De Bill Clinton a Michael Jackson: lo que hay (y lo que no) en la 'lista' de Jeffrey Epstein

Los expresidentes de Estados Unidos Bill Clinton y Donald Trump. El príncipe Andrés de Reino Unido. El físico Stephen Hawking. El cantante y superestrella Michael Jackson. El mago David Copperfield. Todos ellos son nombres que aparecen en 45 documentos desclasificados sobre Jeffrey Epstein, el magnate financiero y depredador sexual que fue hallado muerto en su celda de una prisión de Manhattan en 2019 mientras aguardaba su juicio por tráfico sexual de menores.

Los documentos, presentados por el Tribunal Federal del Distrito en Manhattan, forman parte de una demanda presentada en 2015 por Virginia Giuffre, una de las víctimas, contra Epstein y su principal cómplice, Ghislaine Maxwell. Aunque esta demanda se resolvió en 2017, el rotativo estadounidense Miami Herald acudió a los tribunales para acceder a los documentos judiciales inicialmente presentados bajo sello, incluidas transcripciones de entrevistas que los abogados hicieron con posibles testigos. Muchos de los nombres de personalidades aparecen en el extenso testimonio de Johanna Sjoberg, una mujer que afirma haber caído en la red de explotación sexual del magnate entre 2001 y 2006.

Pero estos documentos están destinados a decepcionar a quienes esperaban hallar en ellos pruebas que identifiquen a supuestos cómplices o participantes en esta red. Pese a las enormes expectativas en torno a la llamada lista de Epstein, como es conocido popularmente el amplio círculo de conocidos del fallecido depredador sexual, el hecho de que personajes de la alta sociedad que interactuaron en algún momento con él aparezcan mencionados en archivos judiciales no significa, necesariamente, que hayan cometido delitos. La propia jueza que ordenó hacer pública la documentación, Loretta Preska, había advertido el pasado mes de diciembre que la mayoría de la información contenida en los informes ya había sido revelada con anterioridad.

En efecto, a pesar del enorme revuelo generado en redes sociales y a las decenas de hilos publicados en X (antes Twitter) sobre las supuestas “revelaciones bomba” incluidas en las más de 900 páginas de nuevos documentos, estos apenas incluyen indicios de irregularidades por parte de figuras ajenas al propio Epstein. Y aquellos que sí aparecen, como una presunta agresión sexual por parte del príncipe Andrés, ya eran de conocimiento público desde hace años debido a los registros divulgados en otros casos judiciales.

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EFE

En su testimonio, Sjoberg relató su supuesta reunión con el príncipe en la casa de Epstein en Nueva York. “Ghislaine me pidió que fuera a un armario. Ella simplemente dijo: 'Ven conmigo'. Fuimos a un armario y agarramos el muñeco con el nombre del príncipe Andrés”, relata. El tercer hijo de Isabel II, que ya fue despojado de sus privilegios reales hace dos años a raíz del escándalo, ha sido acusado en el pasado de utilizar este muñeco para manosear a Virginia Giuffre, quien en aquel entonces era menor de edad. “Y entonces me senté en el regazo de Andrew (...) y tomaron las manos del muñeco y las pusieron en el pecho de Virginia y Andrew puso las suyas en el mío”, narró Sjoberg.

La presunta víctima también asegura que sabía que Epstein “tenía relación” con el expresidente Bill Clinton y que lo mencionó en al menos una ocasión. “Una vez dijo que a Clinton le gustan las jóvenes, refiriéndose a las niñas”, indicó. Asimismo, señaló que, mientras volaba junto al magnate en uno de sus aviones privados, hicieron una escala no planificada en la ciudad de Atlantic City, en Nueva Jersey, y este sugirió que visitaran el casino perteneciente a Donald Trump. "Jeffrey dijo: 'Genial, llamaremos a Trump", testificó Sjoberg.

Los vínculos entre ambos exmandatarios y el magnate financiero son conocidos desde hace tiempo. Un portavoz de Clinton reconoció en 2019 que el expresidente había viajado cuatro veces en un avión de Epstein y que una vez visitó su casa, aunque siempre acompañado por el Servicio Secreto y por motivos relacionados con el trabajo de la Fundación Clinton. También aseveró que desconocía por completo los crímenes y que la relación había sido cortada hace más de una década. Trump también aparece en la lista de pasajeros de los vuelos de Epstein y cuenta con una foto junto a él y Maxwell tomada en 2000 en su club de Mar-a-Lago, pero nunca se ha demostrado ninguna vinculación más profunda. Ninguno de los expresidentes ha sido acusado de irregularidad alguna en los procesos judiciales contra Epstein.

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Los documentos también revelan que Epstein le indicó a Maxwell —quien cumple una condena de 20 años por tráfico de menores— que podía ofrecer dinero a los amigos de Giuffre si contradecían las acusaciones de la joven. En un correo electrónico de enero de 2015, dijo que esperaba especialmente contrarrestar las afirmaciones de que Clinton había cenado en su isla o que el físico Stephen Hawking había “participado en una orgía de menores de edad”, una afirmación sobre la que no existe prueba alguna. "Puedes otorgar una recompensa a cualquiera de los amigos, conocidos y familiares de Virginia que se presenten y ayuden a demostrar que sus acusaciones son falsas", escribió el magnate.

Los dos únicos nombres nuevos que añadir a la lista de Epstein son los de Michael Jackson y David Copperfield. Sjoberg afirmó haber conocido a Jackson en la mansión de Epstein en Palm Beach y a Copperfield en otra de las viviendas del magnate, donde habría realizado “algunos trucos de magia”. "[Copperfield] me preguntó si sabía que a las niñas les pagaban por encontrar otras niñas", indicó.

En total, la jueza Preska ordenó desclasificar más de 200 documentos. Se espera que el resto sean publicados a lo largo de los próximos días, después de que sean revisados por los abogados involucrados en el litigio. La mayoría del material restante, de acuerdo con el New York Times, se trata de mociones legales y extractos de declaraciones de víctimas que describen en detalle cómo Epstein había abusado sexualmente de ellas. La mayoría de los expertos legales considera poco probable que salga a relucir información dañina que involucre a personas ajenas al magnate, un nuevo golpe a quienes continúan obsesionados con la lista del depredador.