Oficinas y comercios pagan hasta 25.000 euros para que Gallardón recoja la basura

De 0 a 25.000 euros en un solo recibo. Así ha sido la aceleración recaudatoria del Ayuntamiento de Madrid en septiembre. Alberto Ruiz-Gallardón rescató a finales de 2008 la tasa de basuras en la capital, suprimida en los años 80 y este mes han comenzado a llegar los recibos. Los más perjudicados, oficinas, comercios, almacenes y establecimientos de ocio que llegan a pagar hasta 25.000 euros. Para las viviendas, la cuota máxima se sitúa en 20.000 euros. Una importante cantidad que viene a castigar a los hogares y negocios en plena crisis económica, y que cuenta con el rechazo de la oposición en Madrid (PSOE e IU), así como de propietarios de locales y comerciante.

Del nuevo impuesto de Gallardón no se salvan ni las plazas de aparcamiento, ni los trasteros, pese a que el camión de la basura no tenga que detenerse ante ellos para retirar residuos. La cuota está dividida por tramos, según el valor catastral. El consistorio calcula que de media se pagarán 59 euros por familia. Esta cantidad es precisamente la tasa que debe pagar el propietario de una vivienda valorada entre 50.000 y 60.000 euros. La más barata, 4 euros, corresponde a viviendas de hasta 10.000 euros; pero existe un tramo muy amplio (entre 150.000 y 1.000.000 euros) en el que todos pagan lo mismo: 190 euros.

Para viviendas de más de 1.000.000, el límite de la tasa se sitúa en 20.000 euros. Un máximo que aumenta a 25.000 en el caso de comercios, restaurantes o almacenes que estén valorados en más de 500.000 euros. Pero los tramos medios del impuesto ya son suficientemente dañinos para el bolsillo. Para un comercio medio se puede situar entre los 23 y los 500 euros, al igual que para un establecimiento de ocio u hostelería.

De este modo, la tasa de basuras, con la que el consistorio prevé recaudar 169 millones, no tiene una mayor repercusión sobre quien que más contamina, sino sobre quien posee un inmueble de más valor. En teoría, deben pagar más las rentas más altas, aunque no necesariamente produzcan más basura, lo que establece un curioso paralelismo entre la tasa de Gallardón y el anuncio de Rodríguez Zapatero de que la subida de impuestos afectará a las rentas altas.

Las iglesias se salvan de pagar

Pocos son los que se pueden salvar de la tasa. El ayuntamiento prevé “una reducción del 100% en la cuota” para entidades sin ánimo de lucro, iglesias y comunidades religiosas, organismos públicos de investigación y establecimientos de enseñanza públicos o concertados. Los colegios privados pagarán un mínimo de 25 euros y un máximo de 25.000, también según su valor catastral. Por otra parte, cuando el inmueble haya sido declarado en ruina no se aplicará la tasa.

Los cerca de 170 millones que el consistorio madrileño espera recaudar servirán para sufragar los gastos directos que supone el servicio de gestión de residuos, pero apenas tendrá incidencia en la enorme deuda que acumulan las arcas municipales, que este año se aproxima a los 9.000 millones. A la espera del nuevo Plan E del Gobierno, y de la decisión que tome el Comité Olímpico con respecto a Madrid 2016, la basura se convertirá en el nuevo ingreso del consistorio madrileño para aliviar su precaria situación económica.