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Rubalcaba a Pizarro sobre los guardias civiles que le siguieron: “Tranquilo Manolo que les vamos a echar”
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SIGUEN EN EL CARGO CUATRO MESES DESPUÉS

Rubalcaba a Pizarro sobre los guardias civiles que le siguieron: “Tranquilo Manolo que les vamos a echar”

Manuel Pizarro, presidente de Endesa, sigue muy enfadado por los dos casos de seguimiento que ha sufrido en los últimos meses por la Guardia Civil, el

Foto: Rubalcaba a Pizarro sobre los guardias civiles que le siguieron: “Tranquilo Manolo que les vamos a echar”
Rubalcaba a Pizarro sobre los guardias civiles que le siguieron: “Tranquilo Manolo que les vamos a echar”

Manuel Pizarro, presidente de Endesa, sigue muy enfadado por los dos casos de seguimiento que ha sufrido en los últimos meses por la Guardia Civil, el 20 de febrero, y más recientemente, la noche del 13 de junio, por los espías del CNI. Sobre todo porque, pese al tiempo que ha pasado desde la primera y la gravedad de la segunda, el Gobierno no ha movido ficha y, o lo niega, o lo reconoce pero no hace nada.

“El otro día me llamó Alfredo Pérez Rubalcaba para decirme que lo del 13 de junio no habían sido ni la Policía ni la Guardia Civil, y sobre lo de febrero me dijo: ‘Tranquilo Manolo que les vamos a echar’. Pero cuatro meses después, ahí siguen los dos guardias civiles, no les han echado ni han dado una explicación”, se queja el propio Pizarro.

El Ejecutivo reconoció que dos agentes de la benemérita, Antonio García Martín y Francisco Javier Fernández, habían seguido a Pizarro el 20 de febrero -tal y como denunció el presidente de Endesa y adelantó este periódico- e inició una investigación interna. En su defensa, los dos agentes, uno de ellos de baja médica, explicaron que se encontraban casualmente en Campo de las Naciones y fueron a tomar un café a las inmediaciones del Hotel Ritz, situado cerca de la Bolsa de Madrid, donde se dirigía Pizarro, para ver a un tercer amigo. Ambos siguen en el cargo.

Respecto al caso de los espías del CNI del 13 de junio, el Gobierno ha negado reiteradamente que se estuviera vigilando al presidente de Endesa. Así lo aseguró ayer en el Congreso María Teresa Fernández de la Vega. Según la vicepresidenta, los agentes seguían a un objetivo extranjero.

Pese a todas las explicaciones dadas por el Gobierno, Pizarro sigue escéptico y exige que cesen este tipo de actuaciones. “Lo que quiero es que me dejen trabajar tranquilo. Yo no me meto con nadie, los que me conocen lo saben, así que pido que los demás hagan lo mismo”, ha explicado. Durante la junta de accionistas de Endesa celebrada ayer, Pizarro aseguró en este sentido que lo que distingue a un país moderno y potente es la seguridad jurídica. “Seguridad jurídica es también seguridad personal: poder ir por la calle sin que te sigan o te escuchen”, aseguró ante los accionistas de la empresa.

Pizarro escenifica la paz en Endesa

Por otra parte, durante la junta de ayer, la directiva de Endesa escenificó el final de las hostilidades vividas hasta ahora durante todo el proceso de opas, primero de Gas Natural y después de E.On, y abrió paso a una nueva etapa en la eléctrica. Así, Pizarro aseguró que “van a respetar siempre a los accionistas que han apostado por Endesa y han puesto su dinero aquí”. Rafael Miranda, consejero delegado, también dijo una frase muy significativa: “Esta OPA es de los dos máximos accionistas de la empresa, no como las anteriores, que eran de dos empresas ajenas”.

En este sentido, Endesa aprobó ayer la entrada de dos consejeros “independientes”, según Pizarro, pero que en realidad han sido propuestos por Acciona y Enel, propietarios de casi el 50% de la compañía. Se trata de Fernando D’Ornellas y Borja Prado.

Manuel Pizarro, presidente de Endesa, sigue muy enfadado por los dos casos de seguimiento que ha sufrido en los últimos meses por la Guardia Civil, el 20 de febrero, y más recientemente, la noche del 13 de junio, por los espías del CNI. Sobre todo porque, pese al tiempo que ha pasado desde la primera y la gravedad de la segunda, el Gobierno no ha movido ficha y, o lo niega, o lo reconoce pero no hace nada.

Manuel Pizarro