El origen de una industria: cuando la música valenciana se exhibe, se vende y se exporta

El 8 de noviembre de 1966, día en que Ronald Reagan era elegido gobernador de California, el cantante estadounidense Johnny Cash actuaba frente a 1.800 reclusos de la cárcel de Folsom, en el condado de Sacramento, la capital del estado. Emulando aquel hito en la cultura rock, el 22 de noviembre del pasado 2022, la Fira Valenciana de la Música-Trovam, feria anual de la industria musical autonómica, cerraba su edición acercando al grupo valenciano Santero y Los Muchachos al auditorio de la prisión de Albocàsser. Era el primer evento cultural para los reclusos del centro penitenciario castellonense tras dos años y medio de restricciones sanitarias por el coronavirus.

La diferencia entre las ferias sectoriales del automóvil, el mueble, la cerámica y el resto de ramas industriales relevantes en la Comunidad Valenciana con una feria musical se encuentra en esos intangibles que ofrece la cultura y que rara vez encontramos en un todoterreno turbodiésel o en un sinfonier de pino macizo. Existía música antes de la revolución industrial, existía música antes de la revolución neolítica, pero a nadie se le ocurrió parir una feria de la industria musical valenciana hasta 2013.

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Armand Llàcer es el actual director de la Fira Trovam, donde cada año, en Castellón, se reúnen músicos, promotores, dueños de las salas, agencias de contratación y talento, managers, sellos discográficos, gestores públicos, periodistas y teóricos nacionales e internacionales de la industria musical. "Desde su inicio intentamos vertebrar el sector implantando estrategias colectivas para todos los agentes productivos valencianos, desde una pequeña empresa a un macrofestival. Las industrias creativas son más importantes de lo que históricamente se ha percibido. Fuimos el primer evento privado, de voluntad pública, creado como aparador de propuestas musicales valencianas. Ahora, somos un punto de encuentro fundamental, pese a que nuestro presupuesto es de algo más de 300.000 euros, aún lejos de las cantidades de la catalana Música Viva de Vic, con 900.000 euros, o de la feria vasca BIME, con cerca de tres millones".

El evento tendrá lugar entre el jueves 9 y el sábado 11 de noviembre y convertirá la capital de la Plana en el punto neurálgico de la industria y de la actividad musical de la región. Lo hará gracias a la confluencia de decenas de agentes del sector y algunos de los grandes nombres de la música actual. El cabeza de cartel será el nuevo Premio Nacional de Música 2023, Rodrigo Cuevas. "Llevábamos un par de ediciones detrás de Cuevas, hasta que este año hemos logrado traerlo. Cerramos el acuerdo en marzo y el mes pasado estuve almorzando con él en la Fira Mediterránea de Manresa, justo un día antes de que le concedieran el Premio Nacional de Música 2023", recuerda el director de la feria valenciana.

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Mediante convenios con el Instituto Valenciano de Cultura, la Fira Trovam impulsa el talento valenciano realizando intercambios con otras muestras nacionales o internacionales. Luis Prado, Sandra Monfort, Viktorija Pilatovic, Santero y Los Muchachos, Yo Diablo, Borja Penalba, Òscar Briz, Queidem o la rapera Tesa han actuado en diversas ferias el último año. "Impulsamos la carrera de algunos de los ganadores de los Premios de la Música Valenciana Carlos Santos en lugares estratégicos como el BIME, la feria musical más importante del sur de Europa, que se realiza en Bilbao con apoyo del Gobierno de Euskadi y la promotora vasca Last Tour Internacional", argumenta Llàcer, "esta feria también tiene sede en Bogotá y la compositora de Pedreguer, Sandra Monfort, actuó ante los agentes sudamericanos", la también valenciana Jimena Amarillo acudió a Colombia por el acuerdo de colaboración con la Sociedad de Artistas, con sede en Madrid.

La Fira Trovam es la exposición anual de una industria estructurada a lo largo de la última década. Antes existía una industria musical atomizada, sin estructuras administrativas, alianzas ni políticas organizadas. "La Federación Valenciana de la Industria Musical (FEVIM) engloba a setenta empresas musicales y cuenta con un presupuesto de 700.000 euros, y desde la Valencian Music Office se trabaja diariamente en la problemática del sector. En todos los países europeos de nuestro entorno, como Francia, Países Bajos, Suiza, Alemania, Bélgica, llevan años trabajando sus industrias musicales", comenta Armand, "el pasado mes de enero estuvimos presentes en el Eurosonic de Groningen, la mayor feria musical del norte de Europa, un evento de referencia con 40.000 asistentes y en el que participan más de 4.000 profesionales y 350 artistas, donde han actuado, por ejemplo, Dua Lipa, Fountains DC, Arlo Parks, Sigrid o Wet Leg".

El primer presupuesto del Gobierno valenciano, aprobado la semana pasada, ha recortado en 5 millones de euros la partida del Instituto Valenciano de Cultura, pasando de 48,6 a 43,6 millones. La conselleria de Cultura, en manos de Vox, prepara el relevo en la dirección de sus tres ejes: Música, Artes Escénicas y Audiovisual. Desde 2016, la implicación de la Generalitat Valenciana resultó decisiva en la consolidación de la Fira Valenciana de la Música. "Tras una primera reunión protocolaria con la nueva administración, estamos a la espera de citas específicas con sus gestores actuales. Somos una cita estratégica para la Comunitat Valenciana. Nos dedicamos al sector privado desde una mirada hacia lo público. Este es un encuentro profesional para articular y dinamizar una industria solvente", concluye Llàcer.