Mamen Mendizábal ('Anatomía de'): "El caso del Madrid Arena va a ser el programa más duro de la temporada"

Hace ya tres años que Mamen Mendizábal decidió bambolear su situación laboral y abandonar el mundo de la información diaria en La Sexta. Un giro radical que obtuvo sus frutos, con Anatomía de como una de las propuestas más competitivas del canal de Atresmedia y con la que más disfruta la periodista, tal y como nos admite en esta entrevista exclusiva de EL CONFI TV.

Desde hoy domingo, 7 de abril de 2024, Mendizábal vuelve a poner el foco en asuntos que otros no le pusieron en su época. Después de movilizar conciencias en su primera tanda de capítulos, con arrollador éxito de audiencias y de repercusión social, la que fuese cabeza de cartel de la información diaria en La Sexta se remanga para investigar otros 11 casos que nos implican a todos los españoles.

"Trataremos casos frívolos como el secuestro de Mélodie Nakachian"

Este formato, que crea Producciones del Barrio, no busca dar un toque de atención a las autoridades pertinentes de los casos en los que ponen la lupa, asegura la comunicadora. Pero sí hacer reaccionar al personal ante sustanciales sucesos que han pasado de largo en la historia en España, como la decena en los que ahondan a lo largo de esta temporada.

PREGUNTA. La primera tanda de capítulos de Anatomía de reclutó a un 6% de cuota y 776.000 espectadores, una audiencia que supera a la media del canal (5,8% en abril de 2023), ¿cuál es el truco del éxito del formato?

RESPUESTA. Más allá del éxito de las audiencias, el truco es hacer memoria a través del true crime. Este programa tiene ese elemento de narrativa que hace traer hechos relevantes de hace 30 años de la historia de España, algo que lo hace muy atractivo y frenético. El público es muy cómplice de lo que estamos contando y con un uso del archivo audiovisual que te hace como espectador volver a colocarte en esa época. Es casi un retrato sociológico de lo que éramos.

Creo que el programa funcionó muy bien, porque creo que consigue que la gente más mayor recuerde y los más jóvenes conozcan de lo que han oído hablar, pero no vivieron. Creo que consigue conectar estos saltos generacionales.

P. Sin embargo, el capítulo que, hasta la fecha, anota el récord del programa es ‘La riada de Biescas’, con un 8,1% y 1.132.000 telespectadores, ¿veremos este año un caso similar que reporte tanta expectación?

R. Sí, veremos un caso similar al de Biescas en cuanto a la dureza. Es verdad que Biescas el año pasado fue uno de los programas más duros, y uno de los de mayor éxito, y este verano, después de la tragedia de la discoteca de Murcia, pensamos que nada había cambiado, que las administraciones públicas y los organizadores de eventos no aprenden.

Por ello, hicimos memoria del Madrid Arena. El segundo capítulo que vamos a emitir es el Madrid Arena. Al igual que comprobamos en Biescas esa anatomía casi patológica de lo que había ocurrido, haremos una anatomía de lo que ocurrió en el Madrid Arena para descubrirle al espectador que esto no fue mala suerte ni una casualidad, sino que fue la suma de enormes negligencias, una tras otra, que llevaron a un trágico final.

Es un programa que genera mucha indignación, mucha rabia, pero que es una rabia que pretende transformar las cosas, que no busca quedarse estancada, sino que cambiemos entre todos las cosas. Que los que tienen que velar por nuestra seguridad, ya sea a la hora de instalar un camping en Biescas o a la hora de dar las licencias para un recinto municipal para un concierto, cumplan con toda la ley y nos garanticen la seguridad. Es, sin duda, el programa más duro que tenemos esta temporada.

"Con el periodismo de denuncia siempre habrá gente que se enfade y gente que se movilice para cambiar las cosas"

P. Anatomía de toca asuntos peliagudos y complejos que pueden implicar a muchos, ¿va a incomodar algún capítulo de esta nueva temporada, o, por lo menos, concienciar a alguien?

R. Siempre que hay un periodismo que tenga algo de denuncia, siempre habrá gente que se enfade y siempre habrá gente que se movilice para cambiar las cosas. Yo creo que eso ocurre en esta serie que hacemos nosotros. Hay programas, como el de Madrid Arena, que genera indignación, también el de Valdellós, porque en España estuvimos muy cerca de sufrir un accidente nuclear del que nos salvaron un puñado de héroes y se sabe muy poco de lo que ocurrió, de ellos y del silencio que hubo en torno a esto.

Genera mucha indignación todo esto y ganas de que haya más transparencia y de que cambien las cosas, y ese es nuestro objetivo. También hay programas más frívolos y más salseros, y otros más profundos. En este mismo clima de denuncia, uno de los capítulos que hacemos es sobre impostores, como Enric Marco, que se va a hacer una película este año, fue un personaje fundamental en la historia de España. Durante décadas se hizo pasar por una víctima de los campos de concentración nazi, y el discurso de la memoria, de la lucha democrática y de la deformación lo protagonizó él durante décadas, cuando se demuestra que no había puesto ni un pie en un campo de concentración, que no había pasado lo que estaba contando.

