La CNE da más poder a ACS en Iberdrola y abre la puerta al ‘choque de trenes’ entre Florentino y Galán

Florentino Pérez se ha vuelto a salir con la suya. Ayer, en una decisión sin precedentes, la Comisión Nacional de la Energía (CNE) decidió otorgar a ACS más poder en Iberdrola y modificar la Ley Rato de 2000, que limitaba sus derechos de voto en la eléctrica vasca al 3% debido a que ya es accionista de otra empresa del sector energético, Unión Fenosa, con un 40,5%. ACS controla un 12,4% de Iberdrola, entre participaciones directas e indirectas.

Con la modificación acordada por la CNE, acogida al artículo 5 del propio Real Decreto-Ley 6/2000 (Ley Rato), Florentino Pérez y sus socios en ACS, los Albertos y los hermanos Juan y Carlos March, ganan poder de maniobra en la eléctrica. “ACS podría haber votado el 100% de los acuerdos de la pasada junta de accionistas y podrá votar el 100% de los de la próxima”, aseguran fuentes del sector.

“Florentino sólo estará imposibilitado para votar en inversiones estratégicas que haga en el mercado español”, aseguran dichas fuentes. La constructora podrá, por ejemplo, emitir su voto en la junta del próximo 29 de marzo sobre la ampliación de capital necesaria para afrontar la adquisición de Scottish Power.

En cambio, ACS no podrá participar en la gestión de la empresa ni nombrar consejeros, algo que desde la constructora aseguran “nunca han pedido”. Razón por la cual la decisión de la CNE, que ha causado perplejidad en el sector por cuanto se salta a la torera el citado RDL 6/2000, no ha gustado nada en Iberdrola. Hace unos días, la eléctrica recordó a la Comisión que ya se prohibió en su día al BBVA y a la Caixa participar en dos empresas energéticas a la vez, por lo que ayer se hablaba del “peligroso precedente” que esta decisión establece.

Kilómetro cero de la batalla por Iberdrola

Lo que pocos dudan es que la novedosa iniciativa de la CNE constituye el pistoletazo de salida para el ‘choque de trenes’ entre Florentino Pérez e Ignacio Sánchez Galán. El primero busca fusionar Iberdrola con Unión Fenosa, una castaña de eléctrica, muy sobrevalorada en bolsa, razón por la cual ha adquirido el 12,44% de su capital y pedido a la CNE que levantara la prohibición de los derechos de voto.

El segundo, sin embargo, quiere seguir creciendo en Iberdrola sin nadie que le dé órdenes, razón de fondo que explica la compra de Scottish Power, dando esquinazo a las pretensiones de ACS. Ayer, Galán recibió una buena noticia de Bruselas con el visto bueno sin condiciones a la operación escocesa; por la tarde, sin embargo, la CNE se encargó de echar agua al vino del eléctrico con una decisión insólita que mete a Pérez en el partido.

La decisión de la CNE permitirá a ACS presentarse en la Junta General de Iberdrola del 29 de marzo con derechos de voto sobre su 12,4% (participación en aumento), porcentaje que unido al casi 10% que controla la vasca BBK de Xabier de Irala, más algún que otro aliado que Pérez podría forjar por el camino, conformaría un bloque capaz de controlar cerca de la mitad del voto asistente, teniendo en cuenta la dispersión del capital social y el porcentaje del mismo que normalmente acude a las Juntas Generales.

Un consejero delegado del gusto de ACS

De acuerdo con la información aparecida ayer en este diario (ver El Confidencial del 15 de febrero), los planes de Pérez consistirían en obligar a Sánchez Galán a sentarse y negociar un pacto de accionistas por el cual ACS apoyaría la compra de la compañía escocesa a cambio de que Galán aceptara un recorte de sus poderes con el nombramiento de un consejero delegado del gusto de Pérez.