Libertad cultural en versión española

Mientras que EMI elimina las restricciones y Apple continúa con sus problemas con Bruselas, en España imponemos aranceles a todo dispositivo susceptible a dañar a la SGAE y la industria del cine experimenta con la distribución online.

Catálogo de EMI sin DRM

La discográfica EMI ha confirmado en los últimos días que eliminará el DRM de toda la música y vídeos de su catálogo en iTunes. El acuerdo que ha alcanzado con Apple permite que los usuarios puedan adquirir música sin restricciones -hasta ahora las canciones compradas en iTunes podían grabarse únicamente en un iPod, entre otras limitaciones- por 30 centavos más. Se mantendrá el precio habitual si el usuario elige comprar una versión con DRM.

Con este anuncio, EMI da un importante paso con el que pretende demostrar cómo la imposición de restricciones no es el mejor camino para luchar contra la piratería. Además, es posible que esta decisión obligue al resto de discográficas a seguir la senda de este acuerdo. Todo dependerá de si se cumplen los objetivos que se ha propuesto EMI: disparar las ventas online de música liberada.

Bruselas amonesta a Apple

Sentado en la misma mesa que los directivos de EMI estaba Steve Jobs. El máximo responsable de Apple quiere convertirse en el ariete de la revolución digital de la música, aunque algo falla.

Tan solo un día después del anuncio de EMI, la Comisión Europea investiga a Apple por prácticas anticompetitivas. Los precios de las canciones en iTunes y el catálogo disponible varían según el país de la Unión en que se reside. Los usuarios de la tienda de Apple sólo pueden comprar en el país donde se ha emitido su tarjeta de crédito y esto atenta contra las normas de la competencia que rigen en la Unión Europea, según la Comisión.

El aviso que la Comisión Europea ha emitido a Apple y a las discográficas que trabajan con ellos no implica la culpabilidad de la empresa destinataria, aunque si se confirma la injustificación de esta medida podría multarse a la tecnológica hasta con un 10% de la facturación de la empresa sancionada. Apple pasa la pelota a las discográficas que son quienes imponen dichas restricciones, según anunció la empresa.

Libertad cultural en versión española

La versión española de los movimiento en contra de la piratería y la libertad de la distribución cultural tiene tintes de comedia lamentable al más puro estilo Torrente.

Cuando todos luchan por dinamizar el mercado por medio de la libertad, en España la SGAE, de mano del Gobierno, estudia cómo grabar con un arancel llamado ‘Canon Digital’ todos los productos electrónicos que permitan grabar y almacenar obras audiovisuales piratas. Esta medida, que el Ministerio de Industria ha retrasado, aunque no contempla parar el proceso, permitiría que una persona llegue a pagar hasta tres veces la cuota de derechos de autor: al comprar la obra en una tienda online, al grabarlo en un CD y al pasarlo a un reproductor de MP3.

El cine español experimenta

Por su parte, la Asociación de Productores de Españoles parece que quiere experimentar con la venta de contenidos a través de la Red. Por ello han lanzado el portal Filmotech, desde el que se pueden descargar legalmente películas españolas por 1 euro, al menos durante los dos primeros meses de funcionamiento.

Con ánimo de no competir con el mercado del cine y el DVD, Filmotech no ofrecerá películas de estreno e incluirá en todos los filmes el DRM de Microsoft con el que no perderá el control de lo que se hace con sus películas. Se ofrecen tres modalidades de alquiler o compra:

   - 3×3. Descargar una película y visionarla tres veces en tres meses a un precio de 1 a 1,95 euros.
   - 7D. Decargar una película y verla tantas veces como se quiera durante siete días a un precio de 1 a 1,95 euros.
   - TPS. Comprar la película sin ningún tipo de limitación a un precio de 3,80 a 5,80 euros.

Con reservas y siendo evidente la imperfección del sistema, merece la pena destacar el mérito de este paso que si funciona puede calmar la pataleta de la SGAE, si lo que verdaderamente le importa es velar por el bien de los creadores culturales. ¿O no?

* Chema Martínez-Priego es consultor de Comunicación Interactiva de Secuoyas