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La crisis del ‘Alakrana’ pone contra las cuerdas a Zapatero tras un mes ‘desaparecido’
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EL PRESIDENTE HA ESTADO AUSENTE DE LA ACUTALIDA POLÍTICA

La crisis del ‘Alakrana’ pone contra las cuerdas a Zapatero tras un mes ‘desaparecido’

Los familiares de los tripulantes del atunero Alakrana lograron lo que un mes de actos oficiales no había conseguido: devolver a José Luis Rodríguez Zapatero al

Foto: La crisis del ‘Alakrana’ pone contra las cuerdas a Zapatero tras un mes ‘desaparecido’
La crisis del ‘Alakrana’ pone contra las cuerdas a Zapatero tras un mes ‘desaparecido’

Los familiares de los tripulantes del atunero Alakrana lograron lo que un mes de actos oficiales no había conseguido: devolver a José Luis Rodríguez Zapatero al primer plano informativo. Las ‘vacaciones mediáticas’ del presidente del Gobierno se terminaron bruscamente el lunes, cuando se vio obligado a involucrarse desde Polonia en la resolución del secuestro y aseguró que la situación podía “estar encauzada”. Pese a esta declaración optimista, la dificultad legal para enviar a Somalia a los dos piratas encarcelados ha retrasado sine die la liberación de los 36 marineros, y está poniendo a prueba la capacidad de Zapatero para gestionar la crisis.

 

El presidente del Gobierno ha aprovechado su agenda internacional para evadirse de los problemas domésticos y disfrutar de uno de los meses más tranquilos de su mandato, al menos de cara a los medios de comunicación. Así, comenzó octubre apoyando la candidatura olímpica de Madrid en Copenhague, disfrutó de los actos de celebración del centenario de la Federación Española de Fútbol, y se concentró en la preparación de la presidencia española de la UE.

 

Por Moncloa pasaron los primeros ministros de Zimbabwe y Mauritania, el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo y los embajadores españoles en la UE. El momento más duro fue el funeral por el cabo asesinado en Afganistán, pero el momento de mayor brillo en su agenda fue la visita a la Casa Blanca y la posterior gira por Oriente Medio. Asimismo, asistió el 12 de octubre a los actos con motivo de la Fiesta Nacional y participó en el Consejo Europeo en Bruselas. Pese al estilo presidencialista de Zapatero, las cuestiones nacionales han recaído en los miembros de su Gabinete, como en el caso de Elena Salgado, que recibió los golpes de la oposición en el debate parlamentario de los Presupuestos Generales del Estado.

 

En las últimas dos semanas, el presidente ha estado ocupado recibiendo al secretario general de la Organización Mundial del Comercio, al enviado especial de Corea del Sur, y a los primeros ministros de Malta y Finlandia. Ha viajado a Berlín para conmemorar la caída del Muro, y tiene previsto viajar la próxima semana a Hungría. La cumbre hispano-polaca del pasado lunes (día festivo en Madrid) habría pasado desapercibida si Zapatero no hubiera respondido a los periodistas sobre el secuestro del pesquero.

 

El presidente regresa a las portadas

 

Este jueves se cumplen 42 días desde que el Alakrana fue secuestrado en aguas somalíes, pero hasta esta semana el presidente había evitado ligar su imagen a las negociaciones con los piratas. La vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, junto con los ministros Miguel Ángel Moratinos y Carme Chacón, todos integrantes del Gabinete de Crisis, se habían encargado de la comunicación pública del caso. El Ejecutivo dejó que el armador, asesorado por el embajador en Kenia y agentes del CNI, pactara el rescate económico con los piratas, y rechazó dar credibilidad a las exigencias de “intercambio de rehenes” sobre las que insistían los piratas.

 

Sin embargo, el estancamiento del proceso agotó la paciencia de las familias, que dispararon sus críticas directamente sobre Zapatero. Unas críticas a las que se unió el PP, que tachó de “fracaso” la gestión gubernamental. El presidente logró calmar a la oposición llamando directamente a Mariano Rajoy, e impuso el silencio a las familias el martes en una reunión en Moncloa, donde les advirtió que la negociación estaba en un momento crítico. El PP ha decidido esperar a que se resuelva el secuestro, pero prepara una dura crítica a la gestión del Gobierno y a la repercusión internacional que puede suponer aceptar las presiones de los piratas.

 

Difícil solución legal

 

Los esfuerzos del Ejecutivo se concentran en encontrar la fórmula que permita devolver a Somalia a los piratas sin subvertir la legalidad española, para lo que está presionando a la Fiscalía. No obstante, cualquier solución judicial resulta, según las fuentes jurídicas consultadas, muy complicada y prolongada en el tiempo. “Es un disparate firmar cualquier acuerdo o convenio con Somalia, ya que no existe como Estado, ni tiene una Administración competente”, señalaron fuentes próximas al cuerpo diplomático. Esta alternativa, que los secuestradores sean juzgados en España pero cumplan su pena en Somalia, fue avalada ayer por Chacón.

 

Los dos piratas afrontan un proceso por 36 delitos de detención ilegal, asociación ilícita, robo con violencia y uso de armas. El juez Santiago Pedraz estudia llamar a declarar a los militares que detuvieron a los piratas, así como al armador del atunero, para ofrecerle que se persone en la causa, según informa Efe. Además, el magistrado está a la espera de conocer el resultado de la investigación de los teléfonos móviles incautados a los piratas. Una instrucción judicial que parece poco compatible con las exigencias de los secuestradores, que insisten en recuperar a sus secuaces como condición sine qua non para liberar al atunero, además del pago del rescate al que se ha comprometido el armador.   

Los familiares de los tripulantes del atunero Alakrana lograron lo que un mes de actos oficiales no había conseguido: devolver a José Luis Rodríguez Zapatero al primer plano informativo. Las ‘vacaciones mediáticas’ del presidente del Gobierno se terminaron bruscamente el lunes, cuando se vio obligado a involucrarse desde Polonia en la resolución del secuestro y aseguró que la situación podía “estar encauzada”. Pese a esta declaración optimista, la dificultad legal para enviar a Somalia a los dos piratas encarcelados ha retrasado sine die la liberación de los 36 marineros, y está poniendo a prueba la capacidad de Zapatero para gestionar la crisis.