Rajoy pide a las empresas que pongan fin a una era de reparto alocado de dividendos

Pero su batería de recetas tiene también otro destinatario: el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con quien se reunirá en los próximos días para preparar la cumbre de Washington con los principales líderes internacionales. Rajoy pidió a Zapatero un paquete de medidas coordinadas y que generen confianza, huyendo de disposiciones paliativas como las hasta ahora implementadas y para las que agotó el diccionario de sinónimos. Se trataría de ocurrencias, parches, remiendos milagreros, cataplasmas… En este sentido, lamentó que, tres semanas después de que se anunciara, aún no se haya puesto en marcha el plan que autoriza al Tesoro Público a avalar deuda emitida por bancos y cajas de ahorro hasta un máximo de 100.000 millones en 2008. “Era urgente y es como si no se hubiera tomado. No ha tenido efectos tangibles. Además de reunirse, hay que gobernar”, espetó a Zapatero.

 Y no se quedó ahí. “Vamos a ser implacables en la fiscalización de las medidas”, retó el líder de la oposición, añadiendo que no permitirán los oscurantismos y arbitrariedades de los malos gestores.  “El Plan Vive, el cambio de bombillas, los coches eléctricos, los 300 millones para comprar suelo a los promotores cuando su deuda es de 320.000… Todo es muy poco previsible. Da la impresión de que lo que se quiere transmitir es que se hacen cosas, pero lo que hace falta es un buen diagnóstico”, insistió. En esta línea, pidió incrementar la independencia de los organismos reguladores, con el fin de que los grandes sectores se impliquen en el ajuste, al tiempo que instó a que se intensifique la vigilancia en la formación de precios  y que se legisle en línea con la unidad de mercado. “No puede haber siete reglamentos distintos sobre lo mismo”, aseveró, citando la maraña legislativa en sectores como el de la vivienda.