El Gobierno bloquea desde hace dos meses la comparecencia de Exteriores sobre el Sáhara

El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se niega a acudir a la sede de la soberanía nacional, el Congreso de los Diputados, para hablar del conflicto del Sáhara así como de otros asuntos que tengan que ver con Marruecos y las complicadas relaciones diplomáticas que nos unen con el reino Alahuita. Desde hace dos meses, con ayudas externas, ha bloqueado reiteradamente una comparecencia del titular de Exteriores para hablar de estos asuntos.

 

La última fue ayer mismo, en la Junta de Portavoces, en la que con la colaboración del presidente de la Cámara Baja, José Bono, consiguió una vez más evitar que los grupos aprobaran la comparecencia de la ministra Trinidad Jiménez. Y eso con el recrudecimiento del conflicto en caliente tras la intervención del ejército y la policía marroquí en El Aaiún y el coste en vidas humanas que la misma ha provocado.

El pasado 30 de agosto, y a raíz de los distintos episodios que el pasado verano vivieron nuestras relaciones diplomáticas con el país vecino, el Grupo Mixto pidió la comparecencia en Pleno del entonces ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, para explicar las agresiones de ciudadanos españoles en El Aaiún. Lo ha venido haciendo semana tras semana en la Junta de Portavoces –desde entonces incluso ha cambiado el ministro-, y unas veces con la ayuda del PNV y otras, como ayer, del presidente Bono, el Gobierno ha conseguido esquivar esa obligación.

Para ello el presidente del Congreso tuvo que recurrir ayer a una norma no escrita y fruto de su propia iniciativa, y no es otra que rechazar en el orden del día de la Junta de Portavoces –en la que se deciden las comparecencias de los ministros- aquellas peticiones que no se hubieran registrado el día anterior. El Grupo Mixto no lo hizo, probablemente porque el día anterior fue fiesta en Madrid, y a pesar de que la solicitud es reiterada semana tras semana. Bono rechazó siquiera debatirla.

En el punto de mira de la diplomacia española

De ese modo, el Gobierno se escapa, una vez más, al control parlamentario sobre un asunto que está situando en el punto de mira a la diplomacia española por su ambigüedad, y que ayer suscitó un nuevo motivo de polémica al reconocer implícitamente el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, la soberanía de Marruecos sobre la ex colonia española. Un ‘lapsus’ que luego fue corregido por el Ejecutivo, pero que puso en evidencia el cambio de actitud frente a este conflicto del Gobierno de Rodríguez Zapatero.

Lo cierto es que, a tenor de los hechos, el Gobierno está haciendo lo imposible por evitar tener que dar explicaciones sobre su actitud. La reiterada obstrucción de la comparecencia parlamentario de la titular de Exteriores se une al hecho de que los sucesos de estos días hayan coincidido con el viaje de Trinidad Jiménez a Bolivia y Ecuador, sin que la ‘jefa’ de la Diplomacia Española haya considerado los mismos lo suficientemente graves como para volver a España, lo que ha suscitado las críticas de casi todos los grupos de la oposición.