Guante blanco entre Rajoy y Rubalcaba para tratar el problema de la corrupción

La vuelta de las vacaciones navideñas en el Congreso y la aparición o reaparición de varios casos de corrupción política no han servido en el pleno de control al Gobierno para animar el debate parlamentario ni a Mariano Rajoy ni a Alfredo Pérez Rubalcaba para entrar en materia. El presidente del Gobierno y el jefe de la oposición se han limitado desde la tribuna a aconsejarse contundencia, celeridad y ejemplaridad ante los escándalos que les salpican.

Rajoy no ha citado a su ex tesorero Bárcenas ni Rubalcaba al ex responsable de la Fundación Ideas. Las preguntas, respuestas o discursos han sido tan genéricas que no han servido para aclarar puntualizar o atisbar medida o pacto alguno para afrontar los casos de corrupción. Para el 'trasteo' parlamentario del asunto también ha sido muy útil la intervención del portavoz que representa, al menos en votos, a la tercera fuerza política de la Cámara: Izquierda Unida.

Cayo Lara abrió el pleno con un auténtico mitin resumen sobre la corrupción en los dos grandes partidos, pero sin pregunta concreta alguna dirigida a Rajoy. El jefe del Ejecutivo, de por sí siempre dispuesto a contar lo menos posible, ha podido salir del trámite con unas simples referencias a las reformas legales en marcha (ley de transparencia) que ayudarán a evitar nuevos escándalos.

El secretario general del PSOE ha hablado de la corrupción como si su partido estuviera vacunado. "En mi partido hace muchos años que aprendimos la lección para siempre y ustedes se fueron de rositas con triquiñuelas legales y se creyeron impunes y eso es lo que están pagando ahora", ha dicho Rubalcaba además de pedir a Rajoy que sea contundente contra las "decenas" de dirigentes del PP afectados por la corrupción.

El jefe del Ejecutivo lo ha tenido fácil a la hora de responder: "No se me ocurre otra cosa que hacerle la misma recomendación que me ha hecho usted a mí". Como Rubalcaba elevaba el tono y se presentaba al margen del problema, Rajoy ha achacado la intervención del dirigente socialista a sus problemas de estabilidad en el partido. "Supongo que la situación interna en el PSOE le obliga a hacer estos papelones", ha remachado el presidente del Gobierno.

Rajoy ha preferido extenderse a la hora de pedir apoyo para sus medidas a favor del crecimiento económico y de lucha contra el parto. Primero ha advertido que seguirá con las reformas estructurales y el control del déficit y ha avanzado que "en pocas fechas" llevará al Parlamento un paquete para estimular la economía, así como una estrategia de empleo joven para reducir el paro en ese sector de la población. Además, ha sostenido que el Gobierno seguirá ayudando a las personas que están en situación "más difícil", siendo así "equitativos".

Sobre las posibilidades de pacto con los demás grupos políticos, el jefe del Ejecutivo ha comentado que siempre está dispuesto a buscarlo, pero también ha recordado que siempre que ha presentado reformas estructurales importantes se había encontrado como respuesta con "el 'no' total y absoluto" del PSOE. "Si quieren rectificar y llegar a entendimientos, a su disposición estoy", ha concluido.

Obviando las alusiones a los casos de corrupción vinculados al PP, el presidente del Gobierno ha utilizado su segundo turno para invitar al presidente del Grupo Parlamentario de la Izquierda Plural a ir más allá de decir lo que "todo el mundo sabe" y a poner sobre la mesa medidas "útiles y eficaces" en esta materia.