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Contra #SOPA y la #LeySinde... y también contra Megaupload
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Contra #SOPA y la #LeySinde... y también contra Megaupload

Aunque hoy me tocaba seguir hablando de mis impresiones sobre el CES, los acontecimientos de esta semana me obligan a tocar un tema complejo y extremadamente

Aunque hoy me tocaba seguir hablando de mis impresiones sobre el CES, los acontecimientos de esta semana me obligan a tocar un tema complejo y extremadamente polémico: el cierre ayer de MegaUpload por parte del FBI, y las protestas contra las leyes #SOPA y #PIPE que se están tramitando en EEUU y la ya aprobada en España #LeySinde que se pondrá en marcha en pocos meses. Los tres temas están relacionados directamente con la protección de los derechos de autor y la propiedad intelectual, y los contenidos y su distribución y consumo en soportes digitales.

A nadie se le escapa que el cierre de MegaUpload se produce porque, según la acusación, "reproducían ilegalmente y distribuían infringiendo las leyes de la propiedad intelectual obras que incluían películas antes de su estreno comercial, música, programas de televisión, libros electrónicos y software de entretenimiento a una escala masiva". Y creo que nadie puede dudar de que era así, y de que MegaUpload se había convertido hace ya mucho en uno de los referentes de la difusión ilegal de contenidos. Como me comentaba ayer en la comida otro emprendedor español residente en San Francisco, "lo raro es que no lo hubieran cerrado antes".

Lo sorprendente del asunto es la enorme cantidad de defensores que le han salido a MegaUpload en España, con los argumentos más peregrinos. Que si eso no son formas de cerrar un sitio web (¿hay alguna forma buena?), que si había también ficheros que eran legales (los menos, me temo), que la culpa la tienen los productores y distribuidores de música y cine por no ofrecer sus contenidos a mejor precio (¿ein?), que si primero EEUU tenía que cerrar Guantánamo (WTF!!!)... todos argumentos fuera de lugar: si MegaUpload hacía una actividad ilegal e inmoral, de la que se lucraba claramente vía publicidad e incluso con un servicio premium, tenía todo el sentido cerrarlo. Caray, ¡pero si hasta fomentaban el intercambio de ficheros premiando a los usuarios que más contenidos subían!

Yo, lo diré claramente, estoy a favor de su cierre. No me gustan los cierres preventivos y hubiera preferido que lo cerreran tras una sentencia judicial firme. Pero tampoco nos engañemos: ejercían un negocio con todos los visos de ser ilegal (aunque esto en última instancia lo decidirá un juez), y el hecho de que no pagaran derechos ni licencias supone una evidente competencia desleal hacia cualquier otro negocio digital que sí cumpla con la legalidad vigente y con sus obligaciones. La existencia de MegaUpload era negativa no solo para los autores, productores y distribuidores offline: también suponía una competencia contra la que es muy difícil luchar desde el lado legal de los negocios online.

En España nos quejamos mucho de la falta de oferta legal de contenidos en la Red, y hay incluso quien opina que eso da derecho a consumir contenidos sin pagar por ellos, en sitios de distribución ilegal. Como explicaba ayer el periodista Ángel Jiménez en Twitter, hay un problema de actitud: en lugar de "si no me gustan tus condiciones no te lo compro" se usa "si no me gustan, me lo bajo".

Y lo peor es que el argumento es falso: en España ya hay una variada oferta de contenidos legales, tanto en música (iTunes, Spotify, Rockola, Yes.fm, Deezer y muchos más) como en cine y televisión (las webs de las teles, iTunes, los servicios de vídeo de Ono o Imagenio, el servicio de vídeo de Tuenti, Youzee, Voddler y Wuaki...)... Lo que pasa es que la oferta, como en el caso de iTunes, no es barata o incluye publicidad. Pero el hecho de que un producto no tenga el precio que queremos no nos da derecho a consumirlo gratis sin permiso. Y a lo que iba: la existencia de MegaUpload dificultaba el nacimiento y mejora de los servicios legales existentes, que sí pagan derechos y por tanto no pueden ofrecer precios tan competitivos. Para los que queremos una mejor oferta legal, el cierre es una buena noticia.

