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El gran desafío de Nokia
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WINDOWS PHONE 7 PASA A SER LA PLATAFORMA PRIORITARIA

El gran desafío de Nokia

A Stephen Elop le encargaron el que sería, posiblemente, el reto de su vida. Este canadiense de 47 recibió la compleja misión de reflotar un coloso

Foto: El gran desafío de Nokia
El gran desafío de Nokia

A Stephen Elop le encargaron el que sería, posiblemente, el reto de su vida. Este canadiense de 47 recibió la compleja misión de reflotar un coloso que hacía aguas de forma lenta, pero imparable. Nokia seguía ostentando el liderazgo en ventas netas de móviles, pero su mercado se angostaba peligrosamente ante la pujanza de iPhone y Android (en especial, el segundo). El entonces CEO in pectore, Olli-Pekka Kallasvuo, mantuvo siempre una política negacionista: Symbian, la plataforma mayoritaria en el fabricante, según su criterio, iba bien, y MeeGo, su apuesta de futuro, sería revolucionaria. Pero las cifras se mantenían tozudas en su declive y los accionistas dieron un golpe de mano encargando a Elop poner fin al desaguisado.

 

El canadiense no tardó en aclarar que la situación no pintaba, ni de lejos, tan bien como la había dibujado su predecesor y comenzaron las maniobras entre bambalinas. Todas las drásticas medidas pasaban por prescindir de Symbian y poner fin a la incierta situación de MeeGo, una plataforma por la que había apostado Nokia y que no acababa de despegar. En este punto, los rumores se desataron, y se barajaba tanto Android como Windows Phone 7 como posibles candidatas a ser la plataforma prioritaria para los finlandeses.

 

Despidos para un futuro incierto

 

No había tiempo que perder. El resolutivo canadiense convocó a los medios de urgencia a una rueda de prensa que tuvo lugar el pasado viernes 11. La cita era a las 11h de mañana, hora española, pero Nokia jugó al despiste y adelantó las líneas maestras del nuevo futuro de la compañía mediante varias notas de prensa. Twitter ardía. Poco amigo de las medias tintas, Elop dibujó rápidamenta el futuro de Nokia: Windows Phone 7 pasaba a ser la plataforma prioritaria, y se dejaba a su suerte tanto a Symbian como a MeeGo, intentando el 'rescate' de los cerca de 200 millones de usuarios del primero, sin duda, la gran baza con la que cuentan los de Espoo.

 

Pero el camino no va a ser fácil. El nuevo CEO advierte a los inversores que llegan un par de años difíciles y deja otro aviso que afectará de lleno a los empleados de la compañía: habrá serios recortes en una estructura que él mismo reconoce como ‘excesivamente burocratizada’ y lenta de movimientos. Las palabras del directivo fueron como una bomba para el mercado y las acciones de la compañía cayeron en picado tras conocerse el anuncio. Más satisfecho se podía ver a Steve Ballmer, y es que Microsoft sale reforzado inicialmente tras la firma de la alianza, al poder colocar su sistema operativo en un parque considerable de móviles, gracias a la sólida presencia de Nokia en el mercado.

 

Stephen Elop vaticina dos años duros, pero a día de hoy tampoco puede atisbarse luz al final del túnel. Android con unas tasas de crecimiento abrumadoras y el iPhone con un mercado más marginal, pero manteniendo todo el hype, siguen pareciendo muros demasiado sólidos para ser derribados mediante una simple rúbrica entre dos colosos que arrastran muchos errores en el mercado de la telefonía móvil. Será necesario un esfuerzo extra para conseguir arrastrar parte de esos usuarios al tándem Nokia-Microsoft, y el propio Elop nos dio la pista de una posible estrategia de futuro: una reducción de precios en los terminales como revulsivo para el mercado. El mercado permanece expectante, y no ha habido, hasta el momento, declaraciones públicas por parte de los directos competidores de la nueva alianza. Bueno, en realidad sí: Google, a través de uno de sus directivos, ha lanzado un anuncio: “contratamos a los ingenieros descontentos de Nokia”.

A Stephen Elop le encargaron el que sería, posiblemente, el reto de su vida. Este canadiense de 47 recibió la compleja misión de reflotar un coloso que hacía aguas de forma lenta, pero imparable. Nokia seguía ostentando el liderazgo en ventas netas de móviles, pero su mercado se angostaba peligrosamente ante la pujanza de iPhone y Android (en especial, el segundo). El entonces CEO in pectore, Olli-Pekka Kallasvuo, mantuvo siempre una política negacionista: Symbian, la plataforma mayoritaria en el fabricante, según su criterio, iba bien, y MeeGo, su apuesta de futuro, sería revolucionaria. Pero las cifras se mantenían tozudas en su declive y los accionistas dieron un golpe de mano encargando a Elop poner fin al desaguisado.

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