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Gallardón se zafa de Jáuregui sin problemas en un ‘debate a 5’ de guante blanco
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LAS CRÍTICAS DE IU, PNV Y CIU AL PSOE EVITAN EL CUERPO A CUERPO

Gallardón se zafa de Jáuregui sin problemas en un ‘debate a 5’ de guante blanco

La primera parte del ‘debate a cinco’ en TVE, sin la presencia de UPyD bajo la excusa de que no tiene Grupo propio en el Congreso,

Foto: Gallardón se zafa de Jáuregui sin problemas en un ‘debate a 5’ de guante blanco
Gallardón se zafa de Jáuregui sin problemas en un ‘debate a 5’ de guante blanco

La primera parte del ‘debate a cinco’ en TVE, sin la presencia de UPyD bajo la excusa de que no tiene Grupo propio en el Congreso, se ha convertido en un paseo para Ruiz Gallárdón. Ni siquiera ha tenido que emplearse a fondo ante las estrecheces de un formato con tiempo limitado y, sobre todo, porque las críticas de PNV, CiU e IU al representante del PSOE, Ramón Jáuregui, ha convertido al alcalde de Madrid en gran parte del debate en un mero espectador.

De todos modos, y por si quedaba alguna duda, el ‘número 4’ de la lista del PP por Madrid dejó muy claro desde el principio que se maneja mucho mejor que su presidente de partido en las lides de los debates: al comenzar su intervención lo ha hecho sin mirar un papel, con los ojos fijos en la cámara, una entonación propia y apelando a la emotividad “de los hogares de miles de familias en los que anida hoy la desesperanza”. De manual.

Por si las condiciones fueran poco favorables para que el debate se desarrollara de manera tranquila para el alcalde, la buena relación que mantiene con muchos de los dirigentes del PSOE ha hecho que el tono de sus primeros ‘enfrentamientos’ con Ramón Jaúregui más parecieran una charla en el casino, con tuteos permanentes, dirigiéndose entre ellos por el nombre de pila, sin levantar un ápice la voz… No había manera de buscar el cuerpo a cuerpo.

Jáuregui ha querido enfatizar que el Gobierno socialista no lo había hecho tan mal cuando Europa se desmorona y, de momento, España no cae y la presión está ahora en Italia. El líder socialista reconocía que la implosión de la crisis en España fue peor “por la burbuja inmobiliaria creada durante los Gobiernos del PP”, pero pedía el voto el 20-N porque “la única forma de salir de la crisis sin recortes” es con el PSOE. Gallardón, por su parte, lanzó el mensaje constantemente de que “España sí puede” (una especie de remedo del “Yes, we can” de Obama) salir de la crisis, pese a la “situación desesperada”. Y Josu Erkoreka, del PNV, insistía en gestionar el final de ETA mientras el representante de CiU, Pere Macías, no dudaba en dejar claro desde el principio el objetivo de los nacionalistas catalanes: “el pacto fiscal”.

En primer lugar ha hablado el representante de IU, que curiosamente fue el último en confirmar su presencia porque ERC había reclamado su derecho a representar al Grupo. La Junta dijo que, por número de votos, le correspondía a IU (un argumento que la misma Junta Electoral había descartado para dejar sentarse en el debate a UPyD). Y curiosamente no fue el número 1 por Madrid y nuevo líder de IU, Cayo Lara, si no Gaspar Llamazares el que se sentó en la mesa de los estudios Luis Buñuel. Llamazares enarboló, desde el primer momento, el mensaje de los “indignados” del 15-M. Y fue el primero en ‘repartir’ por igual a PSOE y PP.

Entre las críticas de los minoritarios al Gobierno, el buen tono del debate, las estrecheces de un tiempo tasado y divido entre cinco, y la poca expresividad de alguno de los representantes, el debate ha ido deslizándose por la cuesta abajo del Prime Time de la cadena pública. Gallardón no ha tenido que hacer uso alguno de la artillería pesada: nada que ver cómo cuando acorraló al hoy ministro Miguel Sebastián y éste recurrió a un ataque personal que terminó por hundir sus aspiraciones en las penúltimas municipales.

La primera parte del ‘debate a cinco’ en TVE, sin la presencia de UPyD bajo la excusa de que no tiene Grupo propio en el Congreso, se ha convertido en un paseo para Ruiz Gallárdón. Ni siquiera ha tenido que emplearse a fondo ante las estrecheces de un formato con tiempo limitado y, sobre todo, porque las críticas de PNV, CiU e IU al representante del PSOE, Ramón Jáuregui, ha convertido al alcalde de Madrid en gran parte del debate en un mero espectador.