"¡No te puedes comparar conmigo!": se marchan tarifando de su cita en 'First Dates'

Pedro y María llegaron este jueves, 22 de diciembre, al restaurante de First Dates con la intención de poner fin a su soledad. Él, con 91 años, entraba presumiendo de vitalidad, puesto que acostumbra a pasar varias horas en el gimnasio haciendo pesas y bicicleta estática. Es por esto que buscaba a una mujer bastante más joven que él que pudiese seguirle el ritmo.

Los responsables del formato de Cuatro pensaban que esa podría ser María, de 80 años, pero el soltero dejaba claro desde el inicio que no sería así: "Con 80 años no puede seguir mi ritmo. Tiene que ser una mujer de 60 o 65 para que pueda seguirme el ritmo. ¿Me vengo de Mijas para llevarme una mujer de 80 años para cuidarla? ¡Y yo para qué quiero eso!", espetaba a cámara al poco de conocer a su cita.

Pese a esto, la velada entre ambos transcurría con normalidad, conversando sobre sus gustos y aficiones, sobre cómo abordaban su día a día, sus relaciones pasadas... Es por esto que ella albergaba la esperanza de salir juntos del programa, aunque no le sentaba del todo bien que Pedro le hiciese pagar a medias la cena. "Si me hubiese gustado, te aseguro que pago yo, me dejo aquí hasta la chaqueta si hace falta", aseveraba él en la intimidad del confesionario.

Antes de llegar a La decisión final, él se interesaba por saber qué impresiones había tenido de su encuentro, cerciorándose de que los dos iban a decir que sí en el desenlace del dating show. Tras obtener una respuesta afirmativa, María encaraba el final con optimismo: "Es un hombre agradable, educado y me ha encantado. Me ha gustado su sinceridad y que es un hombre delgadito, así que sí, yo tendría una segunda cita con él", explicaba a la redactora de First Dates.

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Á. R

Él, en cambio, se salía del guion que habían pactado y le daba calabazas: "Es muy buena y está muy bien, pero yo no podría estar con ella. Yo me esperaba una mujer más activa, más cercada a mí, que haga más cosas". "Pues lo siento", le soltaba ella, dolida. "¿Por qué lo vas a sentir? Pero yo venía buscando a una mujer de entre 65 y 70 años", agregaba acto seguido.

A María se le cambiaba la cara: "Pues yo tengo 80, ¡pero si tú tienes noventa y tantos!". Pedro entonces elevaba la voz: "No te puedes comparar conmigo porque yo, si quiero, me subo estas escaleras de dos en dos. Podría estar horas para arriba y para abajo, cosa que tú no", aseguraba con contundencia, un tono que terminaba por mosquear del todo a la soltera. Así, ella optaba por levantarse e irse sin más miramientos: "Me voy y ya está, no pasa nada", sentenciaba indignada.