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Coches calcinados y ratas inundan uno de los parques naturales más protegidos de Madrid
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Un espacio protegido como parque regional

Coches calcinados y ratas inundan uno de los parques naturales más protegidos de Madrid

Vecinos del río Guadarrama denuncian desde hace años que sus aguas se han convertido en un vertedero donde se lanzan desde decenas de electrodomésticos a escombros y coches calcinados

Foto: Dos coches calcinados y montones de basura en el río Guadarrama. (Guillermo Cid)
Dos coches calcinados y montones de basura en el río Guadarrama. (Guillermo Cid)

La salida número 25 de la A-5, la autovía de Extremadura, tiene poco tránsito y, si uno no se fija mucho, lo más fácil es saltársela. Este desvío da a una bonita urbanización en un paraje que cualquiera denominaría como idílico: está erigida a la orilla de uno de los ríos principales de la Comunidad de Madrid, el Guadarrama (afluente del Tajo que nace en el sistema Central), y a solo 20 minutos de la capital. Sin embargo, basta andar unos cientos de metros más para descubrir la cruda realidad. Toda la zona, parte del Parque Regional del Curso Medio del río Guadarrama, se ha convertido en un vertedero gigantesco que ha puesto en peligro todo el ecosistema.

Electrodomésticos, plásticos, maderas, escombros y hasta coches calcinados se amontonan en este entorno que une los municipios de Navalcarnero, Móstoles y Arroyomolinos y del que, según vecinos y ecologistas, nadie se quiere hacer cargo. A pesar de que el paraje está dentro de uno de los parques regionales más protegidos de Madrid (tiene más de 20.000 hectáreas, llega a 30 municipios y cuenta con numerosa fauna y flora) y es un lugar protegido, las basuras no paran de crecer. Es más, según los lugareños, la situación está peor que nunca, llegando a hacerse insostenible.

Foto: Entrada al embalse de El Atazar. (Reportaje fotográfico: Guillermo Cid)

"Mira, ahí, ese cable de acero que se ve en el agua. Lo pusieron el año pasado cuando vinieron a limpiar el río para parar los electrodomésticos en esta zona y que no se fueran río abajo. Estos meses, con las lluvias, ha bajado tanta basura que lo ha reventado". El que habla es José (nombre ficticio para proteger su identidad), un vecino de la zona que conoce bien esta ribera. "Llevamos casi 50 años por aquí y esto da una pena gigante. Antes hasta te podías bañar, se pescaba y venía gente de Madrid a pasar el día. Ahora, pues ya lo ves, es un vertedero", apunta. Desde la distancia, señala los muebles, los plásticos y otros objetos que quedan junto a la pequeña cascada que baja caudalosa con todo el agua del deshielo de la sierra de Guadarrama.

Esta imagen de contrastes (un río lleno a rebosar de agua limpia que corre al lado de una ribera plagada de residuos) cambia a algo casi apocalíptico unos metros más allá. A unos pasos de una pequeña comunidad de vecinos y justo debajo de la A-5, el fuerte olor da idea de lo que vamos a encontrar. La basura colapsa el camino bajo el puente que une carretera y río y, lo que choca aún más, dos coches calcinados dan la bienvenida a los que pasan por ahí. "Los quemaron hace no mucho. Sí, los trajeron aquí y los prendieron fuego. Imagina la humareda negra tóxica que generaron, y encima con toda la mierda que hay. Nosotros llamamos a los bomberos y demás pero, bueno, a los que lo hacen les da igual", explica otra de las vecinas.

Todo el entorno se ha convertido en una especie de estercolero que ha sepultado cualquier recuerdo de un río limpio y empieza a generar graves problemas. "En mi puerta hay hasta ratas. Por no hablar de que cada verano esto es un suplicio. Antes aquí venía la gente a pasar el día en el río, ahora queman coches y estamos todos los días con problemas. Así no se puede vivir", comentan los lugareños. Ya en 2016 y otra vez en 2018, sendos tapones de basura bloquearon el río a pesar de la protección, y la situación podría volver a repetirse.

placeholder (Foto: G. C.)
(Foto: G. C.)

¿De dónde sale tanta basura?

Imágenes, testimonios y noticias antiguas dan una idea del problema, pero ¿de dónde salen los residuos? Pues hay dos focos claros y relacionados. El poblado de chabolas que lleva en la ribera más de 20 años y los que se han aprovechado de la situación.

Así de claro lo deja también Sol Pacho, una de las portavoces de Ecologistas en Acción Suroeste, asociación que lleva años denunciando esta situación, y vecina de Móstoles. "En 1999, crearon el parque regional, pues más o menos en ese año empezó a generarse el poblado que hay a la orilla. Antes, es verdad, había unas zonas de huertas que permitían casas para aperos, algunas casas regularizadas, etc., pero la cosa se ha ido de las manos", apunta la activista.

