‘Empieza el cambio’: Aznar inaugurará la convención para llevar a Rajoy a La Moncloa

José María Aznar en la jornada inaugural, María Dolores de Cospedal con los presidentes autonómicos el segundo día y Mariano Rajoy para la clausura. El Partido Popular ha hecho un cuidadoso reparto de protagonismos y papeles en la convención nacional que celebrará en Málaga a partir de mañana y hasta el sábado como gran acto de precampaña ante los comicios generales del 20 de noviembre. Si Felipe González apareció por sorpresa en la conferencia del PSOE, el ex presidente Aznar será el plato fuerte de la jornada inaugural del PP.

El comité electoral se reunirá en las horas previas para cerrar los “números uno” de cada candidatura y evitar cualquier foco de roce o distracción entre los dirigentes del partido que deben centrarse en dar un mensaje positivo y de alternativa al desastre económico y político del país, según el guión de la gran asamblea a la que asistirán unos 3.000 militantes, casi todos con responsabilidades en autonomías y ayuntamientos después de la barrida electoral de mayo.

El PP mantiene en la convención sus hábitos congresuales y deja la sesión inaugural para el presidente de honor, ahora Aznar y antes el presidente fundador Manuel Fraga. El ex presidente del Gobierno, también como es corriente en él cuando se dirige al partido, prepara un discurso, no un mero saludo. Le precederán en la primera sesión plenaria del acto, que se desarrollará bajo el lema “Empieza el cambio”, los dirigentes locales y regionales: el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre,  el secretario general del PP andaluz, Antonio Sanz, y el presidente provincial, Elías Bendodo. Además,  tomará la palabra la secretaria de organización Ana Mato. El programa añade otra intervención de peso: la de Cristóbal Montoro con una ponencia en la que debe esbozar al menos el marco del programa electoral del partido para combatir el paro. Se titula “Estabilidad y reformas para el empleo”.

Cospedal, con los autonómicos

El PP reserva el viernes para las intervenciones de la secretaria general, María Dolores de Cospedal, de sus 12 presidentes de comunidades autónomas en sesiones de mañana y tarde; del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón; y de los portavoces parlamentarios Soraya Sáenz de Santamaría y Pío García Escudero (Jaime Mayor Oreja sigue de baja por el grave accidente de bicicleta de montaña que sufrió este verano).

La cuarta y última sesión plenaria, ya el sábado, se reserva para la clausura a cargo de Mariano Rajoy con Javier Arenas de “telonero” como presidente del PP andaluz. Todo un ejercicio de equilibrios, en reparto de jornadas, tiempos y horarios para evitar cualquier agravio entre los dirigentes del partido. Y también una exhibición de hegemonía en el poder local de un partido que se prepara para hacerse con el Gobierno si las urnas confirman en noviembre los pronósticos de todas las encuestas y los datos de los comicios del pasado mes de mayo.

Antes de que arranque la convención el comité electoral del PP cerrará las candidaturas para el  20-N, pero sólo los “números uno”. Sobre los ya anunciados aún quedan por confirmar los de alguna circunscripción como Zaragoza, donde entrará al final Baudilio Tomé, coordinador del programa electoral, hombre del aparato de Génova y que ya es diputado (cunero) por la misma circunscripción. Falta que Rajoy dé el visto bueno. Luisa Fernanda Rudi, presidenta de la Comunidad autónoma de Aragón y tradicional “número uno” por esa provincia también tiene la penúltima palabra.

Ganar en Aragón igual a Moncloa

El PP confía en arrancar en las tres provincias aragonesas entre 3 y 4 diputados más que en 2008. Aragón reproduce al pie de la letra en todas las elecciones el cómputo nacional de los resultados electorales. El partido que gana los comicios en la región llega a la Moncloa. En 2008 el Partido Popular perdió en las tres circunscripciones aragonesas y se quedó con 5 diputados frente a los 8 sumados por el PSOE. Ahora aspira a invertir esa cifra, e incluso pasar a 9 si el derrumbe de los socialistas es como el de mayo.

Aparte de Zaragoza, en principio decisión más que encarrilada, queda por cerrar la cabeza de lista de Asturias como provincia más complicada por la escisión protagonizada por Francisco Álvarez-Cascos y la previsible pérdida de diputados ante la cita electoral por la previsible irrupción del partido regionalista del ex secretario general del PP.