"¡No compres el iPad!"

Colas interminables y rumores de que se han agotado los iPad en las tiendas. La llegada del tablet de Apple a nuestro país no ha podido ser más arrolladora, y si en algo destaca el producto de los californianos, es que despierta pasiones y odios a partes iguales. Los devotos de la marca han encontrado un excelente argumento para conducir su pasión hacia el logotipo de la manzana, toda vez que el iPhone lleva ya cierto tiempo en el mercado y ello ha desgastado en parte su halo de producto innovador.

 

El iPad cuenta con todos los ingredientes para ser un hot seller en nuestro mercado, ahora que la crisis azota con mayor virulencia. Y sin embargo, son varias las voces críticas que ponen en tela de juicio esta furia por el dispositivo y la conveniencia de comprarlo o no. Estas críticas alertan sobre una compra impulsiva y no ponderada de un dispositivo que nos entra por los ojos y afecta a ciertos aspectos emocionales de nuestro subconsciente que no controlamos.

 

La OCU critica el iPad

 

En este sentido, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha sido uno de los primeros en mover ficha e intentar advertir al consumidor sobre el peligro de la compra impulsiva del dispositivo, algo que en el caso de Apple, suele ser bastante habitual. Los argumentos esgrimidos por la organización son varios, y de cierto calado. Para empezar, el precio. Según la OCU, el iPad es caro, muy caro y en ningún caso sustituye al ordenador. Este es posiblemente el aspecto más complejo del dispositivo: el usuario tiende a compararlo con un ordenador más entre los múltiples existentes en el mercado. En este sentido, ya habrá escuchado a más de una persona argumentar que por el precio de un iPad uno se puede comprar dos netbooks. Pero Apple dejó claro en la presentación del producto que el iPad era un producto que no venía a sustituir a ninguno, y que en sí, inauguraba una categoría propia.

 

La OCU critica también amargamente otros aspectos del dispositivo, como su elevado peso (opinan que 700 gramos son excesivos para determinadas tareas tales como ver películas o leer libros electrónicos), así como la cantidad de huellas en la pantalla que inevitablemente dejan sus usuarios con el uso. Otro aspecto que no ha pasado el filtro de la organización es el elevado precio de las aplicaciones, y el hecho de que el dispositivo venga de fábrica con muy pocas instaladas. Por otro lado, han comparado el iPad con el lector de libros electrónicos de referencia, el Kindle, y el veredicto ha sido demoledor: "el Kindle es mejor en todo".

 

No sólo la OCU ha puesto de manifiesto las carencias de la tableta de los de Cupertino. Algunos blogs no han dudado en redactar un decálogo con los principales puntos débiles del dispositivo, como la ausencia de un puerto USB, que no soporte Flash o que no permita la impresión directa de documentos.

 

En cualquier caso, y poniendo negro sobre blanco toda la retahíla de inconvenientes, el iPad gusta y lo que hace, lo hace francamente bien. Las muchas carencias del dispositivo son suplidas en buena parte por el creciente número de programas que Apple va incorporando a la App Store (tienda de aplicaciones). Es un gadget que no sustituye a nada de lo que pueda tener en su casa u oficina, pero se hará un hueco entre sus favoritos antes de que se dé cuenta.