Es noticia
Caldera sigue mudo mientras la ONCE liquida poco a poco su patrimonio para salvar la crisis
  1. Mercados

Caldera sigue mudo mientras la ONCE liquida poco a poco su patrimonio para salvar la crisis

Jesús Caldera sigue sin decir esta boca es mía. El ministro de Trabajo, presidente del Consejo de Protectorado, órgano interministerial que debe tutelar a la ONCE,

Foto: Caldera sigue mudo mientras la ONCE liquida poco a poco su patrimonio para salvar la crisis
Caldera sigue mudo mientras la ONCE liquida poco a poco su patrimonio para salvar la crisis

Jesús Caldera sigue sin decir esta boca es mía. El ministro de Trabajo, presidente del Consejo de Protectorado, órgano interministerial que debe tutelar a la ONCE, sigue quieto ante la cada vez más difícil situación interna de la organización de ciegos. Caída continua de las ventas del cupón; fracaso de los nuevos juegos que pone en el mercado; sus dirigentes en la Audiencia Nacional por presunto fraude en el cupón; pérdidas millonarias que tiene que pagar el Estado vía subvenciones…

Ante semejante panorama, Miguel Carballeda, presidente de la organización de ciegos, ha optado por ir poco a poco liquidando el patrimonio que durante años ha acumulado la institución. Ya contamos en este periódico la venta de los colegios de Santiago de Compostela y de Sevilla y el convenio firmado con Alberto Ruíz Gallardón, alcalde de Madrid, para cederle dos inmuebles de la capital a cambio de que éste le recalificara sus terrenos del Paseo de la Habana para poder construir viviendas.

Ahora, mientras llega la gran operación urbanística con los terrenos que la ONCE tiene en Vallecas, donde se asienta la imprenta, la organización está buscando comprador para dos edificios más en Barcelona. Se trata del inmueble que antes albergaba la sede de la institución en la ciudad condal, situado en la calle Calabria, y el colegio de la ONCE, ubicado en el barrio de Pedralbes.

Según ha podido saber este periódico, la Once vende los dos edificios, que suman 18.000 metros cuadrados, en un paquete por 60 millones de euros. Ya se han interesado por ellos los grandes constructores y promotores de la ciudad, incluido el ex presidente del Barcelona, Josep Lluis Núñez, pero nadie hasta ahora ha aceptado.

Problemas por la calificación de los terrenos

El problema es que los dos edificios tienen la calificación urbanística 7ª, 7B y 7C, lo que significa que sólo se pueden utilizar para construir hospitales, geriátricos o colegios. Pero nada de viviendas ni, por ejemplo, hoteles. Esa calificación no se puede cambiar hasta, al menos, dentro de tres años.

Lo que sí ha terminado prácticamente de vender son los 15 exclusivos apartamentos que su constructora Oncisa ha levantado en la calle Evaristo San Miguel, que fue sede de la ONCE desde abril de 1982 hasta junio de 1985. El mecanismo empleado ha sido el mismo: venta del edificio, en este caso a Oncisa, que construye las viviendas y las vende. Dinero fresco para hoy, menos patrimonio para mañana.

La razón no es otra que la continuada caída de los ingresos por el cupón, del orden del 10% al año, y del fracaso de los nuevos juegos que sus directivos sacan a la venta. El conocido como rasca-rasca facturó en enero poco más de los 11 millones de euros, nada que ver con los 46 que vendió en junio de 2006, mes que empezó a comercializarse. El resultado de todo esto son las primeras pérdidas en la historia de la organización, que ha tenido que solventar Caldera vía presupuestos generales del Estado. En concreto, el año pasado rondaron los 100 millones de euros.

Jesús Caldera sigue sin decir esta boca es mía. El ministro de Trabajo, presidente del Consejo de Protectorado, órgano interministerial que debe tutelar a la ONCE, sigue quieto ante la cada vez más difícil situación interna de la organización de ciegos. Caída continua de las ventas del cupón; fracaso de los nuevos juegos que pone en el mercado; sus dirigentes en la Audiencia Nacional por presunto fraude en el cupón; pérdidas millonarias que tiene que pagar el Estado vía subvenciones…