"No hay que hacer eso": Carlos Sobera alucina en 'First Dates' con la peligrosa afición de una soltera de 94 años

Suele decirse que la edad es solo un número e Isabel, una comensal de First Dates de 94 años, puede dar buena fe de ello. La mujer, que ya participó en el dating show, se ha reencontrado con Carlos Sobera, ante quien ha reconocido que continúa "fumando puros" y divirtiéndose como solo ella sabe. De hecho, el presentador se ha quedado perplejo con una confesión de la concursante sobre uno de sus hobbies.

"Antes me tiraba por la escalera, por la barandilla, pero ya no. No me dejan. Si no, seguiría. Es una diversión fantástica para mí", ha señalado, mientras Sobera no daba crédito: "Pero, vamos a ver, ¿cómo te vas a tirar por la escalera? Tienes 94 años. ¿Cómo te puedes estar tirando por la barandilla? Aunque sea por prisa. Es que no hay que hacer eso".

"No, no se debe, pero yo hago cosas que no se deben hacer", ha admitido la mujer, antes de que el conductor del programa de Cuatro la acompañase al interior del restaurante, donde recibiría a su cita, Miguel. El hombre de 87 años ha desembarcado en el espacio de parejas para encontrar a "una mujer de bandera". Sin embargo, este no se ha llevado una buena primera impresión.

"Me hubiera gustado una de 78, 80... O incluso 83. Que yo le sacara 3 o 4 años", ha asumido el jubilado, tras las cámaras. A nivel físico, tampoco es que a Isabel le haya agradado, pero ha seguido interesada en conocerle: "No es mi tipo, yo buscaba otro tipo de señor. Después, cuando le he podido conocer un poquito, pues me ha gustado".

Ya durante la cena, la conversación ha girado en torno a toda clase de temas, como el sexo en la tercera edad. Ambos solteros hasta se han animado a bailar un pasodoble en pleno restaurante, si bien Miguel ha reparado en que su compañera "ya no estaba para esos trotes": "A esta mujer, si le doy una vuelta más en el pasodoble, se cae".

La noche iba llegando a su final y tocaba tomar una decisión. Los participantes de First Dates se han cubierto de piropos el uno al otro, aunque no habría una segunda cita. Y es que el madrileño, excusándose en varias ocasiones, ha preferido declinar la invitación: "Me vas a perdonar. Ante todo, perdóname, porque eres una mujer encantadora, pero yo necesito más actividad".