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Villa Baviera, de campo de concentración chileno a agroturismo
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PEDOFILIA, TORTURAS Y TRÁFICO DE ARMAS AL PIE DE LOS ANDES

Villa Baviera, de campo de concentración chileno a agroturismo

Como una célula alemana en el corazón de Chile se despliegan las 13.000 hectáreas de Villa Baviera. Este agroturismo sería conocido por su gastronomía y por

Foto: Villa Baviera, de campo de concentración chileno a agroturismo
Villa Baviera, de campo de concentración chileno a agroturismo

Como una célula alemana en el corazón de Chile se despliegan las 13.000 hectáreas de Villa Baviera. Este agroturismo sería conocido por su gastronomía y por sus verdes campos, de no ser porque en un pasado aún muy candente fue el refugio de una secta comandada por un ex SS y un campo de concentración durante la dictadura de Pinochet.

En 1961, una colonia de alemanes funda la Sociedad Benefactora y Educacional Dignidad. Su líder es un carismático compatriota con un oscuro pasado. Paul Schaefer, ex suboficial de las SS y prófugo por pedofilia, convence a decenas de compatriotas para emigrar a América Latina y fundar una secta de la que él sería gurú.

Unos detalles poco conocidos para los ingenuos foráneos que buscan en la joven bávara del logotipo, un oasis alemán en el corazón de América Latina. Un Oktoberfest particular, hoteles de germánica resonancia y la caza chilena cocinada al más puro estilo alemán son sólo algunas de las señas de identidad de Villa Baviera, cuyo nombre si levanta ampollas en la memoria histórica chilena.

“Es cierto que tenemos un pasado un poco complicado y también es verdad que esta parte de la historia en Chile sirve para atraer a una parte de turistas, pero otros vienen a disfrutar de este cuadro paradisíaco”, indica la responsable del desarrollo turístico de Villa Baviera, Anna Schnellenkamp, al diario digital francés Rue89, al que también explica que este complejo, en manos de accionistas alemanes, da unos beneficios anuales de unos cuatro millones de dólares.

El pueblo entero llegó a pedir perdón en una carta abierta en abril de 2006, un año antes de su renacimiento como colonia turística. Los más viejos del lugar ni siquiera hablan castellano y si lo hacen, prefieren olvidar lo que allí pasó. Son los más jóvenes los que han emprendido este polémico paso que hace desatar la rabia entre algunas víctimas que comparan este hecho como si a alguien se le hubiese ocurrido hacer lo mismo con el campo de concentración de Auschwitz.

Una ínsula legal

Colonia Dignidad se instaló a unos 400 kilómetros de Santiago de Chile, aprovechándose de las bondades del cercano río Perquilauquén y de los magníficos paisajes de Los Andes, el verdadero atractivo de la colonia turística. Unos 300 alemanes vivían allí a principios de los 60 en un régimen de carácter sectario donde los habitantes estaban separados según su sexo y trabajaban de sol a sol, incluidos los niños, quienes sufrían continuos abusos por parte de Schaefer. El ex presidente Patricio Aylwin calificó a Villa Baviera como “un Estado dentro del Estado”.

Una alambrada, el propio río como barrera natural, perros… un sistema de seguridad importado directamente del empleado en Centroeuropa durante la Segunda Guerra Mundial. La llegada de Pinochet al poder en 1973 no mejoró la situación. La temible DINA de Pinochet aprovechó las instalaciones para sus torturas a prisioneros políticos. Villa Baviera recibió la visita del mismísimo dictador. No fue el único visitante ilustre, compañeros del pasado de Schaefer también le visitaron, como el conocido doctor Mengele.

Desde la vuelta de la democracia al país, el Gobierno presionó a Colonia Dignidad. En 2005, tras la detención de Schaefer, se hace público el hallazgo de un gran arsenal dentro de la colonia que iba desde sencillos AK47 hasta armas antitanque y gas sarín. El tráfico de armas también aparecía en la lista de asuntos turbios de Villa Baviera.

El kapo Paul Schaefer huyó en 1996 convirtiéndose en un uno de las personas más buscadas del país. Finalmente, tras nueve años de fuga, la Justicia argentina le entregó a Chile, donde permaneció en prisión hasta su muerte en octubre de este año, acusado de pederastia en su particular reich.

Un paso que algunos piensan que es insuficiente, como el ex colono Heinz Kuhn, que en el diario chileno La Nación se quejó de que “no se le haya dado justicia ni reparación a mis compatriotas que hasta hoy viven con miedo y con los traumas que les dejó el tiempo que vivieron esclavizados por Paul Schaefer. Nadie responde por ellos”.

Mientras tanto, la verde Villa Baviera vuelve a aparecer en la prensa por un nuevo proceso por desapariciones durante la dictadura. Un hecho que altera la calma del incipiente verano austral, el primero sin los anhelos desde dentro de la prisión de su fundador Paul Schaefer.

Como una célula alemana en el corazón de Chile se despliegan las 13.000 hectáreas de Villa Baviera. Este agroturismo sería conocido por su gastronomía y por sus verdes campos, de no ser porque en un pasado aún muy candente fue el refugio de una secta comandada por un ex SS y un campo de concentración durante la dictadura de Pinochet.

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