Cae una banda de 'loverboys': menores prostituidas bajo una falsa promesa de amor

Agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil han detenido a 16 personas pertenecientes a una organización internacional que explotaba a mujeres captadas en Rumanía mediante el denominado método 'lover boy'. En la operación, en la que también han participado las autoridades italianas y rumanas bajo la coordinación de Europol, han sido liberadas 13 víctimas.

Los miembros de esta banda criminal manipulaban a las mujeres mediante el chantaje emocional y coacciones, haciéndoles creer que no pueden vivir sin ellos y, una vez engañadas, eran trasladadas a diferentes destinos de la Unión Europea como España, Italia, Reino Unido, Austria, Suiza, Alemania, Francia, Holanda y Eslovenia. Allí eran forzadas a ejercer la prostitución en clubes o viviendas privadas. Fruto de esta explotación, los captores llegaron a obtener hasta cinco millones de euros de beneficios, así como vehículos de alta gama valorados en más de 2.500.000 euros.

Para hacerse con este dinero, los acusados no ejercían la violencia física con las menores para así evitar el "desenamoramiento" por parte de las mismas, según recoge la Policía Nacional, sino que se inventaban falsas deudas contraídas con terceras personas que debían saldar o recurrían a falsas promesas de crear con ellas una nueva familia en Rumanía.

Para blanquear sus ingresos ilegales compraban viviendas y vehículos a nombre de sus familiares por lo que las actuaciones policiales se han dirigido contra todos los escalones de la organización, líderes, mandos intermedios y familiares. Los 16 detenidos — 12 en Rumanía y cuatro en Málaga — como miembros de esta banda están acusados de delitos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal.

'Lover boy': explotación sexual liderada por menores

El pasado año 2017, Unicef alertó sobre los riesgos de este método, al parecer emergente en España, de delito de trata de seres humanos con fines de explotación sexual — definida por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) como "la participación en la prostitución, la servidumbre sexual u otros tipos de servicios sexuales, incluidos actos pornográficos o la producción de material pornográfico" —.

Pero, ¿en qué consiste este método? Los datos recogidos por Unicef muestran que el perfil de las víctimas suele de ser de mujeres adolescentes de edades comprendidas entre los 14 y los 17 años procedentes de países de Europa del Este (de Rumanía en su mayoría) que se encuentran en situación de vulnerabilidad. El método del 'lover boy' es ejecutado por jóvenes adolescentes masculinos que enamoran a sus víctimas y, mediante engaños y coacciones, las trasladan a otros países para explotarlas ante el desconocimiento por parte de las jóvenes de cuál va a ser su destino real.

Los captores no solo seducen a las menores con el objetivo de encandilarlas, sino que trabajan en ganarse su confianza y, aprovechándose de su vulnerabilidad, les hacen creer que no son nada sin ellos, induciéndoles de forma alguna a que padezcan el síndrome de Estocolmo.

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Uno de los principales riesgos de este método, además del proxenetismo, es el hecho de que las víctimas viajan a otros países de forma legal, por lo que es difícil que este traslado pueda ser detectado por las autoridades. Por este motivo, el Gobierno de Rumanía implantó una nueva normativa dentro de la ley de protección del menor por la que establecía que los padres o tutores de los menores deben firmar un documento que acredite su conformidad a que salgan del país. Una solución a medias, ya que en algunos casos la familia de la menor y la mafia están confabuladas.

La forma utilizada por los adolescentes para 'engatusar' a las víctimas es muy similar a la que utilizan para los adultos: las conocen a través de las redes sociales, en las discotecas o en el instituto, las seducen y, bajo la promesa de iniciar una relación, las manipulan para viajar a otro país y comenzar una vida mejor. El caso que contaba El Confidencial en Holanda, la víctima conocía a sus explotadores de haberlos visto en el patio. Unos jóvenes que la obligaron a prostituirse "en coches y a plena luz del día".