El referéndum independentista en Barcelona costará 1,5 millones de euros

El 25 de abril de 2011 es la fecha que baraja la Plataforma Barcelona Decideix (Barcelona Decide) para convocar la consulta oficiosa sobre el sí o el no a una Cataluña configurada como un Estado independiente dentro de la Unión Europea. Ya empiezan a conocerse los detalles de la organización de esta consulta, que se convertiría en la más importante que se haya realizado hasta el momento en cuanto a número de ciudadanos llamados a las urnas. Pero realizar este referéndum no es barato: costará la friolera de 1,5 millones de euros, cifra que confirmaron a El Confidencial los organizadores.

Según las mismas fuentes, el nuevo referéndum se iniciará con toda una serie de “contactos” con entidades cívicas, particulares y organismos para intentar reunir los recursos económicos necesarios durante el primer trimestre del año que viene. Tampoco descartan los organizadores solicitar ayudas a entidades cívicas y partidos políticos que defiendan este tipo de consultas sin carácter oficial. “La idea es que, con el dinero recaudado, podamos realizar la promoción y publicidad necesarias para que cuantos más barceloneses conozcan la posibilidad de ir a votar, mejor se pueda defender ante el Parlamento de Cataluña la necesidad de que los catalanes puedan ejercer su derecho a decidir por una Cataluña independiente o no en el futuro”, aseguran a este diario fuentes de la Plataforma Barcelona Decideix.

Los organizadores de la consulta independentista en Barcelona también están a la espera de que el actual presidente del Fútbol Club Barcelona, Sandro Rosell, mantenga la promesa de su predecesor en el cargo, Joan Laporta, de cederles el Camp Nou para celebrar el referéndum. Por de pronto, calculan que necesitarán unos 10.000 voluntarios, tantos como los que se necesitaron para organizar los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992. También esperan convencer al alcalde de Barcelona, el socialista Jordi Hereu, para que el propio Ayuntamiento se implique en la promoción de la consulta. Por el momento, ni Rosell ni ningún miembro de su junta se han pronunciado a este respecto.

De hecho, el propio Rosell aseguró en su campaña electoral que quería erigirse como el presidente de “todos” los barcelonistas, tanto de los que residen en Cataluña como de los del resto de España y del mundo, y se mostró contrario a que el FC Barcelona se posicionara abiertamente con ninguna tendencia política.

El coordinador de la plataforma organizadora de la consulta y miembro de la Coordinadora Nacional que ha organizado las consultas oficiosas celebradas hasta ahora en Cataluña, Uriel Beltran, está dispuesto a convocar “a todas las entidades sociales, culturales y ciudadanas de Barcelona para ganar notoriedad en los próximos meses”. Un portavoz del Ayuntamiento de Barcelona ha confirmado a este diario que el equipo municipal “no promueve” la celebración de estas consultas de forma oficial, con lo que tampoco se espera que vayan a participar como administración pública en la difusión del evento ni vaya a ceder edificios municipales para su organización.

Hasta ahora, las consultas por la independencia de Cataluña han tenido una pobre respuesta. La primera consulta, celebrada en pequeñas poblaciones, arrojó unos resultados “espectaculares” y “esperanzadores”: nada menos que un 27% de participación. A partir de ahí, el globo se deshinchó: en febrero, la participación fue del 21%; y en abril, de algo menos del 18%. La última consulta se realizó el pasado 19 de junio en 48 municipios, la mayoría del área metropolitana de Barcelona, y registró una participación media del 14,2%, un 6,5% inferior a las otras oleadas, aunque el si sigue ganando con claridad, con casi el 90% de los votos (89,3%), según datos facilitados a este diario por la Coordinadora Nacional de las consultas. En estos referéndums oficiosos, tienen derecho a voto no sólo los ciudadanos del censo oficial de cualquier comicio, sino también los mayores de 16 años y los inmigrantes empadronados en las ciudades catalanas. 

Las comarcas donde más han pinchado las consultas han sido las del sur de Cataluña y las del cinturón rojo de Barcelona, especialmente la comarca del Baix Llobregat, donde son abrumadora mayoría los ayuntamientos gobernados por los socialistas.