Tanto Pacho como los vecinos del entorno aseguran que del poblado que nace, sobre todo, a la orilla derecha del puente de la A-5 sentido salida de Madrid, sale la mayoría de los residuos. "Te puedes imaginar cómo es este espacio, y aunque hay gente allí que sí cuida el entorno, otros no y tiran todo al río o lo dejan en la ribera", explica Pacho. Los vecinos, por su parte, apuntan a más frentes. "Vienen muchas furgonetas con basura de fuera que acaban tirando aquí. Y como saben que no pasa nada, pues cada vez lo hace más gente". Tan habitual es que en el rato que este periódico está en el lugar, hasta dos furgones arrojan residuos en los vertederos ilegales.

placeholder Otro vertedero en la orilla del río. (Guillermo Cid)
Otro vertedero en la orilla del río. (Guillermo Cid)

"Lo peor es que toda esta zona dicen que es una parte de protección extrema del parque, pero no les puedes decir nada a los que tiran la basura ni enfrentarte con ellos. La verdad es que es algo tristísimo, porque ves cómo el entorno se destruye pero no pasa nada", apuntan los vecinos.

No hay datos sobre cuántos residuos puede haber en las 22.000 hectáreas que cubre el parque regional, pero desde Ecologistas en Acción señalan hasta 17 vertederos ilegales en toda el área (siete de ellos, en las orillas del Guadarrama), y en la última gran limpieza realizada por uno de los ayuntamientos implicados, el de Arroyomolinos, la operación acabó con 230 metros cúbicos de vertidos retirados en apenas 10 días de actuación. Y esos mismos espacios que limpiaron ya vuelven a estar llenos. Justo en esa limpieza colocaron el cable de acero que ahora se ha roto por el exceso de residuos.

"Aquí nadie hace nada"

Tanto para Pacho como para muchos de los vecinos, el asunto tiene una fácil solución, pero hacen falta dinero y ganas, y de momento dicen no haber conseguido nada de eso. "Al estar justo entre varios municipios, en un entorno que además se reparte entre varias administraciones, pues todos se pasan la pelota y cada avance es lentísimo. Ni se realoja a la gente del poblado, ni se intenta hacer algo para acabar con los vertidos ni se ponen medios para vigilar y controlar lo que ocurre. La consecuencia es deterioro, multas y más problemas, que acabamos pagando los contribuyentes Es muy frustrante", explica Pacho.

Un ejemplo de la guerra entre administraciones lo demuestra la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid. Desde Teknautas, nos hemos puesto en contacto con ellos para conocer la situación del problema y aseguran que los residuos son competencia municipal y que si están en la orilla, la responsable es la Cuenca Hidrográfica del Tajo. Ellos solo tienen la competencia sancionadora.

placeholder Imagen de la orilla del río. (Ecologistas en Acción)
Imagen de la orilla del río. (Ecologistas en Acción)

Sea como fuere, la ecologista apuesta por tres medidas fundamentales para dar la vuelta a la situación: desalojar el poblado dando a los vecinos una alternativa habitacional, derruir todo y reforestar y naturalizar el espacio. Es más, ayuntamientos como el de Móstoles ya han anunciado la compra de viviendas para llevar a cabo el realojo, pero de momento no hay movimiento. "Hay varias casas que sí tienen los papeles en regla y que seguirán allí, pero debemos poner fin a la situación actual. Parece que como esto pasa fuera de las poblaciones y con gente que está, en su mayoría, en una situación de exclusión social, pues no pasa nada, pero esto afecta a todos".

Por su parte, José y el resto de los vecinos esperan que se haga algo antes de que ocurra alguna desgracia mayor, pero cada vez tienen menos esperanzas. "Parece que hasta que no haya un accidente o se origine algún problema grave, aquí nadie hará nada". "A veces miro las noticias que se han dado sobre los vertidos del Guadarrama y me desanimo muchísimo. Llevamos años y años dando la misma noticia, denunciando los mismos problemas y no solo no se hace nada, es que la cosa va a peor. Como mucho, ahora que el medio ambiente está de moda, alguien viene a ponerse la medalla y hacerse una foto y listo, todo sigue igual", termina Pacho.

La salida número 25 de la A-5, la autovía de Extremadura, tiene poco tránsito y, si uno no se fija mucho, lo más fácil es saltársela. Este desvío da a una bonita urbanización en un paraje que cualquiera denominaría como idílico: está erigida a la orilla de uno de los ríos principales de la Comunidad de Madrid, el Guadarrama (afluente del Tajo que nace en el sistema Central), y a solo 20 minutos de la capital. Sin embargo, basta andar unos cientos de metros más para descubrir la cruda realidad. Toda la zona, parte del Parque Regional del Curso Medio del río Guadarrama, se ha convertido en un vertedero gigantesco que ha puesto en peligro todo el ecosistema.

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