En un lugar indeterminado de la Comunidad de Madrid se oculta el mayor santuario para la conservación de los primates de España.
Lemures, chimpancés y hasta un orangután descansan allí, ajenos a las nubes que se ciernen sobre su futuro. Rainfer es fruto de veinte años de sacrificio por parte de una familia que ha invertido (y perdido) sus ahorros en un proyecto que pronto podría llegar a su final.
Ante la falta de fondos, este centro podría cerrar en unos meses. La solución propuesta desde el Estado, dueño de los animales, es el sacrificio.