"Tú te vas por ahí y yo por aquí": no esperó ni a que el redactor de 'First Dates' les preguntase

El encuentro entre Manuela y Domingo en el restaurante de First Dates no ha salido del todo bien. De hecho, ha terminado de una manera totalmente atípica y sin esperar siquiera a que el redactor del programa formulase la consabida pregunta de si querían o no una segunda cita.

El hombre de 90 años le dejó claro a Carlos Sobera que no buscaba una mujer para que le hiciera las cosas de casa, ya que él limpiaba, cocinaba y se averiguaba estupendamente solo. Si no que pretendía encontrar una compañía. Manuela, de 82 años, buscaba lo mismo, pero la distancia le hizo cambiar completamente de opinión.

Domingo, a Manuela: "¿No tengo forma de poderte convencer, no?"

Que Domingo viviese en Zamora y ella en Madrid fue un total desencanto para la soltera, que se lo hizo saber durante la cena. Sin embargo, el hombre estuvo más decepcionado aún por la poquísima conversación que le pudo sacar durante la velada. "A lo mejor no era el hombre que ella se esperaba", llegó a pensar, por sus pocas ganas de hablar.

Una incompatibilidad que se terminó de hacer realidad durante una ceremonia de la decisión final cortada de mala manera. "A mí me llenaste los ojos desde que entraste por esa puerta", le dijo Domingo, después de preguntarse mutuamente qué tal había ido la cita. "¿Ah, sí? Pues yo me alegro entonces. Pero tú necesitas una mujer que vaya a tu casa, que esté contigo", le contestó ella a modo de corte.

"¡O vaya yo para la de ella! ¿O no?", interrumpió el soltero, insistiendo. "¡No! No, Domingo. Lo siento", le decía Manuela bastante incómoda y mirando hacia los redactores. "¡Bueno! ¿No tengo forma de poderte convencer, no?", volvía a preguntarle el soltero. "No, lo siento. Tú me llamas, que a mí no me molesta...", le estaba diciendo ella, cuando Domingo la volvió a cortar.

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"Bueno, pues nada. Déjame darte un beso en la frente. ¡Hala! Tú te vas por ahí y yo por aquí", zanjó 'ipso facto', saliendo del set de grabación, sin esperar a que los redactores del programa les indicaran ni plantearan la pregunta de si querrían volver a verse, pese a que lo dejaron cristalino segundos antes.