Historias como el secuestro de Mélodie Nakachian, que es otro de los programas, para nosotros fue un comienzo del crimen organizado en la Costa del Sol, de la que tanto se habla ahora y que hay mucha ficción en torno a ella. Fue para la policía y el ministerio del interior un reto y también una obsesión, porque a nivel internacional, la Costa del Sol era un lugar que está colocado como el más turístico del mundo y que las mafias organizadas camparan a sus anchas era una enorme preocupación para España.

Cogemos hechos concretos de la historia del país para retratar momentos, lo que nos define como sociedad y lo que somos. Por eso me gusta tanto este programa, porque te permite recorrer nuestro pasado y traerlo a la actualidad.

P. Teniendo en cuenta la notoriedad de muchos de los casos que citas y que ya se han podido ver en la anterior temporada, ¿habéis conseguido hacer reaccionar a los dirigentes competentes de cada hecho?

R. No es el propósito que buscamos. El periodismo busca muchas cosas, desde luego crear conciencia, contrapoder, denunciar... Pero, creo que, una vez denunciado, creo que son las autoridades las que actúen. No pretendo ir más allá de lo que tenemos la capacidad de hacer, que es mostrar lo que no funciona y pedir que se cambie. Los periodistas no somos justicieros tampoco.

"Una de las piedras que nos encontramos en el programa es que un tema que tiene muy poco archivo o imagen no puede hacerse"

P. ¿Qué ha sido lo más farragoso para vosotros a la hora de producir alguno de los episodios del programa? ¿Alguna piedra en el camino?

R. Te vas encontrando distintas piedras, unas son calizas, otras de pizarra, y también te vas encontrando distintos tamaños y diferentes razones. Se te puede ocurrir un tema excelente y te pones a hacer las entrevistas, pero, luego te encuentras con que es un tema que tiene muy poco archivo o muy poca imagen. Es que en los años 80, Televisión Española tenía este monopolio y no en todos lados estaba. Entonces, puedes tener un gran tema, pero si no tienes imágenes no puedes hacer un buen programa.

O, lo contrario, puedes tener imágenes y una fantasía audiovisual, pero los protagonistas no se animan a hablar y sin los protagonistas no hay programa. O que estés preparando un tema y ves que otra gente lo estaba haciendo o que se acaba de estrenar en no sé dónde. Muchas veces los periodistas estamos pescando en los mismos ríos en busca de los temas que puedan interesar. Nosotros empezamos la temporada con una lista ambiciosa de temas y vamos a hacer 11, y tenemos unos 25, y en el momento en el que te encuentras algún escollo insalvable, esa lista avanza de alguna manera para que el ritmo no pare, porque tenemos que cumplir unos plazos de producción en televisión.

P. Disfrutas al máximo a los mandos de este formato y hace tres años que decidiste cambiar radicalmente de enfoque laboral para “vivir como quieres”, pero, ¿echas de menos la actualidad diaria?

R. Es que soy una disfrutona nata, en general de nuestro curro. Hay mucha gente que dice: '¡No acerté con la carrera!'. Pues yo sí que acerté con la carrera, porque me gustaba lo que hacía antes y me gusta mucho lo que hago ahora y tengo la suerte de trabajar con un equipo fantástico, que estamos muy motivados de hacer justo esto.

No echo de menos la actualidad diaria, pero sí que soy consumidora de actualidad diaria, porque me interesa todo lo que ocurre. Pero me está gustando mucho y llevo ya tres años con este cambio de ritmo y me gusta mucho como he organizado mi vida y mi trabajo. Disfruto mucho haciendo este programa, trabajo mucho también, pero, de alguna manera, el ritmo diario en el que llevaba más de 20 años, primero en la radio con Gabilondo, después en los informativos de la noche y una década en Más vale tarde, llevaba casi 25 años haciendo formatos diarios muy exigentes y muy largos.

Cuando toda tu energía está puesta solo en eso, no te permite mirar hacia otros lados. Para cambiar hay que tener tiempo para saber qué quiere hacer uno y dónde quiere poner el foco, y a mí me gusta cerca de la cincuentena la posibilidad de poder hacer un cambio. No solamente es una suerte, sino que sería un delito no aprovecharla y no disfrutar de ella.

P. Vivimos actualmente en un vaivén de profesionales de televisión entre cadenas, ¿te han tentado en la competencia, más concretamente, en Mediaset, que parece estar conformando un nuevo modelo televisivo?

R. En esta remodelación que está haciendo Mediaset, no me ha tentado. Bueno, tentado es una palabra... Más que tentar, tocar. En otras ocasiones, en la época de Paolo Vasile, sí he recibido ofertas. Pero en esta última remodelación, no. Ninguna.

P. Nunca se te ha visto participar en concursos de entretenimiento, como El Desafío o Tu cara me suena, ¿aceptarías?

R. ¡No lo sé! (risas). Tengo que ir a concursar a ¿Quién quiere ser millonario? y estoy nerviosísima, por tanto, no lo sé. El Desafío es que es un programa muy físico y, luego, canto fatal. Manel Fuentes es amigo y sé que muchas veces me va a liar para Tu cara me suena, pero lo tendré que rechazar, porque canto muy mal y tengo bastante vergüenza. Lo mío es otra cosa. El escenario no tiene nada que ver con el plató de informativos, creo que lo pasaría muy mal y haría el ridículo.