El 'keynote' de Apple es el evento más importante del año de la compañía y casi, casi, de toda la industria de la telefonía. Este año ha tocado una versión corta y concisa, pero con sustancia. Apple ha presentado los nuevos iPhones (Xs Max, Xs y Xr), que los que aspiran a marcar como hasta ahora el ritmo del sector. Solo hace falta mirar a ese 'notch', esa pestaña negra en la parte de arriba del iPhone X de la que todos nos reímos al inicio y que ahora es casi un estándar en los 'smartphones' de gama alta.
El diseño apenas cambia; la pantalla del Xs Max, como su nombre indica, es más grande (6,5 pulgadas frente a las 5,8 del iPhone X actual); el Xs se actualiza en procesador y cámara; y el XR, el más 'barato' (ronda los 859 euros en su versión más básica) no tendrá doble cámara ni pantalla OLED y los acabados y materiales no serán tan 'premium'.
Por su parte, el otro protagonista de la noche ha sido el nuevo Apple Watch, que incluye nuevas pantallas de inicio que interactúan con el resto de elementos del reloj, como agua que choca contra los bordes de la pantalla y nuevos sistemas que le dan más opciones como herramienta para controlar tu salud. También cambia la corona: ahora devuelve una pequeña vibración cuando la aprietas, tiene un anillo rojo que queda realmente bien, y el altavoz del reloj es un 50% más potente en volumen.