El equipo de Gallardón admite que sus deudas ponen en peligro el proyecto olímpico

La candidatura de Madrid 2016 no sólo se enfrenta mañana a Chicago, Río y Tokio, sino que debe luchar contra la enorme deuda que arrastra el ayuntamiento de la capital. Según han informado a El Confidencial fuentes solventes del consistorio, el departamento de Hacienda municipal ha elaborado un documento en el que alerta de que la precaria situación económica y el alto endeudamiento que padecen las arcas municipales ponen en peligro el proyecto olímpico.

Este informe se redactó después de que el Ministerio de Economía negara a Alberto Ruiz-Gallardón una nueva autorización de endeudamiento. El Gobierno, tras hacer diversas consultas a nivel técnico y político, descartó conceder al ayuntamiento madrileño una nueva medida de gracia, algo que sí hizo hace justo un año, cuando autorizó 218,3 millones de euros más de deuda al consistorio. Entonces pesó más la candidatura olímpica que el hecho de que Gallardón hubiera incumplido el Plan Económico Financiero 2005-2008, pactado con Pedro Solbes. Pero, esta vez, la paciencia del Ejecutivo parece haberse agotado.

Según el Plan Financiero, el ayuntamiento de Madrid debería haber cerrado 2008 con un leve superávit, en lugar de con un déficit de más de 1.200 millones, como finalmente sucedió. A este déficit hay que sumar la deuda que arrastra el consistorio, y que puede superar este año los 8.000 millones. El equipo de Gallardón ha culpado a la crisis económica del agujero generado en las arcas municipales, pero lo cierto es que el incremento espectacular del endeudamiento comenzó en 2003, cuando Gallardón llegó a la alcaldía. En 2002, la deuda de Madrid era inferior a la de Barcelona, y en la actualidad la multiplica.

El grave desequilibrio económico que rige en el ayuntamiento de la capital ha acabado por encender las alarmas en el equipo de gobierno municipal, donde ya se teme que afecte a la solvencia del proyecto olímpico. La crisis económica ha hecho que se revisen a la baja los ingresos potenciales por patrocinio en el caso de que Madrid sea elegida, mientras que la construcción de las infraestructuras necesarias ha resultado más cara de lo esperado. Más allá de los costes que ha supuesto la aventura promocional de Madrid 2016, si la ciudad es elegida, el ayuntamiento deberá invertir 1.720 millones, que se sumarán a los 15.345 millones comprometidos por el Gobierno para infraestructuras.

La candidatura olímpica asegura al COI que tanto el Gobierno central, como la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid garantizan las inversiones necesarias para que se celebren los Juegos. Este aval de dinero público supone una ventaja frente a Chicago, que presume de basarse en financiación privada,  y resulta muy tranquilizador para el COI ante el recuerdo de Montreal 76. Esa cita olímpica generó un déficit de más de 1.000 millones de dólares canadienses que la ciudad tuvo que pagar durante 30 años.

De la construcción a la tasa de basuras

La enorme deuda municipal y los pobres resultados económico ya se tradujo a principios de este año en una rebaja del rating del Ayuntamiento de Madrid de “AA” a “AA-“, según la agencia de calificación Standard & Poor’s. En septiembre de 2008, Gallardón se vio obligado a paralizar todas las obras previstas que todavía no estaban adjudicadas, y que no tenían relación con los Juegos Olímpicos. Una situación que aliviaron en 2009 los fondos estatales del Plan E, y que volvieron a llenar de obras la capital.

Y es que la crisis en el sector de la construcción ha repercutido gravemente en la capacidad recaudatoria del consistorio madrileño, que ha buscado en la creación de un nuevo impuesto, la tasa de recogida de basuras, el modo de mitigar esta caída de ingresos. El consistorio prevé recaudar unos 169 millones, especialmente entre los propietarios de las viviendas y establecimientos más caros.

No obstante, no se trata únicamente de un problema económico o financiero, sino político, que la decisión que el COI tome el viernes ayudará a esclarecer. Si el equipo de Gallardón teme que la deuda municipal puede poner en riesgo la capacidad de levantar las infraestructuras olímpicas, una victoria en Copenhague no haría sino aumentar las dudas; mientras que la derrota podría acelerar el proceso de rendición de cuentas de la alcaldía ante los madrileños.