Meretrices, ciegas... y un cine español que no va a desaparecer

"El cine español no va a desaparecer". Así de rotundo se mostró este martes el presidente de la Federación de Asociaciones de Productores Audiovisuales Españoles (FAPAE), Pedro Pérez, durante su comparecencia en rueda de prensa, en el marco del 15 Festival de Cine Español de Málaga, para realizar un repaso por los datos más actualizados de la producción cinematográfica.

Pérez, que se mostró muy crítico con el Ministro de Hacienda, Cristobal Montoro, al que pidió que "hable de lo que sabe, no del sector audiovisual", realizó un resumen de los datos más actualizados de la industria cinematográfica española en 2012.  Unos datos que si bien no son positivos, no deberían llenar de pesimismo a la industria. “No se puede hablar de debacle, pero sí de caída de espectadores en las salas de cine”, confesó Pérez.

Según datos de Rentrak, la cuota de mercado español por recaudación a 22 de abril ha caído un 16% con respecto al año anterior (de un 13% a un 19,5%), mientras que las películas españolas ha pasado de recaudar 43,55 millones de euros en 2011 a 23,52 millones de euros, lo que supone una caída del 42%. Tampoco son esperanzadores los datos del cine extranjero que ha pasado de recaudar 178 millones en 2011 a 157 millones en lo que llevamos de año. No obstante, lo realmente preocupante ha sido la pérdida de empleo en el sector audiovisual, que por primera vez supera a la media del sector servicios donde se engloba: un 5,2% frente al 2%.

Por todo ello, Pérez anunció también que han preparado un decálogo de nueve puntos para discutir con el Gobierno la nueva Ley del Cine, "que tendría que estar en vigor en enero de 2013. Un modelo "mixto" que Pérez confía en que ayudará a eliminar la actual incertidumbre que, en su opinión, está detrás de la parálisis que atenaza hoy a la industria española.  

"Los productores sitúan el porcentaje necesario de ayudas fiscales al cine en el 40%, lejos de la media europea del 25%, y lejos también del 18% actual, una cifra que no ha funcionado sobre todo porque Hacienda tiene muchos mecanismos para hacer ineficaz la norma", añadió Pérez. "Hay que encontrar un equilibrio justo entre ayudas directas y desgravaciones".

Meretrices y ciegas

Por otra parte, la tercera jornada del Festival fue mucho más relajada que las dos anteriores y con propuestas más inusuales que las hasta ahora presentadas. El día comenzó con Kanimambo, una cinta que se adentra en Mozambique para mostrar la visión de tres historias diferentes a través de tres directores diferentes. La película, mitad documental, mitad ficción, dejó algo desconcertados a los críticos allí presentes.

También se presentó en la Sección Oficial, Memoria de mis putas tristes, la adaptación de la novela homónica de Gabriel García Márquez que cuenta la historia de un veterano periodista que por su 90 cumpleaños quiere regalarse una noche de pasión con una joven virgen. La interesante y bien adaptada cinta, dirigida por el danés Henning Carlssen, consiguió tomar la delantera en el camino hacia la Biznaga de Oro respecto a las otras cuatro películas presentadas, aunque su lentitud y un innecesario alargamiento de la trama podrían jugar en su contra.

No obstante, como ya sucediera en el día anterior, la película que mejor acogida tuvo fue la presentada en la sección de ZonaZine, Seis puntos sobre Emma. Protagonizada por Álex García y Verónica Echégui y dirigida por Roberto Pérez Toledo, la cinta se convierte en toda una lección de vida gracias a su protagonista Emma (Echégui), quien quiere ser madre a toda costa a pesar de su ceguera. A partir de aquí, Pérez Toledo demostrará que la discapacidad no sólo puede ser física sino también emocional.

De hecho, el cineasta consigue que el espectador olvide las discapacidades físicas para centrarse en los sentimientos más recónditos de los protagonistas. "No hay peor ciego que el que no quiere ver", se escuchaba en la sala tras su proyección de esta cinta que se estrenará el próximo 11 de mayo.