Gómez se reunió con Lissavetzky el 25 de octubre tras un mes sin devolverle las llamadas

Tomás Gómez ya no engaña a nadie. No ha hecho falta ni un mes para que el flamante ganador de las primarias del PSM haya empezado a ajustar cuentas con quienes no le dieron su apoyo en la contienda frente a Trinidad Jiménez. Una vendetta interna con la que quiso, en primer lugar, cargarse al veterano regidor de Getafe y líder de la Federación Española de Municipios y Provincias, Pedro Castro, y que continúa adelante con otros pesos pesados del partido como el mismísimo Jaime Lissavetzky, a quien durante unas semanas no ha contestado siquiera sus llamadas de teléfono. 

Jaime Lissavetzky y Tomás Gómez se reunieron, según han confirmado a este diario fuentes de ambas partes, el pasado 25 de octubre en la sede de Callao. La reunión se produjo 22 días después de las primarias del 3 de octubre y tras unas semanas en las que Gómez no respondió a las llamadas de teléfono del secretario de Estado para el Deporte. Gómez no contestaba a sus llamadas y le ha ignorado a pesar de ser el hombre con que, dentro de siete meses, tendrá que compartir cartel electoral. Las mismas fuentes señalan que Gómez no tiene como objetivo convertirse en el próximo inquilino de la Casa de Correos, sede de la Comunidad de Madrid, sino en afianzar su poder interno dentro del PSM. “No sale a ganar, sino a controlar el partido para quedarse con el sillón de perdedor el día después de las elecciones”, comenta una antiguo dirigente del partido. “Al menos, Marcelino Iglesias ya sabe qué tipo de persona es Gómez y ya conoce de primera mano sus mentiras”, añade. 

La última decisión de Gómez que ha reabierto la caja de los truenos en el PSM tiene que ver con la composición del nuevo Comité Electoral, que ayer dio a conocer tras una reunión por sorpresa de la Permanente del partido. Gómez ha excluido de ese Comité a todos los que apoyaron a Jiménez. “Lo ha hecho mediante una puñalada, con alevosía y con nocturnidad, tal y como es Gómez en estado puro”, añaden. “Ha convocado una reunión de la Permanente en la que solo participan los secretarios que tienen área y no los vocales para que sus cambios no tengan contestación interna, como habría ocurrido si convoca la Ejecutiva, en la que solo controla a poco más del 50% de los miembros. Lo que ha hecho es impresentable y no sé siquiera si posible según los estatutos”.

Gómez sigue cortando cabezas dentro del partido y, en esa poda, resulta especialmente significativa que la persona que se ocupa de temas electorales dentro del PSM no haya sido incluida en el Comité Electoral. Se trata de la concejala de Madrid, Ángeles Álvarez, que ocupa la secretaría de Acción Electoral y que también apoyó a Jiménez. Álvarez se mostró ayer “estupefacta” con la noticia, aunque dijo esperar que el tema pueda ser “corregido” para evitar “la deriva preocupante del partido”.

Crece la lista negra de damnificados

Pero si el caso de Álvarez llama la atención, tampoco pasa inadvertido la no inclusión en el Comité Electoral del propio Jaime Lissavetzky y del portavoz en el Ayuntamiento de Madrid, David Lucas, los dos grandes apoyos de la ministra de Exteriores en las últimas primarias. De hecho, Lucas ni siquiera fue convocado a la reunión de la Permanente en la que se han gestado los cambios a pesar de que siempre había sido convocado.

“Esta hubiera sido una buena oportunidad para reflejar la inclusión de todos tras la voluntad manifestada en reiteradas ocasiones por Gómez tras las primarias”, explica Lucas. “Espero que haya sido un error el hecho de que no se me haya invitado y espero que la ausencia de Álvarez en el Comité Electoral pueda ser corregida”. 

Mobbing en Callao, Alcorcón y Aranjuez

Sin embargo, el afán de revancha de Gómez va mucho más allá y es visible en gestos como los que el líder del PSM ha tenido con los propios trabajadores de la sede del partido en Callao. Los que no le apoyaron en las primarias, unos seis, fueron recolocados en sus funciones al día siguiente de las primarias. “Desde entonces”, explica un dirigente del partido, “trabajan en un pasillo y no tienen ninguna función concreta”. 

Y es que, además de Pedro Castro, el equipo de Gómez ha intentado fulminar a otras personas que se alinearon en el bando equivocado. Así por ejemplo, el alcalde de Alcorcón, Enrique Cascallana, fiel a Gómez, destituyó diez días después de las primarias a Tatiana Ercolanese como concejala de Vivienda. Y en Aranjuez, otro regidor afín a Gómez, Jesús Dionisio, está presionando a su jefe de gabinete, Roberto Sánchez, para que deje el cargo. “El alcalde le ha quitado funciones, no le deja participar en determinadas reuniones del Ayuntamiento y está intentando que se marche. Aunque Sánchez, de momento, está aguantando las presiones”, apuntan. 

El diputado regional César Giner cree que seguirán rodando cabezas. “Sin duda, porque Gómez no va a contar con el Partido Socialista. Es su proyecto", ha declarado a Europa Press. Recientemente, una treintena de dirigentes del partido acordaron en un almuerzo privado montar una estrategia común frente a las represalias de Gómez. "Todo ha ocurrido hoy muy rápido, pero en los próximos días veremos qué respuesta damos a esta maniobra de Gómez", añaden las fuentes consultadas.  

Nota de la redacción:

Eduardo Sotillos, secretario de Comunicación del PSM, ha precisado a este diario que Tomás Gómez se reunión con Jaime Lissavetzky el pasado 25 de octubre en la sede del partido en Callao. Desde el entorno de Jaime Lissavetzky confirman que este encuentro se ha producido y que ha sido el primero entre ambos desde las primarias del pasado 3 de octubre. Aseguran también en el entorno de Lissavetzky que, efectivamente, "ha habido malentendidos en los cruces de llamadas entre ambos, entre quien hacía la llamada (Lissavetzky) y quien tenía que devolver la llamada". Añaden también que este "malentendido" ya está solucionado y que ahora impera "la normalidad en las relaciones".