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Un Airbus de Iberia colisiona en vuelo con un buitre leonado y regresa de urgencia a Barajas
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EL APARATO SUFRIÓ GRAVES DAÑOS EN EL FUSELAJE Y EL RADAR

Un Airbus de Iberia colisiona en vuelo con un buitre leonado y regresa de urgencia a Barajas

Que las grandes aves son una amenaza real para la seguridad aérea lo saben bien pilotos, compañías y aeropuertos, que disponen de servicios especializados de control

Foto: Un Airbus de Iberia colisiona en vuelo con un buitre leonado y regresa de urgencia a Barajas
Un Airbus de Iberia colisiona en vuelo con un buitre leonado y regresa de urgencia a Barajas

Que las grandes aves son una amenaza real para la seguridad aérea lo saben bien pilotos, compañías y aeropuertos, que disponen de servicios especializados de control de fauna para ahuyentar a esos intrusos. El de Barajas, en Madrid, cuenta con cerca de 40 halcones adiestrados para esa tarea, pero su presencia no impide que los incidentes, algunos de gravedad, se sucedan.

Uno de los más recientes y aparatosos bird strikes -como se les conoce en el argot aeronáutico- se produjo el pasado 13 de mayo, pocos minutos después de que un Airbus A340 de Iberia despegara de Barajas rumbo a San Juan de Puerto Rico con 151 pasajeros a bordo. Cuando el aparato se encontraba a 6.000 pies de altitud (unos 2.000 metros), en plena fase de ascenso, un buitre leonado de casi 2,5 metros de envergadura chocó frontalmente contra la aeronave.

La colisión, según han relatado a El Confidencial varios pilotos de Iberia que hablaron con el comandante del avión, fue brutal. La enorme ave quedó prácticamente desintegrada, y el fuselaje del Airbus sufrió grandes destrozos en el morro delantero. El choque también afectó a los sistemas de navegación y radar del aparato, por lo que la tripulación solicitó autorización a la torre de control para regresar de inmediato a Barajas.

Cuarto incidente del año

El del pasado 13 de mayo es al menos el cuarto incidente aéreo grave con aves ocurrido en Barajas en lo que va de año, todos ellos protagonizados por aeronaves de Iberia. El más peligroso de todos ellos fue, tal vez, el que sucedió el 27 de febrero, cuando otro Airbus de la compañía, en esta ocasión un A321 con destino al aeropuerto tinerfeño de Los Rodeos y 184 pasajeros a bordo, atravesó durante el ascenso una densa bandada de aves.

El motor izquierdo del avión engulló al menos a una de las aves, y el impacto del resto de la bandada en el fuselaje provocó graves desperfectos. La tripulación apagó el motor dañado tras la ingesta del animal y, tras solicitar autorización a la torre de control de Barajas, aterrizó de emergencia sólo con el motor derecho 15 minutos después de haber despegado.

Dos semanas más tarde, otro vuelo de Iberia con destino a Tenerife sufrió un incidente parecido. Uno de los motores del aparato, que transportaba a 180 pasajeros, engulló varias aves y quedó inutilizado. Los bomberos y el personal sanitario de Barajas fueron movilizados para intervenir ante un eventual aterrizaje forzoso, pero finalmente el aparato pudo tomar tierra con el motor que no resultó dañado.

El último incidente conocido se produjo el pasado 3 de junio. Uno de los motores de otro Airbus de Iberia, en esta ocasión un A-321 con destino a Ámsterdam, succionó un ave y quedó fuera de servicio pocos minutos después del despegue. La tripulación pidió autorización para regresar a Barajas, pero antes permaneció en el aire durante casi una hora para quemar combustible y evitar los riesgos de un aterrizaje con sobrepeso de fuel.

 

Que las grandes aves son una amenaza real para la seguridad aérea lo saben bien pilotos, compañías y aeropuertos, que disponen de servicios especializados de control de fauna para ahuyentar a esos intrusos. El de Barajas, en Madrid, cuenta con cerca de 40 halcones adiestrados para esa tarea, pero su presencia no impide que los incidentes, algunos de gravedad, se sucedan.

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