La oposición acusa a Chávez de viajar a España para darse “un barniz democrático”

Antonio Ledezma es el mayor opositor al presidente venezolano Hugo Chávez. Para esta labor, cuenta con una buena plataforma: la alcaldía de la populosa Caracas. Desde esa tribuna, y durante un reciente encuentro con periodistas españoles, el edil de la capital ha aprovechado para cargar contra el presidente venezolano.

 

El líder de Alternativa Democrática (AD) cree que Chávez habría “forzado” su reciente encuentro con el presidente español José Luis Rodríguez Zapatero y con el Rey Juan Carlos “para limpiar la mala imagen” que se había granjeado previamente con su visita a algunos de los Estados de dudosa reputación como Siria, Irán, Libia o Bielorrusia.

Líderes como Mahmud Ahmadineyad, Muammar al-Gadafi o el presidente bielorruso Alexander Lukashenko no son bien vistos por Occidente. Por eso, según la versión de Ledezma, Chávez se habría pasado después por la Mostra de Venecia, durante la presentación del documental sobre su persona elaborado por Oliver Stone, y por España, para tratar de “darse un barniz democrático”.

El presidente venezolano, sin embargo, no fue bien recibido en España. La visita se vio empañada por los abucheos con los que el mandatario sudamericano se topó cuando decidió desplazarse, acompañado por el presidente de Repsol, Antoni Brufau, hasta una librería de la Gran Vía madrileña. Previamente se había prohibido  una manifestación antichavista en las calles de la capital.

Ledezma, que se hizo con la alcaldía en 2008, acusa a Chávez de haber suprimido la separación de poderes, al que acusa de “nepotismo”. El edil hizo referencia a las acusaciones vertidas contra Chávez por dar instrucciones públicas al poder judicial y al legislativo.

El ejemplo más recurrido desde la oposición es el de la mesa para la reforma constitucional chavista, en la que se encontraban presentes la presidenta del Tribunal Supremo, Luisa Estela Morales y su homóloga de la Asamblea Nacional, Cilia Flores.

Por otro lado, Ledezma, que quiere disputarle la presidencia a Chávez en las elecciones de 2012, también le ha acusado de haber “criminalizado la oposición” con la clausura de todos los medios de comunicación opositores. Chávez ha dejado en la clandestinidad tanto a radios como a televisiones contrarias a su gestión. El presidente venezolano se escuda en la regulación de algunos aspectos de los medios, a los que acusa de difundir el “terror entre la población”.