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Las promotoras inmobiliarias en problemas venden o permutan suelo edificable a cambio de ‘lo que sea’
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BAJO EL SÍNDROME DE LLANERA

Las promotoras inmobiliarias en problemas venden o permutan suelo edificable a cambio de ‘lo que sea’

“Grupo inmobiliario vende o permuta suelo edificable por... lo que sea”. Más o menos explícitos, lo cierto es que anuncios de este tenor comienzan a ser

Foto: Las promotoras inmobiliarias en problemas venden o permutan suelo
edificable a cambio de ‘lo que sea’
Las promotoras inmobiliarias en problemas venden o permutan suelo edificable a cambio de ‘lo que sea’

“Grupo inmobiliario vende o permuta suelo edificable por... lo que sea”. Más o menos explícitos, lo cierto es que anuncios de este tenor comienzan a ser demasiado frecuentes. Detrás están pequeñas o medianas empresas locales, afectadas por el síndrome de Llanera, a quienes el cambio de ciclo y su consiguiente parón en las ventas ha dejado atrapadas con elevadas deudas.

Es el caso de Grupo Casado Caro*, una inmobiliaria con sede en Madrid que opera en Ciudad Real y en el Puerto de Santa María, que el pasado domingo se anunció en la sección de Economía de un diario nacional, compartiendo espacio publicitario con el Residencial Francisco Hernando, de Paco el Pocero en Seseña, que hace frente a la crisis con un agresivo plan de marketing: “Por el precio de un alquiler, pisos llave en mano. Podrá pagar cómodamente hasta en 50 años. Y regalamos 50 hipotecas entre las 1.000 primeras viviendas vendidas”.

En el caso del Grupo Casado Caro, a cambio de sus suelos edificables, admite pisos, chalets, locales, plazas de garaje... Todo vale con tal de soltar suelo que no quiere o puede edificar. “Construir ahora nos da miedo: tenemos otras promociones vivas y no estamos vendiendo las fases en marcha, se nos acumula el IVA y el mercado es que no digiere nada. Si sigo promoviendo tal y como está, me voy a arruinar”, confiesan desde la promotora madrileña a El Confidencial.

Los terrenos puestos en el escaparate, ya sea en costa o en la meseta castellana, en el casco histórico o en un pueblecito poco poblado, están listos para levantar decenas de viviendas. El pack incluye las licencias correspondientes, los créditos promotores, los estudios geotécnicos... Toda una inversión llave en mano. La oportunidad que cualquier cazador de gangas estaría esperando.

“¿Problemas de liquidez? Sí, como todas”

Otras empresas muy activas en segunda residencia en litoral, especialmente en la costa del Sol, como Aifos o Grupo Mirador, también están sufriendo las consecuencias del momentum del sector. “Hemos acometido una reducción de plantilla en un contexto de reestructuración de la empresa”, admiten desde esta promotora malagueña, muy golpeada por el Caso Malaya de Marbella.

“Más que Malaya, nos está haciendo más daño la caída de las ventas”, reconocen. Desde la compañía no ocultan tampoco que “tuvimos problemas de pagarés con proveedores este verano, pero ya lo hemos solucionado”. ¿Problemas de liquidez? “Sí, como todas”, admiten. La promotora resiste gracias a que “los hoteles -Guadalpines, Byblos- están llenos” y a la ingente cantidad de suelo de que dispone. De nuevo, la valoración del suelo se está resintiendo: “El rural por la Ley del Suelo y el urbano por la situación del mercado”, apuntan fuentes conocedoras del sector.

El fuerte crecimiento en muy pocos años, las veleidades expansionistas nacionales e internacionales y la decidida apuesta por el patrocino de equipos deportivos son puntos que comparte la promotora catalana Akasvayu con la malograda Llanera. Bitango, otra promotora, en este caso activa en las viviendas protegidas en la Comunidad de Madrid, ya tuvo que paralizar temporalmente una promoción en Fuenlabrada por retrasos en los pagos a la constructora. ¿Quién será la siguiente Llanera?

*NOTA DE LA REDACCIÓN

Por un error en la edición anterior de esta información se ha puesto el Grupo Casado, cuando en realidad se trata del Grupo Casado Caro.

“Grupo inmobiliario vende o permuta suelo edificable por... lo que sea”. Más o menos explícitos, lo cierto es que anuncios de este tenor comienzan a ser demasiado frecuentes. Detrás están pequeñas o medianas empresas locales, afectadas por el síndrome de Llanera, a quienes el cambio de ciclo y su consiguiente parón en las ventas ha dejado atrapadas con elevadas deudas.

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