CiU y PNV podrían forzar a Zapatero a convocar elecciones el próximo otoño

El calvario de José Luis Rodríguez Zapatero, visualizado ayer en la apuradísima aprobación, por un solitario voto, del tijeretazo al gasto público, no ha hecho más que empezar. La votación del Congreso, precedida de un agrio debate en el que tuvo que soportar los afilados reproches de sus hasta hace bien poco aliados parlamentarios, no sólo retrató la extrema debilidad política del presidente del Gobierno, sino que le ha dejado al borde del adelanto electoral. Sólo él puede anticipar las generales de 2012, pero, tras lo visto ayer en el hemiciclo, la decisión final está ahora en manos de CiU y el PNV: si las dos formaciones nacionalistas no apoyan los Presupuestos Generales del próximo año, Zapatero se verá abocado a echar el cierre a la legislatura y convocar a los ciudadanos a las urnas antes de lo previsto.

CiU, con su abstención, permitió ayer al Gobierno salvar in extremis su plan de ajuste. Pero el portavoz nacionalista, Josep Antoni Duran Lleida, dejó claro a Zapatero, en una durísima intervención, que está dispuesto a dejarle caer y forzar la convocatoria de elecciones anticipadas. Los nacionalistas catalanes, en efecto, pueden condicionar el futuro político inmediato del jefe del Ejecutivo si el próximo otoño, cuando se celebre en el Congreso el debate de totalidad de los Presupuestos Generales de 2011, presentan una enmienda de devolución de las cuentas del Estado para el próximo año. Zapatero sólo tendría entonces una salida: prorrogar los presupuestos de 2010 y convocar a las urnas.

Fuentes de CiU recordaban ayer a El Confidencial que ese escenario ya se dio en 1995, cuando Jordi Pujol rechazó apoyar los Presupuestos Generales del año siguiente y forzó a Felipe González a convocar elecciones anticipadas en 1996, que perdió a manos de José María Aznar. Para que esa situación se repitiera ahora sería imprescindible que el PNV también presentara una enmienda de devolución de los presupuestos de 2011, ya que el voto en contra de ambas formaciones nacionalistas, unido al seguro rechazo del PP, dejaría a Zapatero prácticamente sin ninguna posibilidad de sacar adelante las cuentas del próximo año.

El PNV tiene la llave

La proximidad entre las elecciones catalanas, previstas para el próximo mes de noviembre, y el debate de totalidad de los Presupuestos Generales, que suele celebrarse en el mes de octubre, hace prácticamente imposible un cambio de posición de CiU. De hecho, las fuentes de la formación nacionalista catalana consultadas ya adelantaban ayer a El Confidencial su voto negativo. Eso deja en manos del PNV la llave de un posible adelanto electoral.

Aunque fuentes socialistas señalaron que todavía hay margen para recuperar el respaldo de los nacionalistas vascos, el voto negativo al tijeretazo en el Pleno de ayer no constituye un buen augurio para el Gobierno. "La conducta del PNV en el Congreso es errática. El año pasado apoyaron los presupuestos, pero ahora no hay mucho con qué negociar, ni dinero ni competencias", apuntan estas fuentes.

En efecto, en 2009, a pesar de que ya había sido desalojado de la lehendakaritza por Patxi López, el PNV salvó los presupuestos de Zapatero junto con Coalición Canaria. La tajada que los nacionalistas vascos exigieron a cambio de su apoyo se cifró en 85 millones de euros destinados a inversiones en Euskadi. Pero un año después, la lucha contra el déficit público y los drásticos recortes aprobados ayer apenas dejan margen al Ejecutivo para prometer nuevas inyecciones de recursos. Tal vez por ello, el líder jeltzale, Iñigo Urkullu, tachó al Estado español de ser un "lastre" para Euskadi.

La única alternativa que le quedaría a Zapatero si quiere arañar los siete votos que necesita para alcanzar los 176 que dan la mayoría absoluta y aprobar los presupuestos -el PSOE cuenta con 169 diputados- sería buscar el apoyo de los partidos de izquierda. ERC, IU, IC-V, BNG y Nafaroa Bai suman ocho escaños, pero las fuentes consultadas sostienen que sería "absolutamente impensable" que los mismos partidos que se han opuesto ferozmente al tijeretazo diesen su apoyo a unos Presupuestos Generales que serán forzosamente restrictivos y que recogerán, entre otras medidas, la polémica congelación de las pensiones en 2011.

La tensión hace mella en el PSOE

En este escenario, el Grupo Socialista sólo parece capaz de amarrar las abstenciones de Unión del Pueblo Navarro (UPN) y Coalición Canaria, una suerte de apoyo insuficiente para continuar gobernando. El portavoz de UPN, Carlos Salvador, aseguró a este diario que la extrema gravedad de la situación económica exige un esfuerzo de todos los grupos, incluido el PP, para renovar los Presupuestos Generales. Sin embargo, la posición de su partido, que recibe el apoyo del PSOE en el Parlamento navarro, tampoco está fijada.