El argumento, también muy manido, de que las industrias culturales deben evolucionar y entrar en Internet, y ofrecer mejores precios y servicios para la distribución digital de contenidos, tampoco me vale: si las discográficas, los autores, las distribuidoras y productoras de música y televisión no quieren estar en la Red, es su problema. Son los dueños de unos contenidos que cuesta mucho producir, y como propietarios están en su derecho de poner el precio que les de la gana, y de vender o no vender sus productos donde quieran. Si quieren dar la espalda a Internet y pegarse un tiro en el pie como vienen haciendo desde hace muchos años, peor para ellos. Pero eso no nos da derecho a los demás a usar sus productos sin permiso como nos venga en gana, y mucho menos de lucrarnos de ellos como en el caso, supuestamente, de MegaUpload. Que los artistas no nos gusten, o que la SGAE sea la institución mas odiada del país tampoco nos da derecho sobre sus obras. 

Tampoco tiene ninguna lógica ampararse en el hecho de que haya muchas formas de consumo no permitido de contenidos, o de que con este cierre vayan a surgir más. Su existencia y uso no hace que sean más legales o que sea moralmente aceptable utilizarlos. Por muchos MegaUpload, BitTorrens, Emules, Kazaa o Napster que surjan, eso no los hace más legales, y desde luego no cambia el hecho de que siga siendo inmoral consumir los contenidos por esa vía, sin permiso de sus legítimos propietarios, fastidiando de paso al sector digital legal que sí paga por los contenidos e intenta ofrecer un servicio legal de calidad. Que algo sea común o popular no lo hace legal o moralmente aceptable. Hay muchos corruptos, pero eso no legaliza la corrupción ni los hace mejores personas. También muchos defraudan a Hacienda, y no por eso deja de ser ilegal e inmoral.

Hay incluso quien apunta a Youtube para defender lo indefendible: ¿por qué no cierran Youtube si también es ilegal, he leído en varios tuits? Y eso también es falso: Youtube tiene desde hace años una magnífica herramienta de gestión de derechos de autor y propiedad intelectual que permite a los legítimos dueños de los derechos tener un control absoluto sobre sus obras, decidiendo en cada momento si quiere ofrecerlos o no, dónde y cómo. Y todo ello independientemente de si el contenido lo suben los propios dueños o lo sube cualquier usuario, ya que el sistema funciona de forma automática con todos los vídeos subidos a su sistema. Así que no, Youtube no es ilegal, y sí, cumple con los derechos y obligaciones en materia de propiedad intelectual desde hace años.

Bien. Ahora que muchos os estaréis rasgando las vestiduras, y a punto de llamar al pelotón de fusilamiento para masacrarme sin piedad, tengo que decir que también estoy en contra, y así lo he expuesto en múltiples ocasiones, tanto de las propuestas de ley de #SOPA y #PIPA en EEUU, como de la #LeySinde en España.

De hecho, el cierre de MegaUpload viene a demostrar que estas leyes no son necesarias. Demuestra que con la legislación actual también se puede perseguir a los sitios y servicios ilegales y que no cumplen sus obligaciones en materia de derechos. El caso MegaUpload demuestra que #SOPA, #PIPA y la #LeySinde no son necesarias en absoluto. Y las leyes que no son necesarias, mejor no aprobarlas, y mejor no gastar tiempo y dinero en discutirlas y aprobarlas. Como he dicho antes no me gustan los cierres preventivos, ni siquiera en casos flagrantes como el que nos ocupa, pero al menos Megaupload tendrá la oportunidad de defenderse en un juicio justo ante un juez. Cosa que se nos niega en España con la #LeySinde.

¿Se puede estar a la vez contra MegaUpload y similares, a favor de la protección de los derechos de autor y propiedad intelectual, y estar al mismo tiempo contra estas leyes? Pues sí, se puede. También se puede, y yo lo hago, comprender (aunque no defender ni promover) a los usuarios que deciden descargar contenidos sin derechos de autor. Incluso, como es mi caso, se puede estar también a favor de un cambio legislativo profundo en materia de derechos de autor y propiedad intelectual, ya que el sistema actual no funciona correctamente  en el mundo digital en el que vivimos.

Estoy en contra de estas leyes, porque son desmesuradas en su planteamiento, sanciones y alcance, porque matan moscas a cañonazos, porque se han creado sin contar con una de las partes implicadas (el sector digital legal), y porque introducen una enorme inseguridad jurídica en el sector online. Con estas leyes, peligra la creación de empresas online legales, peligra la innovación, e incluso peligra la libertad de expresión.

