Roca cambia su declaración para inculpar al juez Urquía y proteger a su ‘cachorro’

Las declaraciones del ex asesor de Urbanismo, Juan Antonio Roca, en las que reconoce públicamente que pagó al juez Francisco Javier de Urquía la cantidad de 73.800 euros para la compra de la casa en Azalea Beach, a cambio de favores judiciales, ha echado por tierra toda la estrategia de la defensa. El abogado de Urquía, magistrado Antonio González Cuéllar, intentaba que el juicio se archivase por falta de pruebas y defecto de forma. Las declaraciones de Roca inculpando al juez suponen un giro de ciento ochenta grados y exoneran a su ‘cachorro’, Arnaud Valere, para el que la fiscalía pide la misma pena que para el cerebro de la trama de corrupción marbellí.

Las declaraciones de Roca sonaron como una bofetada en la sala del TSJA y en la cara del abogado del juez Urquía, a quien le faltó tiempo para increpar a Roca por haber cambiado su declaración. El cerebro de la trama de corrupción marbellí afirmó que al ser la primera vez que se enfrenta a un tribunal ha decidido "decir la verdad".

En ningún momento Roca admitió haber llegado a un acuerdo con la Fiscalía, ni haber recibido amenazas o tener algún pacto con personas interesadas en condenar al juez.

Según ha sabido El Confidencial por personas próximas al ex asesor de urbanismo, “Arnauld Valere es como un hijo para Roca, es su cachorro, como su chico mayor al que ha educado. Le quiere mucho, al igual que a su madre Olivia, que es el alma del clan Roca”. Al parecer, familiares del francés habrían mediado para que Roca protegiese a Arnaud, “ya que todos estamos pasando por un situación fatal”. Hasta el momento de realizarse estas declaraciones -que pueden cambiar los derroteros de la vista-, el fiscal pedía 3 años de prisión, nueve de suspensión de empleo o cargo público y 177.000 euros de multa como cooperador necesarios del delito de asesoramiento accidental y por cohecho.

De todos es sabido en Marbella la amistad de la familia Roca y Valere. Nada más ser detenido el ex asesor de urbanismo, su esposa, Rosa Jimeno, iba escoltada todas las mañanas al café de Ronda por Arnaud, que la acompañaba como si fuera un hijo. En esas mismas fechas, en una entrevista realizada a Olivia Valere sobre “su presunto oficio de testaferro” de la familia Roca y Román, ella contestaba que “no somos testaferros de nadie. Esa acusación la provoca la envidia de mucha gente. Jesús Gil me propuso que pusiera en marcha esta discoteca y que la hiciera un referente en el mundo y eso he hecho. Viajé hasta Elche para comprar los olivos que hay plantados”.

Urquia se defiende a sí mismo

A Urquía le han dejado solo ante el peligro, como diría uno de los protagonistas de su película favorita. Dentro de la sala del TSJA nadie daba crédito a lo que allí estaba pasando. Las palabras de Roca descolocaron a unos y a otros. Francisco Urquía, que se puso la toga para defenderse a sí mismo, se quedó bloqueado por unos instantes hasta reaccionar airado diciendo que: “Es falso todo lo que dice Roca” y precisó que esa declaración no “tendría otro sentido que el posible acuerdo al que habría llegado para recibir trato de favor de otras instancias". Urquía siguió manteniendo que en la operación de compra de su casa le ayudó su mujer Pilar, que "tiene solvencia económica".

Y es que con las declaraciones de Roca admitiendo que había pagado al magistrado, todas las informaciones que el juez había facilitado quedaban diluidas. En su día, Urquía aseguró a este diario que “no compró su vivienda en abril de 2006 a la inmobiliaria Azalea Beach, cuyo dueño fue detenido meses después en la Operación Malaya, sino a un medico de Madrid que había comprado con anterioridad esta vivienda a la promotora de José Miguel Villarroya”. Estas declaraciones se apoyaban en el testimonio de Roca que negaba haberle pagado nada. Roca decía no saber explicar por qué aparecieron dos copias del contrato de compraventa en Maras Asesores, la empresa de su propiedad, y en la sociedad municipal desde la que gestionaba el urbanismo.

La compra de la casa en Azalea Beach

En la primeras declaraciones, el presidente de la Comunidad de vecinos de Azalea Beach, Fernando Blázquez, que acudió como testigo ante el TSJA, dijo “no conocer de nada al ex asesor de Urbanismo de Marbella, y aclaró que el contacto suyo fue Francisco de Urquía, que vivía de alquiler en el piso de enfrente y le pidió ayuda para que localizase al propietario de la vivienda que vendía y el sabia que era un medico de Madrid”. El juez no mentía cuando aseguraba a este diario que “la vivienda fue comprada por él a la sociedad Sanitaria 200 S.L, con domicilio social en calle Juan Bravo 21, de Madrid, actuando como administradores solidarios Pilar Calbarro y José María Pino”. Lo que sí omitió fue que el dinero lo había recibido de manos de José Antonio Roca en las oficinas de Maras Asesores, tal y como ha asegurado el ex asesor.

El cerebro de la trama de corrupción marbellí dijo “haber entregado el dinero personalmente en sus oficinas de Maras Asesores el 17 de mayo de 2006”, y aseguró que fue el propio magistrado el que le pidió que "le echara una mano" en la compra de la vivienda. Roca precisó también en sus declaraciones de ayer que “él mismo se reunió personalmente con el dueño del inmueble para negociar el precio y la forma de pago” Según nos aseguro el juez en su día a este diario su intención era la de realizar directamente la operación de compraventa y evitar así el pago de 6.000 euros de la comisión a la inmobiliaria que la vendía. Al acto de la entrega asistió Fernando Blázquez, quien presenció cómo el juez hizo entrega de los primeros 60.000 euros, y no 63.000 como aparece registrado en la causa judicial.”

Declaración de Arnaud Valere

A la hora del cierre de esta información, Arnaud Valere ha negado haber entregado dinero de Roca a Urquía. Ha manifestado que el juez le comentó que quería comprarse una casa y le pidió que buscase a alguien para hacer el contrato, que escogió a Roca y que de su oficina sólo recogió el borrador del documento de compra, no dinero. El protegido de Roca dijo en el juicio haberse enterado en ese mismo instante que hablo Roca de este le pagó dinero a Urquía. Tampoco se acordaba de las conversaciones que mantuvo con Roca y que fueron grabadas por la policía.