La industria farmacéutica usa ‘empresas tapadera’ para violar su ‘código de honor’

En medio de la crisis interna de la patronal española de los laboratorios farmacéuticos no dejan de salir a la luz otros asuntos polémicos. El último, a raíz de la presentación del nuevo código deontológico de la IFPMA (Federación Mundial de Asociaciones de la Industria Farmacéutica) la semana pasada, que sustituirá a las normas éticas vigentes desde 1994. “Su existencia no garantiza que las ‘malas prácticas’ en las conocidas visitas médicas de los representantes farmacéuticos sigan produciéndose”, afirman fuentes de toda solvencia a este diario.

Este ‘código de honor’ consigue eliminar la concesión por parte de los laboratorios de escandalosos regalos a los médicos, vacaciones pagadas, congresos en otros países con torneos de golf incluidos… Sin embargo, las empresas farmacéuticas buscan subterfugios para esquivar dicho código y seguir ‘comprando’ la simpatía de los facultativos de manera encubierta. Las mismas fuentes, sentencian que “la lista de farmacéuticas demandadas por estas prácticas es larga y entre ellas hay varias de medicamentos genéricos. Esas normas deontológicas lo que hacen es fomentar otro tipo de actividades por medio de ‘empresas tapadera’”.

Entre esas ‘empresas tapadera’ para estimular al prescriptor, es decir, al médico, a que recete determinados fármacos se encuentran editoriales de revistas supuestamente científicas que en realidad están subvencionadas por laboratorios y que no son más que elementos promocionales, o agencias de viajes a través de las cuales concertar al galeno unas buenas vacaciones. “Son actuaciones que no quedan documentadas en ningún sitio”.

Las farmacéuticas se encuentran en un horizonte en el que deben aumentar enormemente el esfuerzo promocional de sus productos. Algunas comunidades autónomas, como Canarias, han empezado a implantar la obligación a los facultativos de prescribir por principio activo, esto es, por sustancia y no por marca. Las mismas fuentes afirman que las farmacéuticas están poniendo a los médicos en contra de la política de estas comunidades autónomas, ‘castigándoles’ sin invitaciones para participar en investigaciones desarrolladas por los laboratorios o para acudir como líderes de opinión a congresos.

Y en todo este asunto, laboratorios nacionales, europeos y estadounidenses sí están de acuerdo. Incluso las empresas de genéricos, porque todos están afectados.

Por una parte, las empresas españolas con las ‘marcas de fantasía’. Tradicionalmente, los laboratorios nacionales eran destinatarios de licencias de las multinacionales para poder comercializar los productos de éstas pero bajo las llamadas ‘marcas de fantasía’. Al cabo de los años, el precio de estos medicamentos se va reduciendo según el sistema de precios de referencia, una reducción progresiva que se ajusta al de los fármacos más baratos. Con la implantación de la prescripción por principio activo, además de esta merma en los ingresos, los laboratorios se encuentran con que el médico receta una sustancia y no una marca, con lo cual el facultativo tendrá más dificultad para recordar el nombre de esas marcas. Por ello, las farmacéuticas deben multiplicar el tanto por ciento de su presupuesto en promoción, y en ese esfuerzo entran las ya mencionadas ‘malas prácticas’.