien". ¿Cuánto le durará la paz a Jimena? ¿La enviarán al sanatorio como a Eugenia?