Muchos otros yo la han explicado mejor que yo, pero me gustaría centrarme en la #LeySinde, que es la que conozco mejor. Su gran problema es que permite el cierre de sitios web por supuestas infracciones de derechos de autor, sin que un juez entre a valorar el fondo del asunto: los propios derechos de autor. Yo, que dirijo un negocio de contenidos musicales online, y que llevo 5 años peleándome con las licencias y derechos de autor por medio mundo, sé de sobras, como saben los abogados expertos en esto, que en materia de derechos hay muchísimas zonas grises, que no todo es blanco ni negro.

Hay muchos aspectos de la legislación actual que son interpretables, y lo que para un autor puede ser azul, para mí puede ser rojo. Dejar esa interpretación sobre lo que es legal o no en manos de una comisión dependiente del Ministerio de Cultura, y no en manos de un juez, y mediante un procedimiento de urgencia donde no da tiempo a analizar nada, es como cargar un cañón apuntando a cualquier empresa que ofrece contenidos: si los autores y productores interpretan que algo es ilegal, por mucho que tengas claro que es perfectamente legal y tus abogados te apoyen, date por jodido, porque pueden cerrar tu negocio sin juicio previo. Gracias a la #LeySinde, ahora tienen las herramientas para ello. No entro a hablar de la criminalización de los enlaces, algo que me resulta absurdo per sé y que solo demuestra el profundo desconocimiento de los legisladores.

Por lo sé, con las leyes #SOPA y #PIPE, otro tanto o incluso más. Por eso toda la industria digital norteamericana ha ido a la huelga y se está tomando tan en serio la lucha contra esta legislación.

Por todo esto es tan absolutamente necesario que alguien coja el toro por los cuernos y trabaje en una nueva legislación en materia de derechos de autor y propiedad intelectual. La situación actual es absurda, peligrosa, y no beneficia a nadie. Una guerra constante entre creadores e industrias digitales perjudica a ambas partes, y por supuesto también a los consumidores. Y beneficia únicamente a los que se lucran con el trabajo de otros sin pagar peajes ni licencias a los que todos estamos obligados cuando dirigimos un negocio.

Lo que tenían que hacer los gobiernos es sentarse a hablar con todas las partes implicadas y tratar de alcanzar acuerdos con los que todos estén cómodos. Se puede perseguir a los infractores de derechos sin causar daño o inseguridad jurídica a los negocios online legales. Por su lado, las industrias culturales deberían asumir que el mundo ha cambiado, y que más les vale hablar con los negocios digitales para alcanzar acuerdos viables con los que, al menos, mantener parte del negocio. De lo contrario, estarán alimentando los chiringuitos ilegales, y se acercan cada día más a su desaparición. Finalmente, los activistas digitales como Anonymous y otros, deberían reservarse para las batallas importantes en favor de la libertad de expresión y de la Democracia, y no luchar en favor de unos "empresarios" que se enriquecen con el trabajo de otros. Defender lo indefendible, y hacerlo además por la fuerza y no con argumentos, no hace más que enconar posturas, favorecer a los lobbies culturales, dar argumentos a los políticos y a los medios más beligerantes contra Internet, y restarles razón para futuras batallas.

Por cierto, que la caída de MegaUpload no es un tema de conversación que interese a casi nadie en Silicon Valley. Aquí, al menos entre los emprendedores, todos entienden que el cierre es absolutamente lógico, y casi nadie les defiende. Lo que sí ha sido tema de conversación constante es la lucha contra #SOPA y #PIPA, en la que la práctica totalidad del sector está implicada de un modo u otro.

Bueno, ahora ya podéis disparar mientras corro a refugiarme. Tened en cuenta, eso sí, que no he usado la palabra "piratería" en ningún momento. Ah, en la cabeza no, por favor, que como dice mi amigo David, aún estoy estudiando. ;)

Aunque hoy me tocaba seguir hablando de mis impresiones sobre el CES, los acontecimientos de esta semana me obligan a tocar un tema complejo y extremadamente polémico: el cierre ayer de MegaUpload por parte del FBI, y las protestas contra las leyes #SOPA y #PIPE que se están tramitando en EEUU y la ya aprobada en España #LeySinde que se pondrá en marcha en pocos meses. Los tres temas están relacionados directamente con la protección de los derechos de autor y la propiedad intelectual, y los contenidos y su distribución y consumo en soportes digitales.