Lissavetzky se vale de su cargo como secretario de Estado para el Deporte para hacer campaña

Jaime Lissavetzky está exprimiendo su cargo como secretario de Estado para el Deporte a poco más de dos meses para las elecciones a la alcaldía de Madrid, donde peleará contra Alberto Ruiz Gallardón. Si hoy viaja a Barcelona para intervenir mañana en la III edición del Global Sport Forum, el viernes volverá a Madrid para protagonizar dos actos como máximo representante de la secretaría de Estado para el Deporte: cerrar un convenio con Pedro Campos, presidente de North Sails España, la mayor velería de Europa; y presentar unos capítulos infantiles en TVE. 

Aunque la agenda del secretario de Estado para el Deporte se cierra por semanas, para la próxima ya tiene programados otros dos actos. Si el pasado martes recibió la medalla Agustín de Betancourt en la Universidad Politécnica de Madrid, el próximo jueves se le entregará la insignia de oro de ADO que se le concedió hace dos semanas, cuando asistió a la última junta directiva y asamblea general de la Asociación de Deportes Olímpicos. Entre medias, dará un desayuno deportivo en el Hotel Villamagna de Madrid. Y la agenda todavía no está cerrada definitivamente.

Todos los concejales “no socialistas” del Ayuntamiento de Madrid coinciden en una teoría: Jaime Lissavetzky no está ejerciendo como firme opositor a Gallardón, “ni lo hará”. Su próximo objetivo, dicen, es asegurarse durante cuatro años el sillón de la oposición del ayuntamiento de la capital, ya que su cargo como secretario de Estado para el Deporte peligraría “sí o sí” en 2012 “si el Partido Popular gana las elecciones”.

Lissavetzky no esconde que necesita un gran peso social para vencer a Gallardón en las próximas elecciones del 22 de mayo. Lejos de implicarse en su candidatura a la alcaldía, desde la Secretaría de Deporte reconocen que sigue metido 100% en su papel, y que escasamente dedica “algunas horas” a preparar la precampaña electoral.

Se quedará en la oposición

Si las encuestas que ya se manejan aciertan y Gallardón vuelve a revalidar su cargo como alcalde de Madrid, Lissavetzky ha dado “su palabra de honor” de que no dejará el puesto como cabeza de lista del Partido Socialista de Madrid (PSM) en el Ayuntamiento, y permanecerá cuatro años como líder de la oposición. El único problema del que Lissavetzky se ha quejado es el paro en Madrid. Por eso le gustaría convertir a la capital de España en “campeona de la creación de empleo y no de la deuda" y ha fijado la creación de empleo como su primera medida estrella si es elegido alcalde de Madrid.

La única batalla que ha luchado Jaime Lissavetzky como candidato socialista a la alcaldía de Madrid fue el rifirrafe que tuvo con su propio secretario general del PSM. Tomás Gómez publicó la lista para el Ayuntamiento que no era de su agrado, y Lissavetzky montó en cólera. Tras varios días de tensiones, ambos llegaron a un acuerdo y se dos nombres más del entorno de Lissaveztzky. Sus propios compañeros de partido criticaron en su día al candidato, recordándole que su rival es Gallardón, “y no Tomás Gómez”. Además, aprovecharon para dejarle caer la fuerza con la que Gallardón cuenta en Madrid: "Necesita una oposición mucho más firme para derribarlo”.