La prole de Gadafi: desde un mecenas de la London School a la Claudia Schiffer africana

A perro flaco todo son pulgas. Esta semana, un nuevo escándalo ha deteriorado más si cabe la imagen del coronel Muammar el Gadafi. Su hijo y delfín, Saif el-Islam, habría donado 1,75 millones de euros a la prestigiosa London School of Economics (LSE) un año después de haber logrado un doctorado en Filosofía gracias a una tesis que defendía valores como la libertad o la necesidad de una Constitución y que, actualmente, está siendo investigada por plagio. El suceso, que le ha costado el puesto al presidente de la LSE, ha vuelto a poner en el punto de mira a la amplia descendencia del dictador, que incluye desde un futbolista fracasado a una de las abogadas de Sadam Husein.

Saif el-Islam, de 38 años, es la cabeza más visible de los ocho vástagos de Gadafi. Antes de que estallasen las revueltas en Libia, el mayor del clan era considerado por muchos como un delfín proclive a las reformas en el régimen. Sin embargo, con la revolución en marcha, se mostró mucho más radical: advirtió que en Libia correrían “ríos de sangre” si no se interrumpían las protestas.

A pesar de su supuesta moderación y de las graves críticas hacia su padre, al que llegó acusar de ser el soberano absoluto de un país corrupto, Saif el-Islam también ha tenido amistades polémicas. Por su cercanía al extremista austriaco Jorg Haider, el delfín fue la única figura política invitada a su funeral en 2008.

Pero más allá de Saif, Gadafi cuenta con otros dos aliados entre su prole aún más radicales. Mutassim y Khamis son dos fervientes defensores del régimen de su padre. El primero de ellos recibió una fuerte formación militar en academias libias y egipcias, y actualmente ocupa el cargo de asesor de seguridad del país. Lejos de la imagen más moderada de Said el-Islam, Mutasim ha llegado a derrochar un millón de euros en una fiesta de fin de año en el Caribe, con un concierto privado de Mariah Carey incluido. Por su parte, Khamis, se encontraría en el búnker de Trípoli junto a su padre, al mando de los fieles y mercenarios que defienden el bastión de la capital.