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¿Una nueva vía? Baldosas que generan electricidad al pisarlas
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DESARROLLADAS POR UN BRITÁNICO DE 26 AÑOS

¿Una nueva vía? Baldosas que generan electricidad al pisarlas

Si existe algún parecido razonable entre todas las ciudades del mundo, sin duda es el continuo trasiego de los ciudadanos desplazándose vertiginosamente de un lugar a

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¿Una nueva vía? Baldosas que generan electricidad al pisarlas

Si existe algún parecido razonable entre todas las ciudades del mundo, sin duda es el continuo trasiego de los ciudadanos desplazándose vertiginosamente de un lugar a otro. Este incesante e inevitable hormigueo de personas puede ahora transformarse en una nueva fuente de energía con un potencial sin precedentes, sobre todo en los grandes espacio urbanos. Bautizadas con el nombre de baldosas Pavegen, el autor de la idea es el joven británico Laurence Kemball-Cook, de 26 años, un ingeniero industrial que, mientras observaba el trasiego de gente en un estación de tren, pensó que toda aquella masa humana en movimiento podría servir para algo más. Así empezó a trabajar en un sistema capaz de transformar el suelo que pisamos en electricidad. Su inversión para construir los prototipos: 50 libras y 22 horas diarias de trabajo.

La solución que encontró el visionario emprendedor parece sencilla. Decidió crear un nuevo tipo de baldosas, cuya principal propiedad es que se hunden cinco milímetros en el suelo, generando ocho vatios de energía cada vez que una persona las pisa. En cuanto a sus propiedades físicas, las baldosas -que en sus primeras versiones miden 45 x 60 centímetros- están fabricadas con los denominados materiales piezoeléctricos.

De momento, su empresa ha diseñado una serie de baldosas que ya no incorporan la luz automática que se enciende cuando alguien la pisa, una luminaria que consume el cinco por ciento de la energía de una pisada, pero que no aporta eficiencia y se ha utilizando como un reclamo marketiniano del proyecto, cuya vocación a largo plazo es el aprovechamiento total de las fuerzas en movimiento en las ciudades, incluso creando pavimentos capaces de absorber la energía del tráfico para devolvérsela a la ciudad en forma de electricidad.

Si existe algún parecido razonable entre todas las ciudades del mundo, sin duda es el continuo trasiego de los ciudadanos desplazándose vertiginosamente de un lugar a otro. Este incesante e inevitable hormigueo de personas puede ahora transformarse en una nueva fuente de energía con un potencial sin precedentes, sobre todo en los grandes espacio urbanos. Bautizadas con el nombre de baldosas Pavegen, el autor de la idea es el joven británico Laurence Kemball-Cook, de 26 años, un ingeniero industrial que, mientras observaba el trasiego de gente en un estación de tren, pensó que toda aquella masa humana en movimiento podría servir para algo más. Así empezó a trabajar en un sistema capaz de transformar el suelo que pisamos en electricidad. Su inversión para construir los prototipos: 50 libras y 22 horas diarias de trabajo.