Uno de cada siete votantes del PSOE prefiere que Rajoy gane las próximas elecciones

Corren malos tiempos para el estado de ánimo del electorado socialista. El último dato de estimación de voto del CIS sitúa al PP 10,1 puntos por encima del PSOE, aunque esta no es la única mala noticia que esconde el barómetro. El sondeo refleja de forma elocuente el desencanto de los ciudadanos que en 2008 optaron por José Luis Rodríguez Zapatero: uno de cada siete desea que el PP gane las elecciones; el 50,3% no volverá a votar al PSOE;  y el 11% respaldará a Mariano Rajoy.

El presidente del Gobierno recibió este nuevo golpe de la opinión pública en el Congreso, adonde acudió precisamente para intentar levantar la moral de los parlamentarios de su partido. “No tengáis ninguna duda: mañana se dirá que hicimos lo que teníamos que hacer, que cumplimos con nuestra responsabilidad”, aseguró. Pero hasta que ese día llegue, en el ánimo de los socialistas pesa más la contundente derrota a la que parece encaminarse el PSOE en los comicios de mayo. Y, según el CIS, también en las generales de 2012.

El barómetro muestra que 1,6 millones de electores socialistas, uno de cada siete, prefieren que sea Rajoy quien gane las elecciones. La expresión de este deseo no significa que todos ellos vayan a votar el PP, pero sí revela el hartazgo con la gestión del Gobierno y los anhelos de cambio. Y es que, al margen de aquellos que se decantan por una victoria popular, un sorprendente 40,9% de los votantes del PSOE desea que los suyos caigan derrotados en la próxima cita electoral.

Otro dato alarmante para Ferraz es que el PP le roba ya al PSOE 1,2 millones de votantes, el 11% del total que apoyó a Zapatero en 2008. Esta cifra puede ser clave, ya que es prácticamente la distancia que separó entonces a ambos partidos: los socialistas obtuvieron 11,2 millones de votos frente a 10,2 de los populares. Además, al contrario de lo que sucede en las filas del PSOE, el grado de fidelidad en el PP se mantiene muy alto. Si mañana se celebrasen elecciones generales, el 84,5% de los ciudadanos que confiaron en Rajoy volverían a hacerlo.

Por su parte, Zapatero, o su sucesor, se enfrenta al reto frenar la gran huida de votantes que padece su formación. Solo el 49,7% admite que volvería a votar al PSOE, lo que significa que 5.791.428 electores han abandonado, a día de hoy, a esta opción política. De ellos, solo un 15,9% parece de algún modo recuperable, puesto que declaran no saber todavía cuál qué papeleta introducirán en la urna.

Pero el pesimismo de los votantes socialistas no solo incide en la intención de voto, sino que se refleja ante los problemas cotidianos. El 20% de los electores socialistas con trabajo cree que es bastante o muy probable que pierda su empleo durante los próximos doce meses, frente al 13,6% de los populares. Paradójicamente, aquellos que votaron al PSOE y ahora están en paro se muestran más optimistas: el 41,1% considera bastante o muy probable encontrar trabajo durante este año.

Sube la popularidad de Rubalcaba

El barómetro del CIS de enero se suma a los múltiples sondeos encargados por los medios de comunicación y que prevén una clara victoria de los populares. Zapatero ironizó ayer sobre estos datos y afirmó que al PP “se le han subido las encuestas a la cabeza y por eso no le cabe ni una idea”. Lo cierto es que los 10,1 puntos que separan a ambos partidos resultan remontables a más de un año de las generales, teniendo en cuenta que la mayoría de los españoles sigue situándose ideológicamente en el espectro de centro-izquierda.

La imagen del PP y de Rajoy también deja mucho que desear. El gallego suspende en valoración con un 3,25, por debajo del 3,30 de Zapatero. Y entre los votantes populares no pasa del 5,27. A la pregunta de cómo gobernaría Rajoy, la mayoría, un 37,8% cree que lo haría igual que el líder socialista. Asimismo, el 54,8% tacha de mala o muy mala la actuación del PP en la oposición, frente al 10,4% que la valora positivamente.

A estos datos que lastran el ascenso del PP hay que añadir el aumento de la popularidad de quien podría convertirse en el sucesor de Zapatero. Alfredo Pérez-Rubalcaba aprueba con un 5,35, mientras que su valoración en octubre era de 4,61. Pese a los constantes intentos del PP por desgastar a quien podría ser su rival en las generales, el vicepresidente es el miembro del Ejecutivo mejor valorado por los votantes populares, que le otorgan un 3,82. Además, también gusta a la izquierda, ya que entre los electores de IU aprueba con un 5,71, y entre los socialista alcanza un insólito 6,67. ¿Acertará esta vez el CIS?