La calidad de vida, una ventaja competitiva de España para tener un 'Hub' tecnológico

El clima español y su estilo de vida han sabido conquistar el turismo, que desde los años 60 es una de las industrias que más aporta al PIB de España. La calidad de vida está atrayendo a europeos del norte a jubilarse en la costa mediterránea. Si atrae turistas y jubilados, ¿por qué no potenciar la calidad de vida como reclamo para atraer al talento a nuestras ciudades? Modernas, cosmopolitas y con una gran oferta cultural, gastronómica y de ocio, están bendecidas por un clima bastante más atractivo que, por ejemplo, Dublín, que concentra buena parte de los headquarters europeos de las principales empresas de Internet norteamericanas.

 Si atrae turistas y jubilados, ¿por qué no potenciar la calidad de vida como reclamo para atraer al talento a nuestras ciudades?

¿Cómo ha conseguido Irlanda que Google, Ebay, Facebook o Twitter inviertan en establecer sus sedes allí? Su ventajoso impuesto de sociedades –del 12,5%- ha sido el reclamo. Pero esta ventaja competitiva de unos Estados sobre otros no será sostenible a medio plazo debido a los tratados europeos. Entonces, habrá que buscar alternativas y cada país tendrá que potenciar sus encantos para atraer inversiones y talento. En un país como España, con un 20% de desempleo y un 50% entre los jóvenes, puede sonar extraño proponer “importar” extranjeros, pero España tiene ahora mismo un déficit de emprendedores y de know how en industrias relacionadas con las nuevas tecnologías.

A largo plazo, habrá modernizar el sistema educativo y fomentar una educación menos basada en memorizar conocimientos y más, en ser creativo y resolver problemas. Pero a corto plazo, agotado el sistema de crecimiento basado en la construcción, hay que potenciar otros sectores. Atraer talento con conocimientos en sectores de crecimiento como el tecnológico implica plantar semillas de clusters que fomenten las industrias auxiliares locales y creen empleo. No estaría demás, tampoco, que se trabaje en cambiar la percepción sobre el emprendedor-empresario, muy diferente en España que en otros lugares. Porque más que un “explotador”, un emprendedor es una persona que crea empleo y riqueza para la sociedad, asumiendo riesgos.

Atraer talento con conocimientos en sectores de crecimiento como el tecnológico implica plantar semillas de clusters que fomenten las industrias auxiliares locales y creen empleo

La tradicional burocracia española deberá ser otra traba a atajar de cara al futuro, si queremos atraer industrias extranjeras y potenciar localmente un ecosistema emprendedor. En España, en muchos casos, las Pymes están pagando más impuestos que las grandes empresas, porque estas últimas disponen de recursos y tiempo para analizar las leyes y aprovechar las fisuras que puedan existir. Una situación similar se da con las adjudicaciones de fondos públicos, que se terminan asignando a quienes mejor saben “rellenar los formularios”. En ocasiones, incluso, no existe seguimiento del destino de esos recursos. En este sentido, sería conveniente eliminar la “cultura de la subvención” y cambiar las subvenciones por inversiones. Que el Estado asigne los recursos públicos a profesionales, a fondos de capital riesgo que cobran un fee [comisión] de gestión, y que exija un retorno de las inversiones que permita retroalimentar el sistema.