"Te has estrellado": se sobrepasa con ella nada más entrar al restaurante de 'First Dates'

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Mal de principio a fin. La cita entre Carmen y Fran en First Dates arrancó con un comentario que molestó bastante a la soltera. Fran, sin embargo, tampoco le agradaba que no le siguiese la corriente en las desafortunadas salidas de tono que tenía con ella durante la cena.

Aunque le cantó al verla llegar al restaurante, Carmen enseguida se desencantó con el principio de la conversación. Por querer impresionarla, el soltero le dijo que, además de andaluz, andaba a pilar, pero, "tengo pilas buenas, grandes". Algo que incomodó a la soltera, y así se lo dijo a la cara: "¡Qué directo!". "Con eso se ha sobrepasado", comentó fuera de cámaras.

Carmen, de Fran: "Lo que tiene de caballero lo tengo yo de monja"

Unas formas que mantuvo durante toda la noche y con cualquier tema que saliese en su charla. Sin embargo, lo más desafortunado fue cuando la mujer se dispuso a beber un sorbo de mojito a través de la cañita del vaso y Fran le soltó otro de sus comentarios: "¡Qué bien chupas la paja! La chupas bien, la paja. Como lo hagas todo igual...".

"Hijo mío, te has estrellado... Está más salido que el perro del Hortelano", afeó Carmen a los telespectadores, aunque delante de él solo se limitó a reírse de manera incómoda. Él le reclamó que no tenía sentido del humor y ella le reprochó su comentario fuera de lugar: "Ya, pero hay que ser un poquito más reservado. Estoy bebiendo, no chupando".

Acto seguido, y viendo cómo iba aconteciendo la cita, los dos convinieron en que no eran nada compatibles como para volver a verse. Pero Fran no quiso despedirse sin dedicarle otra de las suyas y le preguntó si, "le hubiera comido los morros". El gesto de rechazo de la soltera no le pareció suficiente al comensal, ya que volvió a insistir. "No, para nada", quiso zanjar ella.

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Á. Roldán

Fran la rechaza alegando que no es el tipo de mujer que le gusta, sobre todo porque no lleva el mismo ritmo que él ni tiene y el sentido del humor que le atrae de una persona. "Pues entonces no me digas, 'qué bonita', y estas cosas", interrumpió Carmen. "Hay que ser caballero, siempre", apuntó el soltero para defenderse, a pesar de las formas que utilizó durante la cena. "Sí, caballero en la mesa comiendo, también", le recriminó ella a modo de zasca. "Caballero dice. Lo que tiene de caballero lo tengo yo de monja", dijo ella antes de levantarse e irse.